ღ Capítulo 11 ღ

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¿Cómo que "buenas noches" y nada más? El ruso entró en desesperación tras no entender qué había hecho mal con Horacio para que decidiera hablarle de forma tan dura y dejarle allí solo en el auto: había asistido a su celebración, le habían gustado sus regalos, a su parecer había sido una velada perfecta y les trajo en su vehículo...¿En qué paso había fallado?En esos segundos en los que se cuestionó todo, Horacio ya había avanzado un par de metros por aquella calle, a paso firme, lucía molesto. El pecho de Volkov ardía, una bruma dolorosa no le permitía entender qué ocurría, sintió que iba a perderlo...Sin pensarlo mayormente bajó del auto y corrió en dirección al profesor.


-Horacio!! Horacio!!- jadeando cansado logró posicionarse frente al de cresta, colocando ambas manos en sus hombros para frenarle y contenerle. Lágrimas. Eran lágrimas lo que veía en su rostro. Silenciosos sollozos salían de sus labios. -Déjame en paz, Viktor, vete-Cada acto y palabra le estaban haciendo daño a Volkov, pero más daño aún le haría dejarle ir en una circunstancia así.

-Horacio, dígame que ocurre...por favor- susurró cerca de su rostro, tratando de encontrar su mirada.El joven profesor miraba al suelo, y tapaba su rostro con el antebrazo ocultando avergonzado su rostro, sintiéndose débil y estúpido.

-Ven aquí- dijo suavemente el ruso, tomando su brazo con delicadeza y dirigiendo el paso de ambos camino al auto nuevamente. Le abrió la puerta, y acarició la espalda de Horacio guiándolo al interior del vehículo.Dando la vuelta entró también a éste y quedaron en silencio.Podía oír la respiración agitada del peliazul, quien reducía sus sollozos y secaba sus lágrimas. Viktor quería que el contrario le hablase, pero no le presionaría, primero debía calmarle.


Tras unos minutos, Horacio se giró sobre sí mismo en el asiento, mirando en dirección al comisario, quien le observaba atento. Todo en completo silencio. Sus miradas conectaron con fuerza, Viktor podía sentir su dolor pese a no entender el origen de éste. Los labios le temblaban, y sus ojos seguían húmedos. Una mano del ruso se levantó lentamente, pero a medio camino volvió a su posición inicial sobre sus piernas, quería acariciar el rostro de Horacio, pero seguía dolido y confundido, frenándole de hacerlo.

-¿Por qué querrías ser mi amigo?- ....¿Cómo? Aquella pregunta le descolocó enormemente, no entendía qué estaba pasando.

-Horacio ¿qué es esa pregunta? ¿A qué se refiere?-

-Viktor, soy un idiota, un pobre inútil, no tengo nada de valor- sus sollozos nuevamente aparecieron, cortando cada intento de verbalizar. -No soy más que un tonto maestro bueno para nada, sin dinero, que pierde el rumbo de su propia vida...no seré ningún aporte en la tuya...-Entre sus palabras desesperadas, no se había dado cuenta que Volkov había puesto en marcha el vehículo, conduciendo en silencio con el ceño fruncido. Aquel rostro asustó de sobremanera a Horacio, haciéndole sentir aún más expuesto y desesperado. ¿A dónde les llevaba? ¿Qué haría con él? El miedo se apoderó de su persona, por lo que guardó silencio de inmediato.

Volkacio AU - Teach me how to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora