ღ Capítulo 25 ღ

2.2K 264 33
                                    


Una semana después, Viktor se encontraba nervioso camino a recoger a Horacio a su casa, quien había tenido una semana cansadora y llena de estrés.Por fin las escuelas habían cerrado aquel semestre después de un arduo trabajo. Se encontraban ya camino a su destino dentro del vehículo, Horacio, Viktor, y los tres pequeños. Sería una salida 'familiar'. Navidad se acercaba y, como cada año, la ciudad ornamentaba con luces y figuras navideñas. Se dirigían al centro, donde se concentraba lo más bello. Bajaron todos del auto, la noche ya había caído, y se vieron todos cautivados ante la maravillosa postal que tenían al frente. La plaza central de la ciudad, estaba irreconocible, plagada de gente disfrutando, riendo, felices.

En el centro de la plaza, se posaba un enorme árbol navideño, cuyo tamaño era impresionante. Rodeado de luces y formas navideñas. Aquellas mismas luces cubrían por completo la totalidad de la zona, dando paso a un ambiente cálido y tranquilizante. El sonido de los villancicos mezclado con las risas de los pequeños les envolvieron. Todo allí era encantador. Se dejaron llevar por la multitud hasta allí, con el pequeño Julián subido en los hombros de Volkov, pudiendo ver absolutamente todo debido a su altura.


-Mira papá Horacio!- gritó emocionado apuntando a su destino -¡Una feria navideña!- el recién nombrado miró a Volkov, quien sin necesidad de recibir verbalmente el mensaje, lo captó mediante su mirada, encaminándose hasta allí.


Entre carcajadas por las bromas que se hacían y tiernas sonrisas pasearon los cinco por aquella feria navideña. Horacio compró en ella comida para todos, mientras que Viktor pagaba la entrada de los muchachos a los juegos que allí había. Ninguno de los dos podía negarse a comprarles juguetes y adornos que en aquella feria vendían. Ver sus ojitos brillando de ilusión les derretía a ambos, e indudablemente, verles corretear gritando de felicidad por la plaza era impagable. Aquello le hizo sentir a Horacio una dolorosa punzada en su interior. Deseaba que aquellos niños pudieran verse así de contentos y despreocupados siempre. Pero sentía que todo se le iba de las manos, formándose un nudo en su garganta.


Viktor notó cómo su mirada se apagaba, sabía lo que estaba pensando. Dando un apretón en su mano hizo que el joven profesor le mirara. Tomó con ambas manos el rostro del peliazul, depositando un beso en la punta de su nariz.-Horacio, démosle tiempo a las cosas. Yo sé qué es lo que te preocupa, créeme que estoy igual, pero pase lo que pase encontraremos la salida, confía en mí- finalizó sus palabras con un tierno roce en sus labios, logrando calmar al de cresta. Y era cierto lo que había dicho. Durante aquella semana, había hablado de sus preocupaciones con Conway y Greco, quienes, aparte de burlarse al verle tan embobado por aquel maestro, prometieron ayudarles en lo que fuese necesario, si debían mover hilos para mantener a salvo a los pequeños, lo harían. Y Volkov confiaba en ellos. Sabía que el superintendente no tenía límites cuando de lograr su cometido se trataba.


Fueron interrumpidos por Tomy, quien tímidamente les preguntó si podían ir a la cancha de patinaje en hielo que se encontraba del otro lado de aquella enorme plaza. Horacio con una sonrisa en sus labios, le despeinó con una caricia, asintiendo. Pagaron el arriendo de los patines para los muchachos, quienes entraron velozmente. Les veían patinar entre caídas y juegos, sus voces resonaban en todo aquel espacio, mientras que Horacio y Volkov estaban afuera observando la escena, abrazados.


-¿Quieres entrar?- Le dijo el peliazul con una mirada divertida y casi desafiante. Recibiendo una risita del comisario -O no hay huevos- esto último terminó por hacerle soltar una sonora carcajada, adoraba lo impredecible que era. Así, con la música navideña a su alrededor junto al sonido de personas disfrutando bajo las hermosas luces festivas en aquella cancha de patinaje, los cinco sintieron en sus corazones el regocijo que significaba tener, aunque sea momentáneamente, el cariño de una familia...

Volkacio AU - Teach me how to loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora