Tres

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Mi felicidad al momento de despertar era tan grande que sentía que la casa no iba a ser suficiente y todo era por lo que había pasado anoche, y no, no había sido un sueño, en absoluto había sido real. Ayer había pasado la noche cantando y bebiendo con Lauren y su novio y más personas pero había estado con ella, y mejor aún, habíamos podido hablar verdaderamente. Ella me había preguntado por mí, se había interesado en mi vida y eso me hacía tan feliz que quería bañar el mundo en flores de muchos colores.

— Camila, ¿estás despierta? — escuché la voz de mi madre.

— Sí, má. Acabo de despertar. — avisé.

— Bien, porque debemos hablar. — fruncí el ceño de inmediato.

Tras hacer mi higiene matutina fui hasta el primer piso y me metí en la cocina en donde el desayuno estaba servido para mí. Lo llevé hasta la mesa y me senté a comer en medio de felicidad, era tanta que ni siquiera tenía resaca.

— Ahora sí, Karla. — escuché que dijo mi madre. Levanté la vista y elevé una de mis cejas. — ¿Por qué anoche llegaste acompañada de esa muchacha? — casi me atraganto con el pan.

— ¿Qué muchacha? — pregunté para luego beber zumo.

— Tú sabes de quién hablo, Karla. — me señaló mirándome fijamente. — No quiero que volvamos a tener problemas con esa niña o con su familia. Bastantes dolores de cabeza nos generó en un pasado. — puse una mueca tras recordar algo de eso.

— ¿Pero qué tiene de malo, mamá? Lauren y yo solo somos... amigas. — ni siquiera sabía si lo éramos. — Anoche fuimos por unos tragos con otros amigos y... bueno, resultó que ella y su novio tuvieron que traerme hasta casa porque JJ no pudo.

Anoche James se había ido a llevar a Ashley por lo tanto me había dejado sola con Nick, Sebastian y Lauren, ellos me trajeron a casa pero como Nick vivía atrás el taxi lo dejó primero que a mí y por eso Lauren me ayudó a llegar hasta mi puerta mientras su novio esperaba en el vehículo.

— Ah, ¿tiene novio? — preguntó confundida, confirmé con mi cabeza. — Bueno, como sea. Mira, Camila, sabes que tu padre y yo te... aceptamos, ¿bien?, preferimos no meternos en tu doblesexualidad.

— Bisexualidad, mamá. — le corregí.

— Eso, cómo sea que se llame. Es tu decisión y está... bien, ¿si? — asentí escuchándola. — Pero definitivamente queremos mantener a esa muchacha y su familia lejos de la nuestra. Sabes todos los problemas que tuvimos antes y te agradecería, por el amor de Dios, que evitaras el contacto con ella. — mi pecho se arrugó un poco tras las palabras de mi madre pero era cierto, habíamos tenido muchos problemas en el pasado. — ¿Estás bien con eso?

— Claro, todo bien. — tuve que aceptar.




                                     [ . . . ]




Caminaba por la universidad y casi pintaba un camino de colores tras el buen fin de semana que había tenido. Desde el viernes todo había salido definitivamente bien, estaba muy feliz porque Lauren al menos no me odiara, como lo había pensado los últimos años.

Salí de clase directo a tomar el metro para que me llevase a casa pero entonces escuché un claxon.

— Sube, te llevo. — su voz generó la reacción de todo mi cuerpo, empezando por mi gran sonrisa.

— Gracias. — dije y entré al auto. Comencé a ver a Lauren de reojo mientras empezaba a conducir.

— ¿Qué tal tu día? — preguntó ella.

Dream of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora