Cuatro

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Llevábamos 20 minutos de calentamiento y yo ya estaba completamente exhausta y a punto de rendirme pero todos aquí parecían tener el físico de un futbolista así que trataba de aguantar. Nicholas era demasiado bueno en esto, veía la facilidad con la que levantaba las pesas, igual que Ashley y Lauren; James y yo éramos los únicos principiantes.

Ashley hacía un ejercicio es pareja con Nick mientras que Lauren se repartía entre hacerlo sola y hacerlo con Robin, el entrenador; yo por otro lado estaba con JJ, era un tipo de competencia por quien era más torpe, pero iba a ganar yo porque por estar mirando las piernas de Lauren al momento de hacer la sentadilla me caí, casi con las mancuernas encima.

— Mila. — dijo James apenas ayudando a levantarme y a correr las pesas. Yo me senté en el suelo y vi cómo todos se acercaban.

— ¿Estás bien? — preguntó Robin, asentí levemente. — ¿Puedes continuar? Puedo sugerir que descanses. — habló el muchacho pero me opuse.

— Continuaré, estoy bien.

— ¿Segura? En serio no es necesario, si te sientes m-

— Estoy segura. — interrumpí a Ashley. Todos aceptaron y volvieron a sus posiciones, menos Lauren quién seguía mirándome fijamente. — ¿Qué ocurre?

— James, ¿te molesta ir al frente con Rob? Yo ayudaré a Camila. — contestó ella pero viendo a mi amigo.

— Estoy bien.

— Lo sé, por eso haremos ejercicio juntas. — me sorprendí por su plan.

— No es necesario. — repliqué, ella se encogió de hombros.

— Es lo que hacen las amigas. — esa palabra generó algo amargo en mi garganta pero sonreí, entonces acepté.

Lauren comenzó a mostrarme cómo debía hacer los ejercicios con la posición correcta y básicamente empezó a darme una clase aparte a mí sola. Trataba de concentrar mi atención en lo que decía y explicaba pero yo me perdía cada tanto en su cuerpo muy bien trabajado, parecía que ella se mantenía en forma. Tenía sus piernas con algo de músculo y este se acentuaba cada que bajaba para hacer las sentadillas, su abdomen que estaba tonificado lo podía ver cuando alzaba sus brazos para levantar las pesas, así mismo los músculos de sus brazos se tensionaban hasta su espalda con las flexiones de pecho.

Ella me ayudaba a posicionarme mejor tocando ciertas zonas de mi cuerpo como mi espalda baja o mis muslos, luego me motivaba a hacer el ejercicio mediante frases de felicitación y apoyo, pero yo estaba bastante nerviosa.

— Anda, tú puedes. — continuaba diciendo.

Yo estaba terminando de hacer los ejercicios abdominales pero ya no podía más iba a colapsar. Dos repeticiones más y por fin terminé. Soplé aire y me acosté en el suelo, escuché levemente su risa.

— Voy a morir. — avisé.

— Así se siente pero te prometo que nada te pasará. — respondió tendiéndome la mano para que me levantara y la tomé, ella tiró de mí. — Ahora haremos este, es el final. — contó y extendió dos colchonetas en el suelo a pesar de mi negación. El resto parecían haber terminado pero nosotras demoramos más debido a la clase personalizada que Lauren me hizo.

— No creo que pueda, en serio. — repetí. Lauren terminó de acomodar la colchoneta con su pie y me miró, las gotas de sudor corrían por su frente, mejillas, cuello y pecho; tuve que tragar pesado.

— Sí puedes, lo haremos juntas. — dijo. — Haremos planchas anaeróbicas, ¿sabes cuáles son?

— Sí, son horripilantes, paso. — traté de irme pero me tomó del brazo.

Dream of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora