Nueve

1K 79 14
                                    


Un extraño sonido en la puerta de mi habitación me había tomado por sorpresa y había hecho que me levantara de la cama de golpe; entonces vi una silueta muy extraña justo ahí de pie, no sabía quién era ni mucho menos qué carajo quería a esta hora de la noche.

— ¿Quién eres? — pregunté atemorizada.

Aquella silueta lentamente comenzó a acercarse a mí haciendo que yo pegara mi cuerpo lo más que pude a la pared, estaba muy asustada.

— ¿Quién eres? — repetí más alto pero no paraba de acercarse. Cuando estuvo demasiado cerca me sorprendí porque reconocí su rostro.

— Tú estás volviendo a dañar mi familia, niña, estás volviendo a ser un monstruo con mi hija y la quieres llevar de vuelta a ese camino, ¿no tuviste suficiente en un pasado? — Miranda Jauregui estaba allí, atormentándome como lo había hecho años atrás, haciéndome sentir como una abominación.

— Usted sabe que amo a Lauren como nadie más lo podría hacer, porque aunque suene egoísta con ella, es la realidad. — dije a penas.

— ¡Cállate, cállate! ¡Estás loca! — y así como así se abalanzó sobre mí tomando mi cuello y comenzando a asfixiarme.

Yo suplicaba por mi vida prácticamente y cuando sentí que estaba por morir, desperté.

Estaba agitada y casi por instinto puse mis manos alrededor de mi cuello para asegurarme de que todo estuviera bien.

— ¿Camz, mi amor? ¿Está todo bien? — su adorable voz me hizo mirar hacia el otro lado de mi cama y ella estaba ahí, sonreí ampliamente.

— Estás aquí. — murmuré para no despertar a nadie porque ya era de madrugada.

— Así es, estoy aquí, contigo. — apretó mi mano sonriendo. — Anda, a dormir, debes descansar, mañana tienes trabajo. — sus palabras hicieron que frunciera el ceño, ¿trabajo?, yo aún estaba en la universidad.

— No, amor, tengo clase solamente. — respondí, ella me vio aún más extrañada.

— ¿Mi esposa entró a clases y no me invitó? ¿Ni siquiera contarme? — sus palabras hicieron que algo en mi cerebro rebotara y levanté la vista, este no era mi cuarto, no era mi cama, no conocía este lugar.

Esto no era real.

Volví a saltar sobre la cama, esta vez golpeé una de mis mejillas para estar segura de que fuera cierto y lo era. Además, todo estaba justo como cuando me había acostado, y justo como había estado toda la semana.

Lauren y yo no hablábamos, ella había pasado todos los días junto a Sebastian como si nada hubiese pasado, creo incluso habían regresado, y yo pasaba aquellos días haciendo trabajos sola en la biblioteca, ya ni siquiera veía a James porque él pasaba todo su tiempo con Lee y aunque lo entendía, solía extrañarlo. Cuando estaba fuera de la universidad y no tenía trabajos, pasaba tiempo con Olivia, solía venir a mi casa a cenar y ya mis padres la adoraban.

Mañana sería nuestra cita y a pesar de que no tenía muchas ganas, debía hacerlo porque ya había aceptado y no podía fallarle.

El sábado llegó y con ello la noche, ahora me estaba preparando para mi cita con Olivia. Me puse una falda a cuadros roja, blusa corta color negra y en juego unos zapatos abiertos de tacón. Me maquillé suavemente y usé perfume.

El timbre sonó unos minutos después de que estuviera lista y fui a abrir la puerta, mi padre estaba en la sala mientras que mamá hacía unas cuantas cosas del trabajo.

— Mila, luces hermosa. — halagó con una dulce sonrisa que derretiría a cualquiera, incluso me generaba algún tipo de ilusión pero no la que quería.

Dream of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora