Ocho

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No me esperaba encontrar a Olivia en casa de Camila, para nada, era lo último que esperaba. Siendo sincera, quería que estuviera sola, necesitaba hablar con ella; así que sentada en la sala de la casa que ya conocía muy bien a pesar de que ahora tenía ciertas remodelaciones, le escribí un mensaje a James.

Yo: Te voy a asesinar, ¿por qué no me dijiste que Olivia estaría aquí? [7:01 pm]

Duré casi un minuto entero viendo la pantalla de mi móvil esperando un mensaje de mi amigo que no llegó. Suspiré lo más disimulado que pude y levanté mi cara para encontrarme con la de ojos azules mirándome de manera extraña.

— ¿Pasa algo? — le pregunté sin romper el contacto visual que ahora manteníamos.

— No, ¿por qué? — usó un tono demasiado falso para mi gusto, le di una sonrisa de la misma manera.

— ¿En dónde está Camila? — volví a preguntar puesto que anteriormente lo había hecho y solo había contestado que esta no tardaría.

— Ya te dije que no tarda. — repitió.

— Pero ya ha tardado, ¿en dónde está Camila? — insistí un poco más fuerte. Ambas seguíamos mirándonos sin movernos, ella elevó una ceja y yo hice lo mismo.

— En el baño dándose una ducha, ya sabes, lo que se hace luego de un largo rato de ejercicio y sudor. — dijo con un tono que no me gustó para nada.

— ¿Qué insinúas? — reté con notoria molestia y nuestra lucha de miradas continuó.

— ¿Lauren? — antes de que la ojiazul contestara la voz dulce de la otra chica nos hizo a ambas romper contacto para ahora fijarnos en ella.

— Hola, Camz. — sabía que ella amaba que la llamara así y era algo especial para ambas, así que cada tanto lo hacía.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó curiosa, tenía un gesto en su cara que no podía describir, parecía emocionada pero confundida e incómoda al mismo tiempo.

— Vine a verte, quiero que hablemos. — contesté suavemente y esbocé una pequeña sonrisa que no fue ignorada.

— ¿Tardas? Quiero que nos vayamos pronto. — habló de repente Olivia, la miré otra vez y ella a mí.

— No lo creo, espérame en el auto. — respondió la latina, apreté mi puño.

— ¿Tienen planes? — les pregunté a ambas y las miré, intercambiaron miradas entre ellas y Olivia contestó.

— Invité a Camila a cenar luego de pasar el rato en su habitación. Me mostró varias de las canciones en las que ha trabajado, es muy buena. — eso me mató, no solo por el hecho de que anteriormente ya había mencionado la posibilidad de haber tenido relaciones con Camila sino que le había mostrado su música y eso ya era demasiado.

— Sí, lo es. — estuve de acuerdo, tratando de controlar toda mi ira.

— No es para tanto.

— Claro que sí, tú eres para tanto. — casi me vomito al escuchar aquello de parte de la ojiazul y además la cara de Camila hacía todo más difícil, ¿en serio le creía?

— Ve a esperarla en el auto. — le dije con tono autoritario, elevó una ceja y miró a Camila durante varios segundos, noté que esta le dio una sonrisa y ella la imitó, entonces salió.

— Ya podemos hablar, ¿quieres algo? — señaló la cocina.

— A ti. — elevó sus cejas y rió con sorpresa.

— Qué directa.

— No en ese sentido. — me defendí. — Bueno, no solo en ese sentido.

— ¿En cuál sentido? — se cruzó de brazos recostándose contra la mesa del comedor.

Dream of YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora