Disfraz

14.9K 2K 884
                                    

El silencio inundó la habitación. Pero no era un silencio vacío para John, y menos aún para Sherlock. El primero, antes que pudiese percatarse, ya estaba de pie, inmóvil, con escalofríos por la corriente de aire y por sus vistas: frente a él estaba Sherlock, con su misma expresión. Su camisa estaba era muy ajustada, y se le pegaba al cuerpo. Realmente se mantenía en forma. Estaba apoltronado de malas maneras, con una pierna estirada y las manos colgando de los reposabrazos.

Las dos miradas se cruzaron de nuevo y John se ahogó en sus ojos. Se estaba dando cuenta de la escena, y no lo entendía. No entendía nada.

Sherlock esbozó una minúscula sonrisita ante el aspecto de su amigo, con esa camiseta tan impropia de él. Debía de tener frío, y bastante. Ojalá se pusiera uno de sus jerseys de lana, de esos que le sentaban tan bien. Sí, uno de esos de rayas que se ponía para los casos. Esos que daban color a la tristeza de la escena.

-John -susurró burlón Sherlock, al verle totalmente encandilado.

-¡S-sí!- parpadeó varias veces, muy rápido, haciéndose el atento.

-Ponte algo, vas a coger frío. Te necesito sano, ¿sabes?- sonrió e hizo un esfuerzo para levantarse.

John hizo una mueca y el detective se acercó al otro sillón para agarrar su abrigo. Fuera estaba comenzando a llover, el cielo estaba encapotado  como de costumbre.

-¿Vas a desperdiciar el privilegio? A ver si te traspasa mi instinto, ten cuidado. -dijo Sherlock extendiéndole su preciado abrigo.

John se sonrojó, en parte por la ofensa pero mayormente por la oferta. Se acercó a Sherlock y no dijo nada, se limitó a mirarle con la cabeza gacha, intentando parecer indiferente.

Sherlock le rodeó y extendió el abrigo por sus brazos a modo de mayordomo.

Ambos rieron, pues el oscuro abrigo le quedaba largo. Sherlock se acercó a él y le acomodó las costuras. John podía notar sus manos, y eso le incomodaba. Pero no del todo, era extraño. ¿Por qué le parecía agradable? Era de locos.

-Solo te faltan unos detalles y ya estarás digno de cuadro. -dijo Sherlock mientras cogía su bufanda azul.

Antes que John se negara, ya tenía a Sherlock rodeandole el cuello con la prenda, agarrándola por las puntas. Ahora tenía a John controlado, pensó, y eso le hizo reír para sí.

-S-Sherock, ya basta, va -susurró John al verle acercarse, de manera que estaban llegando a la pared.

-Cállate,  John. No lo estropees -sonrió y susurró.- Te queda muy bien, ¿sabes?

La espalda del doctor estaba ya contra la pared, pero éste no dijo nada, no valía la pena. Sherlock tenía una mirada diferente, hundida en la suya una vez más.

Las delgadas piernas del detective tenían posesión sobre las de Watson, sin saber cómo habian llegado a esa postura, entrelazadas.

Las manos de Sherlock habían soltado la bufanda, que ahora ya colgaba del cuello de John. Éstas habían pasado involuntariamente al mismo cuello, acariciándolo discretamente.

-Sherlock- susurró John, balbuceante y con respiración entrecortada. -¿Qué estás haciendo?

-No lo sé, John. Por una vez, no lo sé.

Suavemente, el detective acercó los labios a la oreja de Watson y la mordió con cariño y seguridad:

-No tengo ni la más remota idea.

A Quirky Love [johnlock]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora