Eres mía

4.3K 480 467
                                    

— ¿Y por qué no? — Susurré.

Sonrió. — No me gusta compartir lo que es mío.

Le devolví la sonrisa. — No soy tuya, Fred.

— Quiero que lo seas.

Me levanté de puntillas, me acerqué a su rostro y rodeé su cuello con mis brazos. — Prepárame un sándwich, Fred. — Sonreí. — Te acompaño...

Fuimos a la cocina. — No me lavé las manos, Val. — Dijo con diversión.

— ¿Orinaste o cagaste?

— Oriné.

Me recosté en una silla boca abajo, colgando mis piernas. Estaba en una posición un tanto peculiar.

— Pfff, sabor a Fred. No importa.

— A veces pienso que eres una versión femenina de mí.

— No es cierto, yo soy más bonita. — Respondí.

— Toma, trágatelo. — Me dio el sándwich.

Solté una carcajada. — Ya voy a tragar. — Volví a reír y me senté bien. — Mamá siempre me regaña cuando digo "tragar" — Lo miré a los ojos.

— ¿Y aún así lo sigues diciendo? — Se recargó en la isla y sonrió.

Di un mordisco al sándwich. — Obviamente. ¿Quieres? — Lo acerqué a su boca y le dio una mordida. — ¿Cómo sabe Fred en un sándwich?

— Bastante bien. — Respondió.

— Opino lo mismo.

Fred acercó su mano a mi boca, la limpió con su pulgar y se chupó el dedo.

Fui al refrigerador y tomé el jugo de naranja. No quedaba mucho, así que bebí directamente de la botella.

— ¿Sabes dónde está mi mamá? — Le pregunté. — Es raro que no esté aquí.

— Se fue con mamá de compras cuando saliste. — Sonrió maliciosamente. — Mi suegra y mamá se hicieron amigas.

Solté una carcajada y comencé a toser porque se me atoró el sándwich.

Fred se burló de mí. — ¿Ah, sí? — Me levanté y quedé frente a él. Me aventé a su cuerpo y Fred me cargó.

Nuestras caras estaban frente a frente, y aprovechó para juguetear con los rizos a los lados de mi rostro. A pesar de mi despeinado moño, el rímel corrido y la sinusitis, Fred aún me veía hermosa. Jugó con mis rizos, y aunque a mí me parecían un caos, a él le resultaban encantadores.

— ¿Hacemos la cena para los demás?... — Trataba de evitar los incómodos silencios. — Estoy aburrida.

Fred me miró bonito y asintió con la cabeza.

Me bajó con delicadeza y puso ambas manos en mi cintura. Se agachó un poco para quedar más cerca de mi rostro.

Tenía ganas de decir "SOLO BÉSAME, FRED, NO PUEDO CON ESTA TENSIÓN".

— Hazlo, Fred...

Sonrió y se mordió el labio. Se acercó más a mi rostro y sus labios se estamparon con los míos.

Sentía una revolución de emociones y un escalofrío recorrió mi cuerpo.

— Creo que... la cena puede esperar. — Me dijo.

— Pienso lo mismo. — Sonreí.

Íbamos subiendo las escaleras y soltamos risitas.

Todos empezaron a salir de sus habitaciones. Empujé a Fred hacia la pared.

— Dame la mano. — Le dije a Fred.

Él la tomó con fuerza.

— ¡MAMÁAAAA! — Gritó George. — ¿YA LLEGASTE?

— Obviamente que no. — Le dijo Ginny.

— ¿Qué? ¿Mamá se fue? — Preguntó Ron.

— Mientras dormías, Ron. — Le dijo Harry y soltó una carcajada al igual que todos.

Comenzaron a bajar las escaleras.

— Oigan... ¿Dónde está Val? — Preguntó Hermione.

— Y Fred... — Siguió George.

— Seguramente está dormida, a veces tiene el sueño pesadito. — Dijo Ginny.

Me quería reír. Entramos a mi habitación.

— ¿Nos volvimos invisibles? — Preguntó Fred.

— Sí...

— No quieres que nos vean juntos. — Afirmó.

— No es eso... ¿No te gusta lo emocionante? Además, no quiero problemas estando contigo. — Acaricié su mejilla.

Sonrió. — ¿Acabas de decir que ya eres mía?

— Sí... tal vez. — Solté una risa.

Me besó, y sentí cómo sonreía en mis labios.

Se agachó y me cargó. Enrollé ambas piernas en su cintura y me aferré más a su cuerpo.

No podía dejar de sonreír.

— Me gustas, Aliwali.

— Me gustas, Fred Weasley.

Tribrida en Hogwarts ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora