Tribrida en Hogwarts ©

Amor y Fred

¿Perciben la emocionante experiencia de llevar una relación a escondidas?

Y, además, experimentaba cierta culpabilidad... por George, no deseaba que pensara que prefería a su hermano.
No tenía intención de enamorarme de Fred, y desconozco en qué momento empecé a anhelar ser algo más para él. ¿Les ha sucedido enamorarse de alguien mientras están convencidos de lo contrario? Trataba de engañarme a mí misma, negando cualquier atracción por Fred. Creía que ambos se irían al final; Fred y George encontrarían a una chica y se marcharían, y eso estaba bien en mi mente, ya que no tenía planeado absolutamente nada de eso. En ese momento, mi mente advertía "No lo hagas", mientras mi pequeño y tumultuoso corazón murmuraba "No te hagas la tonta, te gusta y está bien". Era una revolución de emociones y pensamientos que no sabía cómo explicar.

Estar con Fred era hermoso. Constantemente me hacía reír, me ponía nerviosa en presencia de los demás y era atrevido.

[...]

Nos encontrábamos en mi habitación. Fred reposaba, y yo estaba sobre él, jugaba con mi cabello mientras mantenía la mirada fija en mí.

— ¿Vas a ir conmigo al Yule Ball? - Preguntó.

— Indirectamente.

— Me gustaría ir contigo sin que sea a escondidas.

— A mí igual... - Solté un suspiro. - Pero sabes la cantidad de chicas que tendré que golpear porque salgo con Fred Weasley... se alterarán al saber que ya estás apartado.

Soltó una carcajada. - Hazlo.

— No quiero que la gente arruine lo que tengo contigo Freddie. - Me acerqué a él y le di un beso. - Me gusta golpear gente, pero a veces es irritante.

— Me gusta tu agresividad Aliwali.

Sonreí. - Sí, a mí también me gusta.

Se acercó a mi rostro y estampó sus labios con los míos.

Tocaron la puerta con fuerza.

— ¡Val! Abre la puerta. - Hermione habló.

— ¡Tenemos que ir de compras! - Gritó Ginny. - Alo...

— ¡No! - Grité. - Me voy a cambiar.

— Te esperamos abajo. - Dijo Hermione.

— Ok, bajo en unos minutos. - Miré a Fred. - Lo siento amor, tendrás que quedarte aquí.

Me levanté y me cambié de ropa. Fred no dejaba de observarme.

— No te pedorres en mi cama.

— Esperaré a la noche, para que me enseñes el vestido que te comprarás.

— Mejor que sea una sorpresa.

— ¡VAL! - Gritaron.

— Ya me voy. - Le dije, Fred me dio un corto beso en los labios y salí de la habitación.

— ¿Por qué te tardaste tanto?

— No sabía qué ponerme...

Salimos y las tomé de la mano.

La mansión que poseía estaba en Nueva Orleans, así que no había nieve. Llegamos al centro de Nueva Orleans, donde varias tiendas de ropa nos esperaban. Hermione se probó un vestido azul y otro rosa. Ginny uno color agua y otro blanco. Las tres salimos al mismo tiempo con los vestidos puestos.

¡¡¡HERMIONE SE COMPRÓ EL VESTIDO AZUL!!!

Ginny se había probado un vestido color morado, Y ERA PERFECTO PARA ELLA.

Pero lo dejó, dijo que no le gustaba, pero yo conocía la razón.

— Ginny. - Me acerqué a ella. - Llévate el vestido morado... yo lo pago. - Le di una sonrisa.

— No...Val.

— Sabes que es perfecto para ti... por favor.

Ginny me dio un abrazo y aceptó.
Regresamos a la mansión. Ginny le mostró su vestido a los Weasley. Molly y Arthur me agradecieron, así como mis padres. Era lo menos que podía hacer por ellos.
Después de compartir tiempo de calidad entre los Weasley y los Montes, cada uno se retiró a dormir.

— Aliwali. - Fred estaba recargado en la puerta del baño y estaba cruzado de brazos.

— ¡Dios mío, Fred! Me vas a matar algún día del susto.

Se quedó callado sin dejar de mirarme.

— ¿Vas a entrar o solo te quedarás observándome? - Pregunté con diversión.

Fred se quitó la ropa y entró a la ducha conmigo. Las gotas caían por su rostro, y su cabello se pegaba en ambos lados de su cara debido al agua.

Fred sonrió y se acercó a mí, besándome.

— Te extrañé. - Habló entre los besos.

Sonreí.
— Yo también, Freddie.

Sus manos empezaron a acariciar cada parte de mi cuerpo. Su tacto era lento y dulce. Estampé mis labios con los suyos, nuestras lenguas chocaban entre sí, intentando tener un control sin éxito alguno.

[...]

Estábamos acostados; Fred dejaba besos en mi frente y yo en su pecho.

— Gracias. - Me dijo.

— ¿Por qué?

— Lo que hiciste por Ginny, eres la mejor, pero no tenías que hacerlo.

— Lo haría mil veces si fuera necesario. - Sonreí.

— Te amo Aliwali.

— Yo también te amo Freddie. - Suspiré. - Ya me dio hambre...

Soltó una carcajada. - Vístete y vamos por algo de comer... ¿sí? - Acarició mi mejilla.

Nos levantamos y nos vestimos rápidamente. Fred y yo compartimos una mirada cómplice antes de salir de la habitación, dejando atrás la intimidad que acabábamos de compartir.