¿Cuarteto de oro?

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¿Por dónde empiezo?
Regresemos un poco en el tiempo, antes de que abriera la puerta.

— Vístete -le dije a Tom.

— ¿No quieres que sepan que te acabo de coger? -preguntó con un tono de burla.

— Que te vean el pito entones -respondí mientras me ponía una blusa blanca que se transparentaba.

Volvieron a tocar y abrí la puerta con enojo.

Malfoy...- solté un gran suspiro — ¿qué quieres?

Tom salió de mi habitación y miró a Draco. Le sonrió, pero no gentilmente, se burló de él. Caminó lentamente y Draco habló hasta que lo perdió de vista.

— Dejaste tu libro de pociones en el salón -dijo con tranquilidad a lo que me sorprendí por tal acción
— No me agradezcas -habló rápidamente y me miró con asco — le oriné encima.

— No tenía planeado hacerlo -respondí gélida.

Draco bajó la mirada de mis ojos a mis pecho.

— ¡Hey! - chasqueé mis dedos enfrente de su rostro
— Mis ojos están aquí, no aquí -dije haciendo énfasis en que dejara de mirarme al pecho.

— Si que te cogieron, Montes.

— ¿Te gusta venir a escucharme? -sonreí.

Draco me dio una sonrisa de suficiencia y se acercó a mi acorralándome a un lado de la puerta.
— Riddle no es para ti.

— ¿Y quién es para mi según tú? -pregunté.

— Solo piensa en cogerte -dijo acercándose un poco más a mi rostro.

— Pienso lo mismo con él -respondí poniendo mi dedo índice en sus labios para sellarlos.

En ese momento pude verlo mejor, sus ojos grisáceos estaban rojos y apenas podían abrirse, su perfume se combinaba con el olor de la hierba.

Lo empujé
— Te drogaste, Malfoy.

— A ti que si me drogué, perra traidora -dijo alejándose de mi con el ceño fruncido.

— Si solo viniste aquí para hablarme de esa forma, es mejor que te largues -contesté.

Draco se quedó callado sin dejarme de mirar a los ojos, entré a mi habitación y le cerré la puerta en su cara.
Cuando abrí el libro tenía escrito en la primera hoja "Puta traidora de mierda" me digne a soltar una risita y dejar el libro en el escritorio.

Y volvieron a tocar y grité con enojo
— ¿¡Qué quieres Malfoy!?

— ¡Soy Ginny, tonta!

— ¡Y Hermione!

— Y Luna.

Abrí la puerta.

— Nos enteramos sobre Cedric -comentó Ginny e hizo una mueca.

— Así que decidimos estar contigo esta noche para acompañarte -dijo Hermione.

– Val -Luna me tomó del hombro con delicadeza
— ¿Cómo te sientes?

— De maravilla -sonreí — gracias por preguntar, Lunita.

Tribrida en Hogwarts ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora