Incanzable

129 14 1
                                    

Bueno, aquí era "recoger" pero no se me hacia un buen titulo, así le he puesto así, es un crossover con Hataraku Saibō.

El cuerpo humano, ese mundo donde vivían alguna vez fue un sitio próspero y bueno para existir, rebosante de vida, produciendo células de todo tipo. Hoy aquello no era más que mítico recuerdo de las pocas células que escondidas y temerosas esperaban el fin, otras, contadas en el organismo se negaban a rendirse a pesar de la adversidad que aquel virus había llevado hacia su hogar y aunque les parecía difícil la posibilidad de vencer seguían luchando dispuesto ha hacerlo hasta el fin.

Neji Hyuga, era un leucocito, un glóbulo blanco destinado a la defensa del organismo, su especie estaba en extinción, todos habían sido exterminados por el virus que atacaba al cuerpo, pero él estaba decidido a caer peleando.

— Vamos, tienen que irse, sigan derecho hasta el sistema nervioso— les ordenó a las pequeñas plaquetas de cejas pobladas que lo miraban con los ojos cristalizados.

El tejido debajo de ellos que funcionaba como piso se rasgó, una monstruosa esfera con picos y cientos de glándulas que se movían como si se trataran de ojos comenzó a emerger, éste era uno de los agentes de dispersión de la enfermedad.

En ambiente a su alrededor se calentaba de manera excesiva, el aire se veía viciado y el propio Neji comenzaba a marearse. Pero aún tambaleante se interpuso entre el virus y las plaquetas.

— ¡Vayanse!— les gritó.

Estas retrocedieron y comenzaron a andar a toda velocidad hacia el lado opuesto. La esfera se movía apesadumbrado pero la atmósfera que generaba a su alrededor le hacía imposible a cualquiera combatirla. Neji corrió hacia ella dispuesto a acabar con ella aún a costa de su vida. Estiró su mano, su puño suave bastaría perforandola de manera letal aunque con el contacto terminará infectado y muriendo.

Corrió hacia ella, estiró su brazo dispuesto a golpear, sin embargo mientras se arrastraba derrapando, observó algo, estaba allí, una silueta venía hacia él, vestía de rojo sin duda, llevaba aquel overol y gorro típico de las células rojas, llevaba algo en sus manos. Tensó los dientes bajó su brazo y pasó por debajo de la esfera tóxica, se giró para ver si las plaquetas ya estaban lejos y suspiró de alivio al percatarse que era así, escuchó parte del piso rasgándose de nuevo, una esfera viral de mayor tamaño se interponía en el paso del glóbulo rojo. Neji corría hacia donde estaba, saltaba usando una de las paredes celulares y saltaba con una voltereta por encima de él mientras ya estando de pie giraba su cuerpo, para hacerle frente, presionando sus dientes interponiéndose entre los dos.

La miró por el rabillo de su ojo una chica de pelo castaño, se abrazaba una caja metálica brillante con una mirada llena de determinación, un sentimiento que había perdido por completo en cada célula de los organismos del cuerpo. Neji incluso se encontraba dispuesto a dejarse vencer, sacrificarse para ya no tener que hacer más y sucumbir como el resto ante el virus, pero ella no parecía dispuesta a hacerlo.

— Vamos, eres un leucocito, acaba con él tengo una entrega que realizar— le indicó mirando al frente sin ningún tipo de temor.

Incluso parecía inmune a los efectos del asfixiante calor que emanaba aquel ser de la peste. Dos coletas sobresalían detrás del gorro rojo que portaba, sonreía, un gesto lleno de determinación y valentía, pues mantenía la esperanza en realizar su labor y en que él pudiera hacerlo.

La esfera aumentó su intensidad de tal manera que los tejidos comenzaron a incendiarse pero ninguno de los dos se movió, Neji se puso en posición de pelea influido por el espíritu de la chica, determinado no sólo en luchar, si no incluso vencer.

Respiró profundo y golpeó con fuerza, el palmeo fue fulminante atravesó el cuerpo pululante del ser viral provocando que este comenzara a fracturarse hasta desaparecer.

Neji observaba atónito la escena sin dar crédito, había logrado destruirlo. Presa de la emoción que tenía, avanzó con rapidez, se lanzó en el aire e impactó con su puño fulminante destrozando la segunda esfera.

— ¡Muy bien leucocito!— exclamó la chica emocionada.

La chica dándole ánimo provocó que algo en el pecho Neji latiera bastante rápido pues sus ojos de ella se iluminaban de manera linda.

— Me llamo Neji— le indicó la chica.

— Soy Tenten— dijo la chica sonriendo.

— Te llevaré a donde necesites.— le prometió.

— Debo llevar esto al corazón.— respondió la chica.

Un par de glóbulos blancos, paladines corporales al igual que el Hyuga observaron su proeza con tal emoción que les arrancó lágrimas, se miraron los unos a los y afirmaron con la cabeza, fueron a unirseles.

— ¡Neji-san! ¡eres increíble!— indicó uno de ellos mientras corría hacia ellos para alcanzarlo.

— Sabía que no te ibas a rendir, ahora tu puedes guiarlos, muchos leucocitos habían perdido la voluntad de pelear.— afirmó el otro.

— Lo cierto, es que yo también—admitió mientras avanzaban abriéndose paso hasta la aorta.

Neji dirigió su vista hacia Tenten, ella mantenía la vista hacia él frente avanzando con un solo objetivo, el Hyuga estaba deslumbrado.

— Ella no.

Tres esferas virales aparecieron con la intención de cortarles el paso, Tenten jamás detuvo su paso por lo que partió de la responsabilidad los tres leucocitos, destruir a cada uno de los agentes del virus. Conforme avanzaban las células supervivientes se asomaban de entre las ruinas, gritaban emocionadas dando ánimo a los viajeros, a aquellos que habían decidido no rendirse, volver a pelear y vencer.

Más y más leucocitos se unían a su cruzada y enfrentaban sin dudar ahora ante el virus, las células por su parte volvían a sus puestos, se unían unas a las otras buscando restaurar las ciudades.

Tenten había transmitido un mensaje, mismo que influyó a Neji y este transmitió a otros, mismo que reflejaron sus acciones. Todos tenían una labor, poner empeño en ello y hacer lo correcto hará que cualquier adversidad se supere, por lo que nunca debes darte por vencido.

Así el virus fue diezmado y luego extinto, los anticuerpos del cuerpo aprendieron a lidiar con él, las otras otras células en las ruinas entre tejidos, órganos y sistemas se restauraron, recostruyeron un cuerpo a punto del cataclismo..

Tenten otorgó su paquete en el corazón, el paquete contenía la información contra el virus y la fórmula para fortalecerse contra él, muchos dirían que la vacuna hizo el trabajo, el mecanismo mismo del organismo terminó repeliéndolo y los leucocitos vencieron.

— ¡Neji!— exclamó Tenten saludándole mientras corría hacia él.

Neji sonrió al verla convencido que ella era la responsable de que ahora todo estuviera mejor, empezando por él. Ella se arrojó en sus brazos abrazándolo, él sintió que su piel permanentemente blanca adquirían un tono rojo en sus mejillas. Ella era increíble. 


Nejiten AntologyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora