Neji suspiró bebiendo el ultimo sorbo de su trago luego de varios minutos de observarlo depresivamente. El estuche de su guitarra descansaba en el costado de la banca donde se encontraba sentado, tocando levemente su pierna derecha, lo acarició un poco con cierta melancolía para luego levantarse, ponerlo sobre su hombro, dejar un billete en la barra y dejar el bar donde se encontraba.Caminaba por las calles solitarias, serían alrededor de las tres de la mañana y aquel rumbo era poco transitado, suspiró agotado, pensando en los reveses de su vida. Un par de años atrás unos amigos y él optaron por formar una banda de rock y llamarla Konoha Factor, tuvieron un par de éxitos en la que su agrupación ofrecía letras rebeldes y enérgicas a una generación que necesitaba un estandarte para oponerse a su realidad, pero entre el cambiante y caprichoso mundo de la música, los gustos cambiaron de un momento a otro y fueron olvidados.
El era un genio, tenía suma facilidad para aprender cualquier acorde, tocar cualquier instrumento y replicar con su voz diversos tonos, podría haber hecho miles de cosas, podría haber continuado solo, pero era leal, aunque no lo expresara mucho, les tenía apreció a todos ellos, por más desesperantes que fueran, jamás los dejaría atrás. Por otro lado tenía el suficiente orgullo para no darse por vencido e insistir ante todo pronostico en tener éxito.
Su teléfono celular sonó con el tono de mensaje, se detuvo en la esquina de la calle y lo tomó para escucharlo, era un mensaje de voz, por debajo de al menos 35 mensajes que su enérgico colega le había dejado durante el día y el había dejado "en visto".
— Vamos Hyuga, tienes que responder en algún momento, tenemos una tocada, abriremos el concierto a un grupo de rock alternativo estadounidense, sé que estar solo de invitados no es lo que quisieras, pero ofrecen buena paga y ellos son bastante buenos, respondeme en cuanto escuches este mensaje.
El joven de ojos malva presionó sus dientes y bufó, cierto sentimiento de malestar en su estomago se debía a su orgullo actuando de nuevo, no quería valerse del éxito de otros para volver.
— ¡Taxi!... por favor... ¡Taxi!— exclamó una voz femenina acortando sus pensamientos.
Una chica de unos 26 años de edad, luciendo un cabello castaño claro suelto, su esbelta figura moldeada en una blusa oriental que levantaba su pecho y unos jeans negros. Llevaba un labial rosado mate y lo observaba con sus expresivos e sublimes ojos cafes. Portaba en el brazo derecho un tubo para pergaminos y unos cuantos más en sus brazos apenas resistiéndose a caer.
Neji giró su vista al otro extremo de la calle, un taxi estaba doblando la esquina frente a él en ese momento, ella estaba aun media cuadra alejada, era imposible que lo alcanzara.
Sin siquiera pensarlo, sujeto con fuerza el estuche a su brazo y comenzó a correr para alcanzarlo.
— ¡Taxi!— exclamó con su voz grave y el conductor se detuvo enseguida.
Unos cuantos instantes después la chica apareció, sus mejillas se habían pigmentando con el esfuerzo de un rojo intenso, lo cual la hacía parecer aún más encantadora. El genio musical no pensaba este tipo de cosas constantemente, no era como que no lo hiciera jamás, esos pensamientos estaban allí en su cabeza constantemente: cumplidos para una mujer, la forma de declararsele, como expresar más amor, algunas de esas cosas formaban parte de las letras de su música, en el momento de componer o cantar emergían desde lo más profundo de su ser como si vinieran de otra persona o solo tal vez de otro tiempo.
Él la esperaba con la puerta del auto abierta ofreciéndole pasar.
— Muchas gracias de verdad, de verdad, me quedé demasiado tarde afinando los diseños del nuevo edificio que no vi la hora y es tan complicado conseguir taxi aquí.— explicó la chica mientras subía.
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Nejiten Antology
Fiksi PenggemarCientos de realidades donde el genio Hyuga y la kunoichi experta en invocación terminaron juntos. La verdad lo hice para mi novia, le encanta esta pareja.