Hasta el fin el mundo

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El inktober decía "tristeza" pero yo no quería una Tenten con el corazón roto o algo así, quería algo más acorde a lo que suelo escribir, atípico. 

Se ambienta en el universo de "soy leyenda", pero no esperen encontrar como terror, tal vez un poco de suspenso. Que lo disfruten y sepan encontrar el final feliz. 


En el año 2009, un virus letal se esparció sobre nuestra civilización...

Al final del primer año de la infección, el 90% de la población humana (unos 5400 millones de personas) del planeta murió a causa de la infección. Un 9% (588 millones, aproximadamente) resultó infectada, pero en vez de morir se convirtió en esas criaturas, mientras el resto (unos 12 millones), quienes de manera natural eran inmunes al virus, fueron perseguidos y asesinados por quienes estaban infectados...llevando a la humanidad al borde de la extinción.

Tenten despertó sin estar segura de que ya se encontraba consciente, pues hace varias semanas su cuerpo parecía anestesiado, existía ahora mismo por simple inercia, la comida no le sabía, el calor o el viento no eran percibidos por su piel, no recibía algún aroma, vivía apesumbrada entre aquel punto entre el sueño y la realidad, entre el ocaso y la noche, donde todo son más que simples siluetas desdibujadas en una habitación sin luz.

Alguna vez fue una chica jovial, feliz y activa, pero con cada pérdida en su vida, su alma se fragmentó y una parte de ella se perdió para siempre.

Suspiró y se calzó sus botas, algo en su interior le lastimaba en uno de los dedos del pie, pero era por un segundo antes que decidiera ignorarlo y continuar. Se dio cuenta hasta entonces que su cama estaba vacía, Neji no se encontraba con ella, una señal de alarma en su interior comprimió sus entrañas y con el temor hormigueando en sus manos descendió de la escalera con su corazón acelerándose implorando que su peor pesadilla no se hubiera hecho realidad.

En la ventana de la entrada había un agujeto, una de las placas el metal que fortificaban la ventana a modo de persiana estaba roto al igual que el cristal del otro lado, tropezó por querer bajar deprisa, se torció la mano y presionó los dientes mientras estas soportaron en el peso de su cuerpo, sus pies resbalaron en el piso prolongando por unos segundos más su agonía y se forzó a levantarse y correr hacia la puerta que también estaba abierta.

— Neji...— murmuró apenas sin voz.

Su boca se encontraba ahora seca, algo comprimía su garganta y le faltaba la respiración, ellos, esas criaturas, aquellos monstruos se habían llevado a la última persona que le quedaba y ahora estaba sola.

— Tenten— le llamó Neji mientras cruzaba la puerta con un cofre de herramientas en la mano.

Tenten no sabía qué expresión tendría su rostro, pero Neji soltó lo que traía en las manos y la sujetó en sus brazos, ella se aferró a su cuerpo con fuerza permitiendo que sus fosas nasales aspiraran el aroma en su camisa. Neji la abrazó igual, con sus manos acarició su espalda hasta que el cuerpo de ella dejó de temblar.

—Pensé que te habías ido, la ventana, la puerta abierta...— indicó Tenten con voz quebradiza.

Neji la tomó de la mano y la guió hacia afuera, vivían en un vecindario común, casas de dos pisos con un par de habitaciones; la naturaleza ya había reclamado gran parte del paisaje y en el resto de las casa ya había varias lianas y enredaderas, en lo que en otro tiempo había sido un estacionamiento, la pareja había cercado para criar sus propios cultivos y en los extremos de la calle había varios autos superpuestos para limitar la entrada, al igual que varios reflectores conectados a un generador para ahuyentar a los infectados cuando caía la noche, uno de estos estaba roto.

Nejiten AntologyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora