Nejiten Antology

Tributos

Guerra. Una terrible guerra. Viudas, huérfanos, hijos sin madres. Eso fue lo que la insurrección trajo a nuestro país. 13 Distritos se rebelaron contra el país que los alimentó, amó y protegió. El hermano se volvió contra su hermano, hasta que no quedó nada. Y entonces llegó la paz, una batalla difícil, una victoria lenta. El pueblo resurgió de las cenizas y una nueva era comenzó. Pero la libertad tiene un precio y cuando los traidores fueron derrotados juramos, como nación, que no olvidaríamos esa traición. Decretándose entonces, que cada año, los Distritos de Panem ofrecieran como tributo al Capitolio a un joven y a una joven para luchar hasta la muerte, por su honor, coraje y sacrificio. El vencedor, bañado en riquezas, serviría como recordatorio de nuestra generosidad e indulgencia. Es así como recordamos el pasado, es así como velamos nuestro futuro.

Tenten presionó la mano en el cuchillo que llevaba en mano, como se había aferrado a su vida a lo largo de los días en el campo de batalla, ella era un tributo del distrito ocho, de los menos populares en este juego a muerte llamado los Juegos del hambre.

Su mentor se empeñó en enseñarle lo básico, su estilista se manejó en lo común, su compañero no se esforzó en lo mínimo en seguir desde el momento de la cosecha se dio por vencido y cayó en los primeros minutos en lo que llamaban el baño de sangre. Tenten obtuvo un nueve por su facilidad en manejar armas, le valió para un par de paracaídas durante toda una semana, pocos apostaban por ella.

Sin embargo, se mantuvo viva, hasta ser una de las finalistas. No se considero por ningún momento ser parte del espectáculo, transformarse en una asesina, pero tampoco pensó en caer sin pelear, evitó las batallas cuanto pudo, lidió contra las condiciones de aquel bosque helado y el obtener comida y agua, así como las criaturas que la acechaban, cuando los otros fueron tras ella no retrocedió, fueron los profesionales, la alianza típica que formaban para acabar con los más débiles.

Paralizó a una de las chicas antes de que llegara a ella con su hacha lanzando cuchillos a sus piernas, esquivó las flechas del varón de su distrito, desorbitó a la chica del dos con un golpe del mando de uno de los otros el tiempo suficiente para ella misma trastabillara y cayera colina abajo.

En ese momento un estupido y asustadizo niñato, el más joven de esa cosecha, escogió el peor momento para delatar su escondite y comenzar a correr con la intención de huir, el profesional del uno lo vio como un reto propio, un tiro al blanco. Fue tan sorpresivo para Tenten que mientras que ella se quedó paralizada, el tributo masculino del dos que hasta ahora estaba al margen se lanzara por detrás hacia el cuello del uno, el cual le llevó unos momentos percatarse que era su supuesto aliado el que arremetía contra él. El chiquillo no dejó de correr hasta perderse en los árboles, aquellos ojos malva se enlazaron en los de ella mientras forcejaba.

— ¡Vete!— le espetó.

El tributo del uno lo golpeaba en el rostro y se liberaba, le lanzaba dos tajos de su hacha que lograba esquivar, se giraba luego hacia ella y con el arco que llevaba intentaba flecharla mientras ya huía, pero cuando lanzaba se le lanzaba de nuevo provocando que fallara.

Una vez que estaba lejos, recordó que se llamaba Neji Hyuga, lo había leído mientras veían las puntuaciones que habían dado los vigilantes, había tenido un once, la puntuación más alta, aunque siendo del distrito dos no le sorprendió mucho, pero que éste hubiera atacado a sus aliados por ayudarla y al niño del tres, eso ni en un millón de años.

Pasaron los días y creyó que con algo de suerte no lo vería de nuevo, pero por la noche justo después que apareció la foto del niño que había salvado en el cielo que lo encontró de nuevo. Tenten permanecía en una cueva refugiándose de la inclemente tormenta helada que acontecía afuera, escuchó pasos y lo vio aproximarse a ella con las manos alzadas en son de paz.