Capítulo 9, ¿Elecciones? Quizás obligadas

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Finalmente pararon la furgoneta, los ladrones los bajaron a punta de pistola a un terreno a las afueras de la ciudad. Dado que creían que era un niño y, qué demonios, parecía un niño, no registraron a Luciano por lo que debía de tener aún su cuchillo en su poder, artes marciales y un cuchillo frente a... tres tipos armados, bueno, la situación podría ser peor, porque todo podía empeorar siempre... ¿no?

Le dirigió una mirada al italiano, había vuelto a adoptar una expresión inocente, era experto en eso por lo que parecía, nunca se fiaría de él, aunque realmente se veía adorable así... negó con la cabeza desvaneciendo tales pensamientos, volviendo a observar al resto de acompañantes.

—¿Qué hacemos con ellos? La policía ya no nos sigue, no nos sirven para nada —empezó uno de los ladrones, era alto y moreno, no llevaba pasamontañas al igual que el resto, mala señal, habiéndoles visto las caras era poco probable que los dejaran ir.

—La chica puede servir para algo antes de matarla... —dijo otro mirándola de forma lasciva, provocando que la expresión de Luciano cambiara momentáneamente a una de ira.

—Solo piensas en eso, matémoslos y huyamos con el dinero de una vez —apremió el tercero, señalándolos con su arma.

—Oh venga, está buena, unos minutos más o menos no harán nada, sujétala —indicó el anterior.

El que lo había dicho, comenzó a acercarse a Lyn, no llegando muy lejos, el italiano saltó sobre él clavándole el cuchillo en el cuello, la escena... no fue muy bonita de contemplar, la sangre brotaba sin descanso mientras los otros miraban, sin duda no se lo esperaban, finalmente, cayó sin vida al suelo, haciendo que reaccionaran, corriendo ambos a por Luciano.

Lyn le puso la zancadilla a uno, acompañando a su cómplice en el suelo y manchándose de sangre en el proceso, el otro, para desgracia de la chica, había atrapado al astuto italiano cuya expresión era... sarcástica, maldito crío, se había dejado atrapar para que lo rescatara.

—Luce —empezó a decir recordando como lo había llamado Loki en la casa—, no tiene gracia que te dejes atrapar con tanta facilidad por un idiota, voy a empezar a pensar que eres un inútil.

—Yo que quería probarte ragazza, no eres nada divertida —replicó increíblemente tranquilo, con una sonrisa irónica, lo creía más temperamental, porque estaba intentando enfadarlo, claro.

—Claro que s... —empezó a decir cuando fue interrumpida por un disparo.

Uno de los hombres que había en el suelo, el vivo lógicamente, había apretado el gatillo de su pistola, ¿le había dado a alguien? Su respuesta no tardo en aparecer, las ropas de Luciano comenzaron a teñirse de rojo, la sangre... no paraba de brotar, ¿no se suponía que no podía morir? El hechizo de Loki debía de haber hecho algo más que encogerlo...

El colgante de su cuello pesaba como si se tratara de un bloque de una tonelada, sentía el corazón apretado, desgarrado, tenía que hacer algo... antes de que ambos murieran allí... pateó al que había disparado dejándolo inconsciente, acercándose todo lo rápido que pudo al otro, tambaleante.

—¡A-acércate y lo remato! —amenazó el hombre apuntando con su pistola a Luciano que estaba muy pálido y con los ojos prácticamente cerrados.

—Hazlo... —replicó sin miedo, sin dejar de moverse hacia él, por un segundo sus ojos cambiaron de color, su expresión se tornó más siniestra, el arma del ladrón se cayó al suelo cuando intentaba dispararle, saliendo una bala de su interior e incrustándose en la propia pierna del asaltante.

Para su suerte, el peso de su cuerpo era demasiado para su extremidad herida, tropezando y tocando el suelo, dejando ir a Luciano en el proceso y volviendo a buscar su arma, siendo noqueado finalmente por Lyn.

¿Amor o tortura? (2P!Axis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora