Capítulo 18, Apagón y misterios sin resolver

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Advertencia: este capítulo contiene un poco tortura, pero bueno, está en título del fic, supongo que era de esperarse.


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Escuchó el eco de pasos a través de la sala en la que se encontraba, quizás había alguien más allí abajo, o Luciano había encontrado una cuerda y estaba buscándola por aquellos oscuros pasillos, se dio la vuelta pero algo la agarró por detrás, con tal fuerza que no pudo forcejear, al poco sintió un golpe en la cabeza, todo se oscureció, y cayó al suelo, lo último que vio antes de que sus ojos se cerraran fue la habitación blanca medio destruida en la que se encontraba, y una sombra, la sombra de la persona que tenía tras ella.

NARRADOR OMNISCIENTE

Cuando finalmente el italiano salió del oscuro túnel, que había estado haciendo eco de sus pasos la mayor parte del camino, se encontró de frente con una chica que conocía bien, o al menos que parecía la persona a la que conocía y, había dicho querer, la diferencia era, principalmente su vestimenta, llevaba un uniforme por así decirlo, una camiseta holgada blanca y unos pantalones azules, una ropa que parecía adecuada para pacientes de algún tipo, además de que, iba descalza, aún con el suelo sucio y roto.

—No debiste irte sin decir nada —comenzó a decir Luciano, la chica se dio la vuelta antes de que terminara la frase, sonriendo ampliamente y echándosele encima.

—¡Luci! —exclamó la chica abrazándolo con fuerza.

Él se limitó a mirarla, sin mover los brazos o corresponder de ninguna forma, la chica finalmente se separó para mirarlo extrañada, con un deje de inocencia en su expresión, fingida o real, no es posible saberlo.

—Creía que te alegrarías de verme —comentó decepcionada—, al menos la mitad que yo a ti, esto estaba muy oscuro y te echaba de menos.

—Planeaba seguirte el juego un rato para sacarte información, pero ella podría estar en peligro así que, dime, ¿quién eres tú y dónde está Aaralyn? —dijo el italiano levemente molesto, quizás incluso cansado.

—Yo soy Aaralyn, ¿no me crees? —inquirió la chica, ofendida, dando una vuelta sobre sí misma y extendiendo los brazos—, nací aquí, te conocí hace casi un siglo, ¿o sin casi? Cuesta recordar.~

—No eres ella, no te atrevas a mentirme —amenazó Luciano perdiendo la paciencia y agarrándola por el brazo.

—Auch... ¿por qué no me crees? —preguntó con una leve mueca de dolor.

—Fácil, aunque hubiera recordado ella nunca me ha llamado Luci, además de que... esa no es su sonrisa, la suya es más brillante... —contestó, bajando la voz un tanto avergonzado en las últimas frases.

—Tsch, yo podría hacerte mucho más feliz, tengo sus recuerdos, tengo su aspecto... —comenzó a decir la chica, mirándolo a los ojos.

—Te equivocas, tan solo eres un mero clon hecho como seguro, o quizás como señuelo del experimento real, no eres más que una copia fallida —cortó él, soltándola y sacando uno de sus cuchillos, uno sin filo, plateado, al tiempo que su expresión cambiaba y por sus ojos pasaba un brillo asesino que habría hecho correr al más valiente guerrero—, ahora bien, puedes hablar por las buenas... o hacerlo divertido para mí.

—No te atreverás... —replicó retrocediendo lentamente—, sería como si le estuvieras haciendo daño a ella...

—Te equivocas bambina, nunca le haría daño, con ella usaría otro tipo de cuchillos al menos —respondió sonriendo levemente y alzando el cuchillo a la altura de su boca—, si va a ser por las malas al menos me divertiré. ~

¿Amor o tortura? (2P!Axis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora