Capítulo 21, ¿Viejos conocidos? [Maratón 2/3]

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—No puedes hacerlo, no puedes salvar el mundo —dijo al momento Kuro, negando con la cabeza.

—Pero podemos salvar a quien tenemos cerca —replicó con una leve sonrisa, entrando en la multitud, decidida.

—Nunca cambiarás, ¿cierto? —murmuró para sí el japonés mirando a ambos lados y comenzando a andar hacia su derecha, sin meterse entre la gente.

Llegó al poco a la zona frontal de la multitud, donde los gritos se hacían más fuertes, la chica le recordaba a alguien, al menos le resultaba familiar, sin saber realmente a quien se parecía, bueno, otra razón para salvarla, buscó con la mirada un lugar para subir y se acercó a las escaleras que finalmente localizó.

Los gritos de la gente comenzaron a bajar de tono, mirándola completamente confundidos de ver que alguien se había subido, y sobre todo por sus extrañas ropas y aspecto en general, Kuro no estaba por ninguna parte, ¿la había abandonado sin más? Tampoco se esperaba realmente que la ayudara en algo así... más cuando él parecía más un asesino que un salvador.

—¡Escuchadme bien! ¡Una mujer no es una bruja por el mero hecho de tener gatos o usar plantas medicinales! ¡Dejad libre a la chica! —gritó lo más alto que pudo, de forma que todos la escucharan.

—¡Otra bruja! ¡Quemadla también! —grito alguien entre la multitud, recibiendo gritos de apoyo al momento, ¿realmente había pensado que la escucharían? Si lo había hecho se había equivocado completamente, el verdugo se acercó a ella, obviamente buscando atraparla, acabó en el suelo tras golpearlo en el estómago.

—No tengo frío, muchas gracias por la oferta —dijo mirando al hombre que la observaba con los ojos abiertos como platos, aún con una capucha puesta.

Se acercó a la chica, buscando desatarla, las cuerdas eran demasiado gordas y estaban demasiado apretadas como para poder hacer nada sin un cuchillo, y la gente comenzaba a subir a la plataforma, si no se daba prisa ella también acabaría atada y quizás moriría, es decir, por mucha habilidad de regeneración que tuviera, dudaba que su cuerpo pudiera renacer de las cenizas, no era un fénix precisamente.

—Deberías correr mientras puedes, querida, morir aquí no debería ser una opción para ti —dijo la chica que aún permanecía atada, era rubia, con una bonito lazo rojo el pelo a modo de diadema, los ojos verdes, y un vestido sencillo, al menos para la época.

—Un poco tarde... —respondió nerviosa mirando a los lados, estaban rodeadas y la rubia continuaba atada.

—Tsk, deberías dejar de meterte en líos por una vez —comentó una voz cercana, probablemente proveniente de la multitud.

—No he podido evitarlo, ¿Luciano no está contigo? —replicó la chica aún atada.

—Espera, ¿os conocéis? —preguntó extrañada Aaralyn, aquello iba volviéndose más y más extraño.

—Algo así, aunque preferiría que no —replicó cierto japonés emergiendo de entre los que las rodeaban, noqueando a varios al momento con su katana, ¿la llevaba todo este tiempo?

—Eso es frío Kuro~ creía que éramos amigos~ —respondió la rubia con una leve sonrisa.

—¿En qué universo paralelo si puede saberse? —preguntó el japonés acercándose a ambas y agarrando a Aaralyn del brazo.

—Tienes que soltarla —pidió la chica sin moverse del sitio.

—Sabe cuidarse sola, si está aquí es por algo —respondió tirando de ella.

—Bye bye, no olvidéis saludar a Luci y Flavi de mi parte, iré a verlos pronto, también a Andrés~ —se despidió tranquila, dejando sorprendida a Aaralyn, que finalmente comenzó a andar sin ser arrastrada.

¿Amor o tortura? (2P!Axis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora