Debido a la polémica en televisión, los servicios en el CNP se vieron pausados hasta nuevo aviso. Esto por temor a que el Cuerpo recibiese agresiones por parte de civiles, aunque afortunadamente, la evidencia completa salió a la luz. Solo de esa forma se calmaron un poco las aguas, pero aún así tuvieron que limpiar el expediente de García para dejarlo absuelto de cargos. Asuntos y movidas que el CNI era experto en arreglar.
Ambos inspectores no tenían mucho que hacer. Solo que el atormentado de Gustabo la había pasado mal estos días.
Luchaba consigo mismo por mantener a Pogo a raya, "dormirlo", pero parecía cada vez más imposible. Sí. Ambos coincidían en algunas cosas, pero discrepaban en otras. Por tentadora que pareciera la oferta de Pogo, Gustabo no se imaginaba una vida donde él mismo ya no tuviese el control, donde gradualmente dejase de existir. Tenía miedo. Y ese miedo lo impulsó a pedir ayuda.
Horacio empacaba sus cosas para esa misma tarde regresar a su casa. Gustabo se sentía desahuciado y necesitaba su espacio, así que accedió de inmediato. Todo fuese por el bien de su amigo. Si por él fuera no lo dejaría solo ni un segundo, pero es comprensible cuando alguien requiere de algo de intimidad y tiempo a solas para reflexionar. Le hacía sentir tranquilo que poco a poco su amigo se daba cuenta que necesitaba ayuda, solo rogaba por que la buscase pronto.
Una vez solo, Gustabo sacó una tarjeta de su billetera y la sostuvo entre sus manos temblorosas, releyéndola mientras reposaba sentado en su sofá. Había tomado dicha tarjeta del cubículo de Markle cuando nadie lo veía, pues la asfixiante sensación de estar enfermo le avergonzaba de sobremanera. No quería que el rumor se esparciera, que alguien se enterara. Consideraba la ayuda de una profesional como Sandra ahora que estaba a tiempo, pero a la vez podía sentir cómo Pogo lo maldecía desde el interior, cómo le gritaba y lo insultaba, exigiéndole que lo dejara salir, que dejara de ser un "imbécil", un perro lambiscón de la Policía. Es extraño de explicar, pero podía jurar que lo sentía patalear en su interior y tirar de sus entrañas, impidiéndole que tomara esa decisión que podría significar el inminente fin para el payaso.
Se puso de pie y caminó lentamente por la sala de estar, misma que se encontraba en penumbras debido a la escasa iluminación que se filtraba por las oscuras cortinas cerradas. García estaba en un punto en el que sentía que todos podían observarlo, que había ojos en todos lados, por ello se mantenía casi a oscuras, lejos de todos esos escurridizos y atentos ojos que pudieran juzgarle.
Con ligeras punzadas en la cabeza, el rubio caminó hasta el teléfono de pared frente a él, pues su celular tenía la SIM con la que contactaba a La Mafia y le daba pereza buscar la del CNI. Se acercó al aparato y descolgó para empezar a digitar el número de la tarjeta.
32 01 240
Una fugaz sonrisa se dibujó en sus labios con un suspiro al notar que ese número se asemejaba al antiguo contacto de Emilio, trayéndole recuerdos de tal anécdota.
Luego de tres tonos, el teléfono fue atendido.
━Hola, buenas tardes.
Un nudo se apretó en la garganta del rubio, impidiéndole hablar o suspirar siquiera. Era como si una mano invisible cubriera su boca para que no hablase, incluso sentía dicha presión sobre sus labios y garganta.
━¿Hola?
Ante la insistencia de la Agente, no le quedó de otra más que responder.
━Se... ¿Señorita Díaz?
━¿Quién habla?
━¡Ah! Soy... Soy Gustabo, su compañero.
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Discordia | SpainRP Fanfic | Pogo
FanfictionUna vez Gustabo y Horacio ascienden a Inspectores Jefe, las cosas se tornan muy turbias. La Mafia se fortalece. Una nueva Psicóloga y Agente arriba en el CNI. Horacio se enamora. Y Pogo luchará por tomar total control de Gustabo, cobrando así vengan...