1. Milagro

551 20 4
                                    




Es un día jodido para el CNP a manos de La Mafia.



Han muerto un par de alumnos más después del incidente con Leopoldo. El oficial Moussa está grave en el hospital luego de un atentado debido a que La Mafia buscaba liberar a Manolo y a Emilio de la perpetua... otra vez. Consiguiéndolo.



Horacio se emborracha en el pequeño apartamento de su amigo rubio, asqueado de pertenecer a la mafia y no poder hacer nada al respecto por esos pobres alumnos y compañeros policías. Solo desea que todo termine de una buena vez. No soporta más daño, más sufrimiento y el no poder hacer nada al respecto que apuntar a sus propios colegas con sus armas.



Por otro lado, Gustabo se mantiene inmutable en el sofá. Quieto, sereno, inmerso en sus propios pensamientos mientras mira un punto en la nada, hipnotizado por el hilillo de humo que despide el cigarrillo consumiéndose en el cenicero sobre su mesita de cristal. Un cigarrillo que se vio tentado a fumar, pero no puede debido a su reciente alergia a la nicotina y problemas de antaño con el asma.



Horacio tiene que levantarse del suelo para salir corriendo en dirección al sanitario donde vomita por cuarta vez consecutiva. El rubio suspira pesadamente, hastiado. Se levanta del sofá y se coloca una sudadera para ir a la tienda de autoservicio más cercana. Supone que su amigo estará deshidratado y necesitará una bebida con electrolitos, además de algo bien picante para la resaca. Está anocheciendo y se apresura a hacer las compras.



━Qué jodido, ¿no crees? ━Habla un divagante Horacio sobre el sofá una vez el rubio regresa.



━¿El qué? ━Pregunta el contrario, sin prestar mucha atención, dejando las llaves en la mesita de entrada, despojándose de su sudadera.



El del mohicano dedica una sonrisa insípida a la nada, reflexivo.



━Me imagino la posibilidad de que Conway haya asignado la misión que llevamos a otros oficiales de alto rango, y que quienes hubieran comido suelo y estado tres metros bajo tierra ahora mismo fuésemos nosotros dos ━miró al ojiazul━. Tú sabes que había policías por sobre nosotros cuando éramos oficiales. Esos cadáveres fácilmente pudieron ser los nuestros.



Gustabo bufó mientras se aproximaba hasta su amigo, extendiéndole una botella de Powerade y galletas saladas.



━Deja de comerte el coco ya, hombre ━renegó━. Eso nunca nos va a pasar. A menos de que sigas siendo un blando con los de La Mafia ━se sentó a su lado en el sofá━. Nadando te tiene el ojo encima todo el tiempo. Si no empiezas a tomarte las cosas ya en serio, no voy a defenderte. ¡Tío, que nos estamos jugando el pellejo! ¡Por el amor a Cristo Bendito!



Buscaba la manera de hacer entrar en razón al contrario. Tarde o temprano tendría que hacerlo, aunque esperaba que fuese más temprano que tarde.



━Ya, pero tú sabes que no puedo evitarlo ━se defendió el de la cresta, cabizbajo━. No puedo evitar ponerme sensible cuando se trata de nuestros compañeros. Mucho menos ahora que han muerto tres alumnos y por poco Moussa. La Mafia no tiene piedad. Odio pertenecer ahí.



El rubio tensó la mandíbula para luego beber de su lata de cerveza, conteniendo cierto enojo y frustración además de una confesión que muy seguramente se llevaría a la tumba.



No quería decirle a Horacio que él creía que las muertes de esos alumnos eran culpa de su corazón blando. Si se hubiera mostrado rudo, seguro de sí desde un inicio, ahora mismo nada de esto hubiera pasado, pues La Mafia hubiera confiado de lleno en ellos... Si se lo decía, no solo se quedaría sin la amistad de Horacio, sino que temía la panda de ostias que le tendría guardada Conway por "comerle el coco" a su amigo, a su hermano de otra madre. Alargó su mano y tomó lo que quedaba del cigarrillo entre su pulgar y el índice, golpeándolo ligeramente con el dedo medio para retirar el exceso de ceniza.



Discordia | SpainRP Fanfic | PogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora