Discordia | SpainRP Fanfic | Pogo

18. Cucharada de tu propia medicina

💖Capítulo dedicado a:

pur_purny_y💖

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━Le digo que ahí estaba a mitad del atraco discutiendo con los rehenes: "Pogo no amista con pobres", "Nadie entiende a Pogo, ¡Nadie!" Incluso los de La Mafia se extrañaron, pero le dieron por su lado porque creyeron que solo les estaba metiendo miedo a los rehenes, que vacilaba con ellos.

El payaso se hallaba tranquilo aunque muy sonriente.

Finalmente Gustabo le cedía más tiempo al mando del cuerpo, tanto que tenía que hacerse pasar por García.

Y ahí estaba.

Asistiendo a las oficinas del CNI como si fuese el Inspector y no el mimo lunático, vestido de traje negro y, aunque Pogo odiaba la barba y el corte de cabello del rubio, hacía su esfuerzo por tolerarlo y con ello no levantar sospechas.

Recién había llegado al edificio. Tenía la oportunidad de saber más acerca de los secretos que ocultaba la organización para atacarla algún día de ser necesario. Sin embargo, le había prometido a Gustabo que ya no iría tras la Policía, ni de Conway ni de nadie. García le encomendó despedirse poco a poco de sus amigos y migrar con la Mafia a Vinewood u otro sitio, poniendo punto final a ese capítulo de su vida en Los Santos, iniciando una vida desde cero en donde sería feliz, pero no arrastraría ni siquiera a Horacio, su hermano de otra sangre, consigo.

Si bien los planes y sed de sangre del payaso seguían intactos y planeaba ser tal y como era, siendo él mismo, esa había sido la única promesa que tenía que cumplir si quería quedarse para siempre. Gustabo lo estaría poniendo a prueba, y si incumplía, internarse en un asilo mental quizá sería su mejor alternativa para mantener a salvo a sus seres queridos y a sí mismo.

Si bien Pogo no se había vuelto "bueno" como tal, pues sus ideales estaban anclados en él de raíz, lo cierto era que se había sentido esperanzado después de aquella charla con la Agente en el Hospital. Quizá ella tenía razón. Quizá él podía ser una persona totalmente distinta, feliz, pero todavía tenía dilemas internos.

Seguía siendo retorcido y loco, pero también era un hombre de palabra. Le demostraría a García que podía cumplir con su parte y a cambio sería recompensado con la libertad que por años había estado anhelando con impaciencia.

Ese era el plan. Pero justo se acomodaba los lentes de armazón rojo sobre el puente de su nariz cuando escuchó unos cuchicheos provenir de un cubículo de puerta cerrada. Sabía a quién pertenecía, y con viva curiosidad se acercó para escuchar.

━¿Pero qué me estás contando, Horacio? Gustabo me aseguró que Pogo era cosa del pasado. Dudo mucho que me haya mentido. ¿Qué ganaría con eso? ¿Con mentirme?

━Pues no lo sé, yo le digo lo que vi. Dudo mucho que Gustabo haya entrado en un personaje como Pogo solo porque sí cuando en realidad lo aborrece.

Estaban hablando de él, hecho que lo hizo prestar especial atención, acercando la oreja a la puerta.

Conway se retiraba las gafas oscuras para pasarse una mano por el rostro y las sienes. Le jodía sentirse como la niñera de sus subordinados. Tenía cosas más importantes de las cuales ocuparse que andar detrás de cada uno para ocuparse de los problemas ajenos. A este punto se había arrepentido un poco de destituir a Sandra del caso, pero su orgullo no le permitía pedir disculpas ni que regresara a menos que fuese estrictamente necesario. Pobre ingenuo.