- ¡P-pero papá! No puedo dejar a Jimin allí... - se quejó por milésima vez él castaño, quien había sido llevado a la oficina de su padre por los guardaespaldas que este le había asignado.
- Ya te dije que no irás a la comisaría de ese barrio pobre, serás un pollo sin plumas si te acercas a las celdas. - susurró con voz severa el viejo Kim, su voz era imponente y gruesa, para nada amigable.
El menor tenía ganas de llorar desde que su padre le había explicado todo lo que estaba pasando, al parecer una red de narcotráfico se alojaba muy cerca de aquel predio en donde se encontraban ellos haciendo las carreras clandestinas. El ejecutivo policial había salido mal, no lograron detener a los involucrados en aquel crimen organizado, lo que quería decir que no podían regresar con las manos vacías a la comisaría, su jefe claramente los aniquilaría al enterarse de su fracaso, por lo que, en cambio, consiguieron una orden para ingresar al predio, y detener a los que organizaban las carreras... Pero para su mala suerte, también se habían llevado a su amigo por estar presente en el lugar y claramente involucrado con la organización.
Los hombres de su padre habían visto las patrullas policiales llegar al lugar antes que los demás, por eso pudieron sacarlo a tiempo sin que supieran su nombre y apellido, pero su pobre auto había quedado allí.
- Señor, yo puedo ir en lugar de Taehyung, él podría esperar en el auto si a usted le parece. - Susurró una voz a sus espaldas, era la de Jung Hoseok, lo reconocería donde fuera, era uno de sus guardaespaldas, y era al único que realmente apreciaba, pues tenían una edad muy cercana, por lo que congeniaban muy bien la mayoría de las veces.
- Si! ¡Eso suena bien! Papá, por favor... - Dijo con un puchero surcando sus labios, y sus lindos ojitos pestañeando varias veces.
El viejo Kim suspiró cansado, extendiéndole un fajo de billetes a su hijo. - Trae lo que sobre, y por favor, no salgas de la camioneta en ningún momento, solo paga la fianza, no pagues para sacar ningún auto secuestrado porque lo venderé. Estás castigado a partir de hoy. - le dijo con un tono severo a su hijo, siendo serio con sus palabras. - Jung, los quiero aquí en dos horas como máximo.
- Si, señor. - susurró obediente el joven tras él, mientras Taehyung saltaba de emoción al regazo de su padre, besando una y otra vez su mejilla, no le importaban las condiciones, solo le importaba sacar a su amigo de ese horrendo lugar.
- Ya, ya... vete o me arrepentiré. - le dijo, palmeando su pierna, y haciendo que se levante.
- ¡Gracias! - Gritó felizmente, saliendo de la oficina con el dinero en mano, y con el pobre Hoseok siguiéndolo de cerca.
De esa manera, treinta y cinco minutos después, Taehyung esperaba ansioso en el asiento del copiloto de aquella camioneta blindada, a que Hoseok salga de la comisaría con su amigo.
El lugar era sin duda horrible, la pintura se encontraba saltada, algunos vidrios faltaban y en su lugar había bolsas para que el frío no pase al interior, se notaba que el presupuesto del Estado no llegaba a esos lugares.
Estando en medio de sus pensamientos, se sobresaltó cuando su celular recibió un mensaje por parte de su guardaespaldas.
Abrió el mensaje rápidamente y pulsó para escuchar la nota de voz que le había enviado."- Taehyung... Tenemos un pequeño problema, Jimin quiere que pagues por un tal Yoongi, dijo que luego te devuelve el dinero, pero tu padre no autorizó eso, si se entera me terminará despidiendo. ¿Qué hago?"
Un suspiro pensativo abandono los labios del castaño, era claro que no podía hacer aquello, pero no podía no hacerlo tampoco... Era su amigo y mil veces se arriesgó por él, no podía devolverle esos favores de una manera injusta.
Rápidamente se colocó un suéter de buzo deportivo, colocándose la capucha para que su rostro no se vea del todo, y lentamente bajó de la camioneta, caminando con precaución hacia el interior, sin que el yeso de su brazo quebrado se note bajo el abrigo.
- Psst... - chistó, estando detrás de Jung. - Cúbreme. - le dijo cerca del oído cuando lo notó detrás de él.
Con los nervios a flor de piel, Hoseok entendió lo que el menor quería hacer, y se acercó lentamente hacia la celda, dándole la espalda en todo momento al pequeño Taehyung, quien quedaba oculto detrás de su musculoso y grande cuerpo.
Una vez estuvo bastante cerca de la celda, pudo divisar a Jimin en uno de los bancos. - Jimin... ven aquí. - le gritó en un susurro.
Su rubio amigo lo reconoció al instante, acercándose a el menor. - Gracias al cielo estás aquí... ¿Nos vas a sacar?
- Si... Pero antes quiero hablar con Yoongi. - susurró bajo, mirándolo bajo la gorra del buzo.
Jimin asintió rápidamente, yendo por el mayor, a quien tomo del brazo y tiró de el hasta llegar al lugar en donde Taehyung estaba apoyado.
- Yoongi... Necesito que me regreses el dinero en menos de una hora y media, si no mi papá se dará cuenta que gasté en otra persona y lo culpará a Hoseok. - le explicó tranquilamente, esperando que entienda.
- Oh, por supuesto Taehyung, cuenta con ello. - le dijo rápidamente, asintiendo con su cabeza.
- ¿Y qué hay de mí, dulzura? - Una tercera voz se oyó, haciendo que gire un poco su cabeza para divisar al azabache sonriéndole con sorna. - No me dejarás solo aquí, ¿o no?
Aquello hizo reír bajo al castaño. - Ahora es cuando mi dinero no te molesta...
- Oh por dios, ¿Cómo podría molestarme tu dinero, hermoso? - le preguntó risueño, mirándolo- Vamos, sácame a mí también, puedo recompensarte...
Taehyung elevó su perfecta ceja y le clavó su mirada. - Ni lo sueñes, Jeon. - susurró más que convencido de su decisión.
Veinte minutos después quiso cortarse la lengua cuando se encontró a si mismo sentado en la camioneta de su padre, junto con Yoongi, Jimin, Hoseok y... Jungkook.
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The Race. [KookV]
FanfictionAmbos hostiles y con aires de grandeza. Jeon JungKook y Kim Taehyung eran dos jóvenes que jamás se hubieran cruzado de no ser por un pequeño incidente en una noche lluviosa. Conocían lo que era el dolor, también la frustración de no poder cumplir su...