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- Ya quédate quieto. - se quejó en voz baja el castaño, mientras intentaba terminar de desprender la camisa del mayor. - Con un Martini menos en la sangre ya te hubiera quitado esto... - volvió a protestar gruñendo bajo, sus palabras.

Una risa brotó de los labios de Jungkook, quien para ese entonces había estado muy ocupado besando el cuello del castaño y acariciando sus piernas, las cuales se encontraban una a cada lado de su cuerpo, casi abrazándolo.

- ¿Siempre hablas tanto? - preguntó el azabache, risueño mientras se separaba de su cuello y lo miraba, mordisqueando su labio inferior al verlo algo despeinado y con sus labios hinchados debido a los besos que se habían dado anteriormente.

Luego de rodar sus ojos y quitarle la camisa, Taehyung simplemente lo tomó de la nuca y lo atrajo hacia él, uniendo sus labios en un profundo beso.

Jungkook sonrió entre el beso, apretando su cintura con una de sus manos, mientras que con la otra lo despojaba de aquel lindo pantalón que llevaba y que a su parecer ya comenzaba a estorbar.

Luego de que salieran del baño junto con Jimin y SeokJin, todo había tomado un giro inesperado para el castaño. El cual solo estaba interesado en que su primo pueda irse con el mayor de los dos anteriormente nombrados.
De manera que donó su auto a la causa, específicamente a su primo. Así fue que al momento que decidieron irse juntos, Taehyung les cedió la llave de su bebe, y los vio partir a lo que él creía, sería un hotel en el centro de la ciudad.

Por su parte, tuvo que pedirle a Yoongi que lo lleve a su casa, pues su mejor amigo tampoco contaba con vehículo en aquel momento.

Como era de esperarse, el pelinegro acepto siendo siempre muy amable. Jungkook solo los siguió por el estacionamiento y se subió junto a Taehyung en los asientos traseros, manteniendo un sospechoso silencio en todo momento.

De aquella manera y por mero accidente, los cuatro vieron el amanecer juntos, siendo el mayor de todos quien conducía tranquilamente por el centro de la ciudad. Jimin fue el responsable de poner música relajante y acorde a la situación post fiesta en la que se encontraban, ya estaban bastante aturdidos y cansados como para continuar alterando sus sentidos.

Lo que en un principio iban a ser diez minutos en auto, se convirtieron en treinta, y luego en una hora. Los cuatro reían y conversaban de lo primero que le llegara a la mente. Mientras que el espacio entre el castaño y Jungkook era cada vez menor, llegando a convertirse en un íntimo y sutil roce de piernas.

Taehyung realmente no se percató de las intenciones del mayor hasta que este último rodeó sus hombros con uno de sus brazos, susurrándole al oído luego. - Estas muy bonito, Tae...

Y en ese momento, el menor sintió como un escalofrío recorría toda su espina dorsal.

Mordiendo levemente su labio inferior, le devolvió la mirada sin decir nada en aquel momento.

El azabache lo miró a los ojos, acariciando levemente su pómulo con su pulgar y llevándole un mechón de cabello tras la oreja, sin despegar su mirada del rostro ajeno. También manteniendo el silencio, siendo la música del estéreo y las voces de sus amigos lo único que se oía en aquel auto.

- ¿Te llevo a tu casa, Tae? - preguntó Yoongi, mientras conducía relajadamente, sin mirar la escena que ocurría a sus espaldas.

El castaño solo movió levemente su cabeza en dirección al azabache, instándole a responder por él. - Déjanos en mi cochera... - le contestó Jungkook a su amigo, admirando la leve sonrisa que se había formado en los labios del menor al haberlo oído decir aquello.

Min no dijo nada al respecto, no era necesario hacerlo. Simplemente condujo hacía el complejo de cocheras privadas en donde el azabache tenía una rentada bajo su nombre.

The Race. [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora