Jungkook se infló el pecho de aire y se giró con una pequeña sonrisa bajo el barbijo. - ¿Disculpe? Creo que se confundió con alguien más.
La mujer lo miró más de cerca, luego de haberse acercado un par de pasos. - N-no... yo, yo no me confundiría...
- Jae, ven... - se escuchó a espaldas del azabache la voz de Yoongi. - Se nos hace tarde.
Un peso se fue de los hombros de JungKook, quien continuaba mirando a su madre. - Disculpe de nuevo por esta confusión, nos vemos... - volvió a decirle antes de girarse y caminar hacia su amigo, quien lo sacó de allí, salvándolo como siempre hacía.
[...]
- Tae, de verdad no tengo ganas de estar aquí hoy... - Susurró Jimin decaído, mientras jugaba con la tapita de su cerveza.
- No dejaré que te hundas en botanas y alcohol solo en tu casa, aquí tienes ambas cosas y a la vez más hombres que no son Yoongi. Disfruta y consigue clientes. - Le dijo Taehyung, mientras abría el paquete de papas fritas que había comprado recién en la barra.
El rubio se le quedó mirando entre confundido y aliviado, sabía que su amigo tenía razón, pero a la vez seguía dolido y quería estar entre sus cómodos cojines de su sofá. Algo que su amigo no permitiría bajo ningún punto de vista.
- Dame un poco. - susurró antes de robarle un puñado de papas, ignorando como el castaño protestaba a sus espaldas.
- Vamos a bailar por lo menos, cambia esa cara Jiminnie... Tan sólo mírate, eres demasiado como para andar llorando por un simple hombre. - le dijo, tomando la mano libre de su amigo para arrastrarlo hasta la pista.
- ¡El no es simple y tu lo sabes!
Taehyung si lo sabia, sabia a ciencia cierta que Yoongi no era alguien simple. Cualquiera a quien le propongas una salida con Min se revolcaría en la tierra debido a la emoción.
- ¡Cállate y baila! ¡Que las curvas están para lucirse! - le gritó a su amigo, empujándolo al centro de la pista, en donde se metió el también.
Claramente el castaño no se pudo liberar de las quejas de su mejor amigo, pero por lo menos pudo verlo divertirse un par de minutos después de que detuvo sus comentarios desganados y de protesta.
Jimin necesitaba divertirse, aislarse de la realidad por, aunque sea un par de horas, y Taehyung amaba las fiestas, amaba bailar desde que era pequeño, era su mayor pasión luego de la pintura, a pesar de que jamás pudo ejercerlas ni practicarlas como hubiera querido. También amaba beber, y como todos saben, el alcohol no siempre actúa de la misma manera en todas las personas, a algunas las pone felices, eufóricas e insoportables, como era el caso de Jimin, quien se colgaba del cuello de quien se cruzará en su camino para entablar una conversación, porque si hay algo que el pequeño rubio tenía como característica estando ebrio, era un don para hablar cosas que realmente no le interesaban a nadie. En el caso de Taehyung, esta vez, el alcohol no había sido tan bien digerido como siempre...
- ¿Y puedes creer que me echó? ¡Fue un simple error! ¡Pero aún así me echó! - gritó indignado el castaño, golpeando la botella recién abierta contra la barra, mientras le contaba al barman su asquerosa infancia. - ¿Y sabes que es lo peor? Que me rendí... ¿¡Por que me rendí!? Yo era muy bueno, era maravilloso. Pero nadie me tomaba en serio, ¡Decían que estaba ahí por el dinero de mi padre! ¿Puedes creerlo? Todo es siempre por el maldito dinero de mi padre...
Dos pares de oídos que estaban cerca no se habían perdido ningún detalle de la conversación, la cual parecía más un monólogo, que mantenía Taehyung con el barman. Se hizo inevitable para ambos no acercarse al joven de piel canela y rulos castaños. - ¿No crees que estas muy amargado para estar en este lugar? - preguntó con su gruesa voz aquel señor que Taehyung jamás había visto antes.
- ¿Uhm? ¿Y tu quien carajos eres? ¿Me dijiste amargado a mi? ¿¡A mi!? - preguntó el ya ebrio castaño, bajándose de la butaca con lo que en su cabeza fue un increíble y elegante salto, pero que en realidad fue un desvanecimiento por culpa del mareo.
- Tienes un rostro muy bonito como para estar enojado. - Susurró el otro hombre, el cual era un poco más bajo que el anterior, pero igual de grande, ambos parecían boxeadores e incluso físico culturistas, debido a su prominente musculatura.
- ¿Y a ti que carajo te importa lo que hago con mi hermoso rostro? - gritó entre hipidos y palabras distorsionadas.
- ¡Es cierto! Es su rostro y no tiene porque estar feliz para ustedes... - dijo un borracho Jimin, quien había salido de la multitud de la pista solo para defender a su amigo. - ¿O a caso quieren ver un rostro feo? ¡Porque se los dejare desfigurado a ambos!
Ambos hombres que hasta entonces habían estado riéndose y burlándose de la situación, comenzaron a molestarse por culpa del rubio, quien claramente no había sido invitado a esa conversación. - Con ver el tuyo ya nos alcanza. - susurró el mas alto de ambos, con sus brazos cruzados.
- Oh... no acabas de decir eso, colega. - Dijo Taehyung totalmente enfurecido, nadie le hablaba así a su amigo. - ¡Pedazo de imbécil! - Gritó antes de tirarse sobre aquel hombre, quien comenzó a zamarrear al castaño en un inútil intento de tirarlo al suelo, pues le estaba arrancando el cabello a la vez que lo rasguñaba.
Jimin no perdió el tiempo, pues cuando notó como el más bajo de ambos señores, quería agarrar a su amigo para bajarlo del contrario, se abalanzó hacia el como un león a su presa. Se trepó encima suyo, haciendo que pierda el equilibrio y le cueste defenderse.
En la cabeza de ambos menores, ellos iban ganando, claro que si, estaban totalmente borrachos y no sentían absolutamente nada más que enojo y adrenalina. Pero lo que en realidad estaba pasando era algo bastante diferente.
La seguridad del club se percató rápidamente el disturbio, por lo que no tardaron en acercarse. Las personas solo miraban curiosas lo que sucedía, el como ambos señores tiraban al suelo a los dos amigos, haciendo que caigan con fuerza.
Un quejido se escuchó por parte de Jimin, quien había impactado directamente con su espalda, mientras que Taehyung hizo el intento de volver a levantarse para seguir con la pelea. Pero en menos de un pestañeo, ya tenia encima al viejo con tatuajes, quien comenzó a apretarle el cuello con una fuerza descomunal, haciendo que el castaño comience a desesperarse en busca de aire, rasguñando sus brazos e intentando empujar por el pecho a su agresor.
No sintió mucho más que un golpe en el rostro, al momento de que todo se volviera negro, fue un agudo pitido en sus oídos y una fuerte presión en su frente, antes de desmayarse totalmente.
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The Race. [KookV]
FanfictionAmbos hostiles y con aires de grandeza. Jeon JungKook y Kim Taehyung eran dos jóvenes que jamás se hubieran cruzado de no ser por un pequeño incidente en una noche lluviosa. Conocían lo que era el dolor, también la frustración de no poder cumplir su...