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- No entiendo nada de lo que necesitas que haga, papá... - le dijo ya completamente estresado y frustrado, mientras miraba una y otra vez los papeles en sus manos.

Era martes, habían pasado cuatro días desde el cumpleaños de Yoongi, y no había vuelto a salir de su casa desde que había regresado de allí. Se encontraba en el despacho de su padre luego de haber almorzado junto a Hoseok, su guardaespaldas.

- Taehyung, no invertí tanto dinero en tu educación financiera para que ahora no me puedas ayudar con unos simples números. - le dijo siendo hostil, mientras tecleaba en su computador algunas cosas que no debía olvidarse de decir en su gala de beneficencia que tenía aquella noche.

El castaño sabía que aquellas donaciones para niños en situaciones precarias eran ficticias, las había donado su mismo padre para evadir impuestos del estado. Y a pesar de que no estaba de acuerdo con ello, no lo juzgaba, por lo menos ese dineral iba destinado a una buena causa.

- Sabes que siempre me ha costado horrores todo lo de esta área, aprobé los exámenes de pura casualidad. - susurró agotado, mientras intentaba comprender como hacer aquello, usando toda su fuerza de voluntad para no llorar allí mismo debido a la frustración que le generaba no entender absolutamente nada. - Además, ¿Por qué no se lo pides a tu equipo de contadores?

Un suspiro abandonó los labios del mayor de los Kim, mirándolo directamente por primera vez en lo que llevaba del día. - Porque este es un asunto familiar, no empresarial. No me interesa que extraños al apellido lean esas cifras y esos nombres.

- Esta bien papá, pero realmente no entiendo nada, lamento mucho no serte de ayuda... - dijo sinceramente, dejando los papeles nuevamente en el escritorio. -

- Esperaba que pudieras hacerlo, no haces otra cosa que emborracharte y comprar ropa, pensé que alguna vez servirías de algo. - habló mientras lo miraba con el ceño fruncido, prueba de que estaba enfadado. - No se si aún no te haz percatado de ello pero eres el único heredero de todo lo que he trabajado a lo largo de los años. Y no tienes la más mínima idea de cómo hacerte cargo de nada. - volvió a hablar, esta vez mientras se recostaba en la silla de trabajo en la que estuvo sentado toda la mañana. - Llamaré a tu primo, como siempre me salva de situaciones como esta. Vete, y deja todo ordenado.

Tragándose el nudo que se había formado en su garganta, el castaño acomodó los papeles en su respectiva carpeta y los dejó sobre el escritorio. Finalmente se levantó de su asiento y metió sus temblorosas manos en los bolsillos delanteros de su campera deportiva. - ¿Debo ir a la gala? - preguntó en un suave y tembloroso susurro.

- Pues si, la única responsabilidad que tienes en la semana y encima lo preguntas. - susurró agotado, mientras marcaba el número de su sobrino Namjoon, quien más de una vez lo había ayudado en su trabajo.

En silencio y reprimiendo la angustia de su pecho, el menor caminó fuera del despacho de su padre, cerrando la puerta luego de salir. Siguió caminando escaleras arriba, dirigiéndose a su habitación para poder elegir su atuendo para aquella noche, sabiendo que su imagen impecable ante los medios, era lo único que mantenía conforme a su padre.

[...]

- Aquí tienes amigo... - susurró suavemente, mientras le entregaba un sobre de madera al azabache, que se encontraba sentado a su lado, en el sofá de su sala de estar. - Realmente me fue difícil encontrar algo que pueda servirte, y después de ver como el sábado se divertían juntos, pensé que ya no lo querrías.

Jungkook dejó el mando de la xbox sobre la mesa ratona frente al sofá, y tomó el sobre entre sus manos, mirándolo unos segundos. - Pues lo que ocurrió el sábado no quiere decir que el no me haya saboteado sin razón alguna en la carrera contra Choi.

The Race. [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora