Un suspiro agitado abandonó los labios de Jimin, quien dejaba caer suavemente su cabeza hacia atrás, mientras enredaba sus dedos en el cabello de Yoongi.
Ya era de día, habían pasado toda la noche hablando, riendo, comiendo helado y tomando vino frente a la chimenea del mayor, era la primera vez que no habían pasado de besos y caricias esporádicas, pues se habían dedicado a conocerse un poco más mediante palabras.
Entre risas cansadas y mimos, se fueron durmiendo sobre las mantas y almohadones que el mayor había acomodado frente a la chimenea antes de que él rubio llegara.
Ya era sábado, eran aproximadamente las nueve de la mañana cuando Jimin despertó a causa de suaves hondas de placer qué comenzaron a agitar su cuerpo, cuándo abrió sus ojos pesadamente debido a lo adormilado que aún se encontraba, vió a Yoongi entre sus piernas, haciendo maravillas con su lengua, ya que al parecer lo había desnudado mientras dormía.
- Yoongi... - susurró bajo el menor, al sentir como lo embestía con lentitud y profundidad.
El mayor amaba oír a Jimin, amaba su voz cuando hablaba, y cuando gemía, era uno de sus más grandes fetiches. Amaba y disfrutaba cada parte de su cuerpo en cuanto a tener relaciones sexuales se trataba, tenia muchísima flexibilidad, la cual al principio había llamado la atención de Yoongi, también se movía de una manera que lo volvía loco, sus labios eran suaves y húmedos, realmente se sentía en el cielo cuando mantenía intimidad con Jimin.
Por ello, generarle placer no era una molestia para el, amaba hacer que disfrute, era realmente maravilloso sentir como se retorcía bajo el en busca de más, en busca de fuerza, de mordidas, de golpes algo fuertes, el menor disfrutaba del sexo bruto y duro, pero también se dejaba llevar con lo lento que a veces podía llegar a ser Yoongi, una dualidad que el mayor jamás había experimentado, y que le había encantado desde el primer momento.
Treinta minutos después, ambos estaban acostados boca arriba con el pulso acelerado debido a sus recientes orgasmos. - Podría acostumbrarme a despertarme así, sabes... - susurró Jimin, agitado aún, pero soltando una pequeña risa al igual que el mayor.
- Con gusto seré tu alarma. - le dijo de manera dulce y risueña, rodeando su cintura con suavidad.
Ambos rieron nuevamente, acurrucándose un poquito más al otro, Jimin comenzando a dibujar con su dedo imaginariamente sobre el pecho de su amante. - Hyung...
- ¿Uhm? - murmuró el mayor, a sabiendas de que se venía una pregunta importante o de interés del menor, pues nunca le decía hyung, a no ser que posteriormente vaya a preguntarle algo.
- ¿Qué pasó con Jungkook? - le preguntó bajito, acariciando su pecho, mientras mantenía su postura relajada post-sexo, que podía totalmente con la integridad de Yoongi.
Luego de un suspiro, el mayor paró sus caricias sobre la cintura del menor, llamando la atención de este último. - ¿Tú me contarías lo que le pasa a Taehyung?
Aquello tomó por sorpresa al rubio, quien jamás había recibido una respuesta negativa por parte de Yoongi. - N-no...
- Entonces entenderás que no quiero contarte acerca de mi mejor amigo.
Esas palabras generaron una fuerte incomodidad en el pecho de Jimin, pues a pesar de que el mayor no le había hablado mal, se sentía horrible que haya evadido contarle algo, cuando jamás había ocurrido aquello.
- Está bien... - susurró bajo, sin si quiera subir su mirada hacia él pálido, no podría sostenerla.
[...]
- Que suertudo eres. - dijo Taehyung mientras reía bajo y revolvía su batido de fresas con el sorbete de plástico que traía la bebida. - Quien pudiera despertar así...
Aquello hizo reír a Jimin, a la vez que negaba con su cabeza y comía su pastelito de chocolate gustoso. - Oh, lo olvidaba. Jeon me dió esto para ti. - Susurró con la boca llena, sacando de su bolso el pequeño sobre color blanco, extendiéndolo hacía Taehyung.
- ¿Jeon? - preguntó confuso, tomando el sobre con su mano. - ¿Y lo aceptaste? ¿Así como así? Quizás es un condon usado Jimin. - Le reprochó con el ceño fruncido, comenzando a abrir el sobre con sumo cuidado.
- Me dijo que era el dinero que te debe por la fianza... - le dijo dulcemente, riendo bajo ante las muecas que hacia su amigo al abrir el sobre.
- Pero si había dicho que no iba a pagármelo - susurró confuso, notando que efectivamente, dentro del sobre había un fajo de billetes, el cual no se molestaría en contar. - Que extraño...
- Sobre eso... Me dijo que no tenía dinero aquella noche, tuvo que conseguirlo y por eso te lo dió con atraso. - Le explicó tranquilamente su amigo, mientras seguía comiendo. - Al parecer perder contra Choi le vino muy mal, dijo que era el último auto que le quedaba y que ahora está haciendo malabares con el dinero o algo así.
Taehyung oía atentamente las palabras de su amigo, asintiendo en muestra de comprensión. - Ya veo... - susurró a la vez que guardaba el sobre en su cartera. - No pensé que estuviera tan mal económicamente, es decir, es amigo de Yoongi, y tu chico no se codea con cualquier pobretón del barrio.
- Oye! No hables así de él, es muy bueno con todos... - le dijo algo ofendido por sus palabras.
- Si, pero una cosa es ser bueno y otra es ser íntimo amigo, Min jamás tuvo amigos que conozca allí en las carreras a excepción de Jeon por lo que me haz contado, está claro que sus estándares son otros.
Quizás Taehyung debió haber medido sus palabras, no porque estuviera diciendo alguna mentira, si no, porque estaba diciendo la verdad, pero el problema era que la había dicho frente a Jimin, quien la mayoría de las veces era algo inseguro consigo mismo.
- ¿E-estándares? - preguntó él rubio, algo confundido, pero con una expresión de alerta en su rostro, delatando total interés.
- Claro, es decir, Yoongi está rodeado de personas con mucho dinero, así como el, ¿Por qué piensas que al principio fue agradable conmigo cuando ni siquiera me había visto el rostro? Quiere contactos, y los contactos que sirven somos los que tenemos una fortuna considerable, por eso no entiendo que hace con Jeon...
Taehyung decía la verdad, era un punto claro y visible sobre la personalidad de Min, pero Jimin quizás nunca quiso aceptar aquello, debido a que el no encajaba en esos estándares, pues, a diferencia de su mejor amigo, él no había nacido en una cuna de oro, todo lo que tenía, lo había ganado con muchas horas de esfuerzo y trabajo, a pesar de que a veces no le era suficiente.
Cuando notó que al vender información recibía bastante dinero, comenzó a dedicarse a eso, había progresado mucho económicamente, pero no estaba cerca del nivel de Taehyung o Yoongi, ellos tenían una asquerosidad de dinero respaldándoles. Y a pesar de que Jimin nunca fue alguien ambicioso, a veces podía notar a distancia la diferencia que había entre él y su amigo.
- ¿Y tú piensas que Yoongi es muy exigente con ello? - le preguntó con voz pequeña a su amigo, mientras jugaba con el adorno de plástico que tenía la mesa de aquella cafetería en la que se encontraban.
- Yo diría que si, si no lo fuera, no sería tan exitoso en lo que hace, el vive de la gente, es obvio que sabe elegirla... No elegirá a alguien que no le sirva.
¿Yoongi estaba con el porque le servía? ¿Eso quería decir su amigo?
- Y-yo... vaya, nunca lo pensé así.
- Quizás esté equivocado, quien sabe, tú lo conoces mejor, al fin y al cabo.
Jimin solo asintió en silencio, quedando con todas las palabras ajenas retumbando en su cabeza cual eco.
Media hora después, ambos se encontraban caminando por el centro de la ciudad, tomados del brazo, mientras hablaban de cosas triviales y miraban vidrieras.
Es entonces cuando algo llamó la atención de Taehyung, era un pequeño local que parecía ser una florería bastante particular, pues estaba decorada con objetos antiguos y añejos. En la salida de este pintoresco local se encontraba Yoongi usando su celular mientras fumaba un cigarro.
- Jimin, ¿Ese es Min? - le preguntó curioso a su amigo, quién elevó su mirada en aquella dirección, encontrándose con el mayor.
- Si, es el...
- ¿Y que hace en una florería tan fea?
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The Race. [KookV]
FanfictionAmbos hostiles y con aires de grandeza. Jeon JungKook y Kim Taehyung eran dos jóvenes que jamás se hubieran cruzado de no ser por un pequeño incidente en una noche lluviosa. Conocían lo que era el dolor, también la frustración de no poder cumplir su...