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- Ash ya deja de moverte, me pones de los pelos. - gritó en un bajo susurro, mientras se retorcía en el asiento trasero de la camioneta de su padre.

- L-lo siento... Dios soy un idiota. - susurró Jimin, bajando su mirada mientras dejaba, por fin, quieta su pierna izquierda.

Taehyung elevó su mirada de la pantalla de su celular y la enfocó en el rubio, alzando su ceja, confundido. - ¿Y ahora qué?

- Soy un idiota Taehyung, soy un idiota enamoradizo y débil. - volvió a hablar, mientras jugaba con sus pequeños dedos.

Un suspiro abandonó la boca del castaño luego de haber oído aquello, mirándolo. - Jiminnie... No eres débil y eso lo sabes bien, no necesitas que nadie te lo recuerde.

Aquellas palabras provocaron que el rubio se mordiera el labio inferior para evitar hablar. - No estas enamorado, ¿Cierto Jimin? - volvió a hablar el castaño, expectante a la respuesta ajena, viendo como su amigo tragaba con fuerza luego de su pregunta. - ¡Oh por dios Jimin! ¡Estas enamorado de Min!

- ¡Shhh! - Rápidamente se sobresaltó, rogando porque su amigo le haga caso y deje de hablar. - Cállate...

- P-pero no entiendo... ¿Por qué eso es malo?

- P-porque él no siente lo mismo...

- ¿Y cómo sabes eso? - le preguntó, bajando el tono de voz a uno más suave y dulce, mientras llevaba su mano al hombro ajeno.

- ¿Q-que hacía en esa florería si supuestamente hoy no estaría en la ciudad? - le preguntó a su amigo, elevando su mirada hacia él, con sus ojos llenos de lágrimas. - T-todo este tiempo fui el otro. El amante... ¿El temporal? No lo sé Tae, solo sé que duele, y duele mucho.

Cuando el castaño notó las lágrimas desbordar los ojos de su amigo, supo que Min se había ganado el primer puesto en su lista negra y que iba a ser muy difícil poder borrarlo de ahí.

[...]

- Gracias por esto Yoongi, te debo una...

- Me debes tantas que ya perdí el conteo. - le dice risueño a su amigo, mientras le extendía él ramo de crisantemos. - Lo compre ahí en donde me dijiste, no sabía que era tan importante esto de las flores.

Una pequeña risa abandonó los labios del azabache, quien acomodaba el ramo entre sus manos y dejaba que su amigo le acomodará la corbata y el saco de su traje color negro. - Mi abuelo las compraba allí para mi abuela, siempre decían que era el mejor lugar para comprarlas, supuestamente por el perfume adherente que le ponen al papel de la envoltura.

- Recuerdas estas cosas y finges que ellos no te importan Kookie...

- Vengo solo por cortesía Yoongi, es el cumpleaños de mi abuela, y supongo que es hora de despedirla... ¿No crees?

- Esa hora ya pasó hace mucho amigo, pero ve, yo te espero aquí en el auto.

El azabache asintió, guardando su mano libre en su bolsillo y dando media vuelta para comenzar a caminar hacia el interior del cementerio de su pueblo.

Hoy es el cumpleaños de su abuela, o era... Años atrás se hubiera visto envuelto en la sala de la casa de sus padres, comiendo pastel de durazno con chocolate, el favorito de su abuelo, mientras reían en familia y esperaban que su abuela abriera los regalos. Pero esos años habían pasado casi volando y en un pestañeo que Jungkook no vio venir.

Todo parecía tan lejano, pero a la vez tan familiar, reconocía cada olor de aquel lugar, disfrutaba como la tierra del campo se metía en sus poros y como el viento volaba parte de su flequillo, todo era familiar cada vez que regresaba, a pesar de que nadie nunca se enteraba de sus visitas, siempre tapaba su rostro, o simplemente mantenía distancia.

The Race. [KookV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora