𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 › sungsun

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¿Tres?

—¿Tú qué haces aquí? Me sorprende que no estés ahogándote en alcohol a estas horas. —Expresó Sunghoon mientras colocaba la alarma de seguridad a su deportivo, miró de pies a cabeza a su hermano menor por minutos.

—Muy chistoso. Soy yo el que pregunta el porqué estás aquí ¿no tienes que estar en la empresa para que te besen el culo tus empleados?

Junhoon acomodó su chaqueta comenzando a caminar por el estacionamiento, Sunghoon lo seguía por detrás porque no tenía idea de donde era el aula de su hermano, jamás había pisado esa escuela.

—Supongo que Sungwoo también te citó.

—Y no tengo idea de porqué lo hizo, hace tiempo que no hablamos.

—Querrás decir desde la última broma que le hiciste, ¿cuándo dejarás de ser un maldito vago y vas madurar de una buena vez? —cuestionó el mayor de los Park entrando por la puerta del instituto, estaba absolutamente todo vacío a excepción de la presencia del conserje que los miraba como si tratara de descifrar lo que ocurría.

—Si madurar significa estar amargado con la vida como tú entonces jamás. —respondió con cierto enfado al de pelo morado mientras aún era seguido por su hermano, la mirada del joven conserje sobre ellos hizo enfadar aún más al menor de los Park. —¿Qué mierda estás mirando?! ¿Acaso quieres polla doble o qué?

—Pasando vergüenza contigo desde siempre.

Sunghoon se adelantó caminando como todo un arrogante de primera, su hermano menor corrió para alcanzarlo.

—Ni siquiera sabes el aula, maldito idiota.

—Cuida como me hablas, sucio vago bueno para nada. —le respondió fríamente el azabache sin importarle en lo más mínimo el gesto herido en su hermano.

—Es la aula ocho. —habló caminando más rápido para dejar a su hermano atrás, al llegar al aula abrió la puerta sin más encontrándose con Sungwoo y la sexy figura del chiquillo de aquella fiesta.

—Buen día, hermanito. Y buen día para ti también, hermosura.

—Junhoon, hola. —Sungwoo se colocó de pie caminando hacia a él, Sunoo seguía confundido nuevamente arriba del escritorio tratando de que su mente procesara todo. ¿Acaso estaba viendo doble?

—¿No te enseñaron a tocar puertas acaso, Junhoon? Me das vergüenza. —se quejó el mayor de los hermanos entrando por la puerta gloriosamente, el pelinegro abrió sus ojitos con demasiada sopresa al notar a las tres presencias.

—¡Mierda! Señor, Sungwoo, ¿Qué le ha puesto a mi bebida? —le preguntó dramáticamente bajando del gran escritorio, el profesor negó divertido ante sus palabras.

—Ni siquiera bebió nada aquí, Kim.

—¿Por qué nos has citado? ¿Y qué hace aquí el mocoso irritante? —Sunghoon se tocó el puente de su nariz con frustración, podría estar haciendo cosas mejores en ese instante.

Junhoon miró de pies a cabeza al pelinegro que se había bajado con impresión del escritorio.

—¿Mocoso irritante? Pero si es jodidamente delicioso y adorable, mírenlo.

—Cállate, Jun.

—¡Cállate tú, cuatro ojos! —le gritó el pelimorado al profesor quien negó avergonzado ante su actitud infantil.

—Madura ya, ¿Quieres?

Sunoo y Sunghoon miraban la escena, uno con total asombro como si de fantasmas se trataran y otro con aburrimiento. Tanto que se dirigió hacia a la puerta dispuesto a marcharse.

—¡Espera, Sunghoon! Por favor, es un asunto serio.

El mencionado miró a su hermano Sungwoo y regresó colocándose en el centro.

—Que sea rápido, tengo una junta en media hora.

—Todo el tiempo para las juntas y no para tus hermanos, ¿Verdad, lindo Hoon? —el menor de los hermanos le reclamó con sarcasmo, Sunghoon le miró sin expresión y lo ignoró completamente.

—Joven Kim, acérquese, por favor. —pidió el profesor acomodándose las gafas torpemente, el alumno obedeció caminando a ellos.

—¿Puede explicarme, profesor? creo que mi mente va a explotar, ¿Acaso esto es cámara escondida? ¿Es algo lluminati?

Jun rió por los comentarios del adolescente, los dos hermanos restantes lo miraron seriamente.

—Joven Kim, estos son mis dos hermanos. Sunghoon el del centro y Junhoon el de la izquierda, somos trillizos. —anunció correctamente esperando alguna reacción por parte del alumno.

—Eso quiere decir...¿Que ustedes dos fueron los que conocí y no el señor Sungwoo?

Sunghoon asintió sin importarle y Junhoon repitió la acción con una sonrisa coqueta en su rostro.

—¡Tú fuiste un imbécil! —dijo Sunoo señalando al mayor de los Park. —¡Y tú me dijiste que te dijera esposo! —Volvió a señalar pero esta vez al chico de hebras moradas que asentía sin vergüenza alguna.

—Dijiste que Sunghoon era un nombre horrible. —Soltó el azabache con cierta indignación, su hermano Jun se rió con ganas.

—¡Verdad que lo es! ¡Horrible! ¡Tan horrible!

—No más horrible que tu cabello, pareces de esos minions morados. —respondió Sunghoon encogiéndose de hombros, Sungwoo acomodó sus gafas nuevamente mirando la escena divertido.

—¿Acaso acabas de hacer una referencia a los Minions? —esta vez habló el estudiante burlándose por la tonta referencia que había usado y eso que él se creía infantil.

Sunghoon rió suavemente y sus dos hermanos lo miraron con anhelo, el mayor notó esto y dejo de reír instantáneamente.

—Yo creo que entonces tú eres Gru porqu...

—¿Eso era todo? Tengo cosas que hacer, nos vemos pronto. —Interrumpió el azabache sacudiéndose el polvo inexistente de su costoso traje y salió por la puerta sin siquiera despedirse.

—Es un grosero.

Los dos hermanos se miraron entre ellos, Jun fue el primero en sonreír maliciosamente.

—Es hora de que te vayas, Junhoon. Eso era todo.

—¡Vamos, hermanito! Un trío no suena como una mala idea. —le sugirió con tanta naturalidad que hizo a Sunoo atragantarse con su propia saliva, el profesor negó sacándolo del aula de clases con rapidez. —¡Nos vemos, bombón!

Sungwoo cerró la puerta sonriéndole avergonzado al alumno.

—Siento eso.

—No se preocupe, profesor. Yo tengo que irme, mamá está esperándome, ¡Adiós!

—¿Adiós? —susurró en el aire al ver cómo el estudiante se marchaba con rapidez y sin mirar atrás.

Maldita sea la hora en la que su mamá tuvo tres por uno en cuestión de niños.