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Sunghoon conoce a Sunoo

Park Sunghoon, el hermano mayor de los demás Park, únicamente por un minuto

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Park Sunghoon, el hermano mayor de los demás Park, únicamente por un minuto. Este joven de veintitrés años ha sido el éxito en persona, es el presidente de una prestigiosa empresa de cosméticos que es la más grande en todo Seúl. Cotizado por muchísimas mujeres que lo consideran un moja bragas mientras que los hombres lo bautizaron como el sicario porque les da un levantón de pollas, sí, extremadamente vergonzoso. Que bueno que Sunghoon era un hombre reservado que no soporta ni un minuto ver a alguien porque estaría dedicándoles miradas como si fuera un vagabundo, sólo imagínense que viera la cantidad de comentarios lascivos, ochenta demandas caerían a los pies de todas las mujeres y de los hombres por depravados.

En fin, Sunghoon no soporta a nadie, apenas y tolera a sus hermanos. Se dice que cuando era tan sólo un bebé no quería que nadie más que su madre lo cargara, ¿triste no? Ahí la razón de jamás tener pareja. Era tan reservado que a veces se dudaba si era adecuado hablarle o no, por supuesto que no lo hacían, temían ser cruelmente mandados a la mierda.

El mayor de los Park conoció al pequeño Sunoo en una práctica para emprendedores, el adolescente tenía tanta emoción por algún día tener su propia empresa o negocio, quería ser independiente y demostrar que si podía con todo lo que se proponía. También tenía que hacer la reseña de una empresa, era la tarea de su profesor Sungwoo ya que quería saber la historia de su construcción y propósito pero esa era otra cosa. Sunghoon aún mantiene fresco en su memoria el recuerdo de ese adolescente grosero e insolente, por alguna extraña razón no puede dejar de pensar en él y eso le irrita en demasiado. Las prácticas eran fáciles, el joven CEO únicamente tenía que dar algunos consejos y es todo, pudo haberlo hecho si no fuera porque su humor fue estropeado por ese niño malcriado.

—¿Señor Sungwoo? ¿otra vez usted? ¿de verdad no se cansa? —preguntó el pelinegro adolescente con impresión mientras se comía un chocolate, estaba estrictamente prohibido comer alimentos dentro de las instalaciones pero Sunoo ignoró eso.

Sunghoon quien apenas se dirigía por los pasillos de la empresa para conocer al grupo se vió a la necesidad de detener su paso, se giró con pesadez y miró al adolescente con irritación.

—¿Me estás hablando a mí?

—Deje de jugar al desubicado conmigo, profesor. Usted me está comenzando a fastidiar con su actitud.

—Tú me fastidias con sólo respirar en mí mismo espacio, niño.

Sunoo lo miró con sus ojitos llenos de indignación.

—¿Qué? ¿habla en serio? —preguntó
el adolescente molestándose al ver al contrario dedicarle miradas con cierto desagrado. —¡Primero se inventa un gemelo, se ríe de mí y ahora es un idiota! Es un grosero, profesor Sungwoo.

—No soy Sungwoo.

—¡Yah! ¿Qué me va a decir? ¿Qué es Junhoon de nuevo?

—No soy Junhoon tampoco, soy Park Sunghoon, mocoso. —respondió el azabache mirándole tajante antes de darse la vuelta y comenzar a caminar por otro lado que estuviera lo suficientemente lejos del irritante pelinegro.

—Déjeme adivinar, ¿es otro de sus gemelos? —cuestionó con burla y lo miró impresionado cuando el joven le ignoró olímpicamente retirándose, ¿acaso él lo hizo? ¡Lo acaba de ignorar!

Sunoo corrió rápidamente para alcanzarlo y bloquear su paso.

—...Admito que es impresionante que se tiñera su cabello de nuevo en un solo día y que también esté radiante, aunque ayer lo observé bebiendo como ocho latas de cerveza. —siguió hablando mientras Sunghoon le miraba fijamente sin decir absolutamente nada. —¡Pero ahora inventó a otro gemelo! ¡Ni siquiera es bueno en los nombres! Sunghoon suena horrible, profesor.

El mencionado se tensó y se cruzó de brazos con fastidio al tomarse la molestia de siquiera responder.

—Somos trillizos, niñito. No sé qué clase de broma te han jugado pero a mí no me metan en sus estupideces. —declaró con brusquedad antes de comenzar a retomar su camino de nuevo, esta vez pasando de largo la presencia del pelinegro, se giró una vez para volver a hablarle. —Oh, y una cosa más. Sunghoon es un nombre muy precioso, claramente más que tú.

El adolescente frunció sus cejas en señal de confusión y esbozó un puchero cuando observó la figura desaparecer por el ascensor. Y sólo por un momento Sunoo creyó haber visto una diminuta sonrisa en el rostro del hombre, ¡ya entendía todo! ¡Era otra de sus bromas! muy mal, profesor. Se dió la vuelta dispuesto a irse, sus ánimos de escuchar las pláticas y hacer la tarea de su profesor se habían esfumado por completo.

Respecto a Sunghoon, pensaba en lo irritable y tierno que era el chico. Oh, y en ocho maneras de matar a sus dos hermanos por tontos y en qué le pediría a Sungwoo que repruebe a ese chiquillo por insolente.

Y por robar sus pensamientos.

𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 › sungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora