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¿Plan de hermanos y el castroso? #2

—¿Cómo entramos sin que Sungwoo lo note?

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—¿Cómo entramos sin que Sungwoo lo note?

Jungwon se gira para ver a Sunghoon y luego le dedica una pequeña mirada a Junhoon quien aún se come su sándwich, le costó muy caro, tanto que le duele el corazón.

—¿Muy rico, eh? —cuestionó Jungwon con ironía en su voz, Junhoon se ríe de manera seductora y asiente.

—¿Yo? Claro que estoy rico.

Sunghoon frunce el ceño irritado cuando nota a los dos chicos pelearse entre ligeros manotazos.

—Basta, tenemos que idear un plan para entrar sin que el idiota de Sungwoo se de cuenta.

—¿Por qué simplemente no lo esperan en la salida? —sugiere el pelinegro como si fuera lo más obvio del mundo, se dedica una felicitación mental él mismo por ser tan inteligente.

—Porque mi cuñado favorito vendrá por él y parece odiarnos porque Sunghoon casi pone sus feos labios en mi Ddeonu. —le responde el de cabello morado abultando sus labios en un puchero, hace días que no ve a Sunoo y se siente triste.

—Que yo no iba a besarlo, joder. —refuta el empresario con frustración, Junhoon sabe que su hermano es un mal mentiroso y que el actuar más borde de lo normal termina por delatarlo.

—Sí, sí. Lo que digas.

—Uh, tengo una idea.

Ambos hermanos ponen sus ojos en Jungwon cuando él habla, el joven adolescente vuelve a felicitarse de nuevo. Oh, dios. Debería besarse por ser tan inteligente.

—Junhoon, tú eres el tutor. Puedes pasar a la escuela siempre que quieras, házlo sin que Sungwoo te vea. No al menos hasta la hora de educación física que es cuando podrás hablar con Sunoo.

—¿Y qué hay de mí? —cuestionó Sunghoon con molestia, Jungwon se ríe en su cara y después Junhoon se le une sin saber de qué exactamente es su risa.

—¿Usted también quiere hablar con él? Creí que el único interesado era Junhoon.

—Sólo dime la idea, mocoso.

—Usted tendrá que hacerse pasar por el profesor Sungwoo, al menos para que lo dejen entrar. —le dice Jungwon con una sonrisa maliciosa entre sus labios, saca unas gafas de su mochila y se las tiende en la mano al empresario.

—¿Te has vuelto loco? No voy a usar esas malditas gafas ni actuar como el retrasadito que es Sungwoo. —él gruñe irritado mientras se pasa nerviosamente las manos por los rizos, Jungwon piensa que el hombre es guapo pero no tanto como su pequeñito Niki.

—Entonces te quedas afuera, hermanito, Le temes al éxito. —habla Junhoon encogiéndose de hombros, coloca una mano en el hombro de su hermano pero rápidamente la retira cuando nota su mirada asesina. —Ya, ya. La quité.

—Junhoon tiene razón, se quedará afuera.

—Maldición, dame las gafas.

Jungwon se las tiende entre pequeñas risas y Sunghoon se las coloca con mucho pesar.

—Ahora le pondré un poco de gel en el cabello para que se parezca al peinado perfecto del profesor.

—¿Por qué tienes gel? —preguntó el pelimorado confundido, le echa un vistazo a la mochila de Jungwon y sus ojitos se iluminan cuando nota un paquete de galletas en ella.

Jungwon lloriquea un poco porque planeaba dárselas a Niki en el salón pero al final cede y se las regala a Junhoon quien le agradece con entusiasmo.

—Yo tengo de todo, soy un chic preparado.

—¡Estás jodidamente idiota si crees que usaré esa mierda! El gel no, no vas a tocar mi cabello. —reniega Sunghoon alejándose unos cuantos pasos del chico que tiene gel en sus manos, Junhoon se ríe mostrando sus dientecitos.

—Señor Sunghoon, tiene que peinarse un poco. Ser David Bisbal sólo les gusta a las señoras, quiérase un peso.

Junhoon quiere atragantarse con las galletas de la risa que le está causando ver a su hermano sufrir como si estuviera siendo torturado.

—Mi cabello vale más que tu persona, mocoso altanero. Y le gusta a todo el mundo, ¿no has visto las revistas? Soy el crush de todo el mundo.

—Señor Sunghoon, ¿quiere entrar o no?

Sunghoon mira con suplica a su hermano Junhoon, maldice cuando este se come una galleta entera hasta llenarse las mejillas y se encoge de hombros.

—¿Es realmente necesario?

—Muy necesario, Sunghoon.

Responde Jungwon con el gel aún en sus manos, el empresario suspira derrotado y se acerca para dejarse peinar. Esboza una mueca y cierra sus ojos como si de una película de terror se tratase, genial, ahora sería un Nicolás de Betty la fea.

Sunghoon siente que quiere llorar y golpear a ambos chicos cuando siente el gel frío en sus perfectos rizos, joder, ahora quiere raparse.

—No le pongas tanto gel, va parecer que fue lamido por una vaca. Sungwoo no tiene el cabello tan así. —le indica Junhoon disfrutando de la vista, está seguro que después su hermano le golpeará pero por ahora se divierte de la situación.

—Lo sé, es solo para que se mantenga en su lugar. Su hermano tiene mucho cabello. —responde Jungwon sacando un peine de su mochila esta vez, sonríe enormemente cuando termina y Junhoon le alza el pulgar en señal de felicitación.

—¿Y ahora qué sigue? ¿Entramos?

Jungwon niega ante la pregunta del pelimorado y mira a Sunghoon con sorna, oh no.

Yang Jungwon eres un ser malévolo y castroso.

—Ahora el señor Sunghoon tiene que actuar como el profesor Sungwoo.

Y Sunghoon quiere huir del país, a Miami o a cualquier lugar lejos de niños bonitos como Sunoo. Ah, cuánto odia a su mente por pensar en él.

—Señor Sunghoon, empiece sonriendo más. ¿Qué le parece? El maestro Sungwoo siempre muestra su sonrisa y se sonroja, a veces incluso tartamudea.

El empresario suspira para después obedecer, sonríe ligeramente. Una sonrisa más seductora en lugar de una amable, Jungwon palmea su frente con fastidio.

—Así no, no está seduciendo, sólo tiene que sonreír amablemente.

—Oh, esto es más divertido que nada. —menciona Junhoon riéndose una vez más, de verdad que el look de su hermano mayor merece una fotografía para poder molestarlo toda una vida.

—Mire, ¿vió a Junhoon? Tiene que sonreír así.

—¿Cómo imbécil? —cuestionó el empresario de mala gana, su perfecta corbata fue quitada por Jungwon y los botones de su camisa completamente cerrados, cada uno de ellos. El saco fue removido también, Sunghoon quisiera darse un tiro porque ahora no porta su amado Versace.

—Sí, algo parecido.

—Jungwon, ¡creí que estabas de mi lado!

—Usted se comió todo mi almuerzo, mis galletas y casi me roba un zapato. ¡No estoy de su lado!

Una voz los interrumpe a los tres dejándolos congelados, Jungwon se ríe con nervios al ver a la directora Jaehee viéndolos con confusión.

—¿Joven Jungwon ¿Qué hace fuera de clases? ¿Maestros, ustedes también? ¿Qué pasa?

Oh, Sunghoon. No vayas a arruinarlo.

𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 › sungsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora