• . ˚ * ━━ 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐇𝐈𝐍𝐈𝐍𝐆
❝Ella era la luz en su oscuridad, aunque a veces no brillaba lo suficiente.❞
Había muchas cosas que Diana Campbell no tenía muy claras, pero sabía con certeza que en toda oscuridad siempre había un resplandor de luz...
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【 EPÍLOGO 】
❝Si no puedo convencer al Cielo, moveré los Infiernos.❞
Sebastian Morgenstern, Ciudad de las Almas Perdidas.
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1 de agosto de 1997
HARRY POTTER SOSTENÍA entre sus manos lo que podía ser la salvación de todo el Mundo Mágico. Una carta, una simple y vieja carta era todo lo que había necesitado desde un principio. Desearía haberla encontrado a los 11 años. Incluso antes, de tal forma que sus padres, James y Lily Potter, pudieran seguir con vida. Pero no fue así, el destino lo quiso de otra manera y tendría que conformarse con lo que tenía en esos momentos.
Tras huir del ataque de mortífagos producido en la boda de Bill Weasley y Fleur Delacour, Harry, Ron y Hermione se vieron obligados a vagar por las calles de Londres sin rumbo fijo. Al menos encontraron un lugar donde pasar la noche: en un apartamento desocupado del Callejón Knockturn. No parecía el sitio ideal para evadir a los mortífagos, pero en realidad era bastante eficaz teniendo en cuenta que éstos no se esperarían encontrarlos en el callejón que frecuentaban los aliados de Lord Voldemort. Además, el número 12 de Grimmauld Place estaba siendo vigilado meticulosamente, por lo que no podrían ir allí hasta que estuvieran seguros de no ser vistos por nadie.
Con la carta en mano, el joven adulto Harry Potter corrió por todo el apartamento en busca de Ron y Hermione. Los encontró en el salón, encendiendo velas para tener un poco de iluminación en aquella noche tan oscura de verano.
—Tenéis que leer esto —dijo Harry con nerviosismo, alzando la carta por encima de su cabeza—. Nos salvará.
—¿Qué es? —cuestionó Ron con una ceja levemente alzada, observando con curiosidad el objeto que pasó a estar en manos de Hermione.
—Una carta —explicó Hermione frunciendo el ceño mientras pasaba su mirada por el contenido—. En el sobre pone que es de enero de 1946 y está escrita por una tal... Diana Campbell. No me suena de nada, qué extraño.
—Léela —apremió Harry con impaciencia.
Sin más preámbulos, Hermione la leyó en voz alta.
Estimado profesor Dumbledore,
Soy consciente de que una carta escrita por mí es lo que menos se espera en este u en cualquier otro momento. Pero usted es la única persona que veo capaz de contradecir a Tom Riddle de alguna manera e incluso derrotarlo.
Usted y yo tuvimos una conversación al respecto en mi último año en Hogwarts. Me preguntó sobre Tom y yo le dije que todo iba perfectamente. Bueno, pues mentí. Llevo mintiendo desde entonces, a todos los que me rodean y a mí misma. Pero eso se acabó porque me he dado cuenta de la gravedad del asunto y tengo intención de resolverlo.
