Lista Para Reinar.

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El día de hoy le diría toda la verdad al pueblo de Tierras Neutras, estaba sumamente nerviosa pero al mismo tiempo me sentía tranquila. Sabía que todo saldría bien a pesar de que quizás varias de las cosas que les diré harán cambiar su forma de ver las cosas. Después de la conversación con mi bisabuela Aura decidí hacerle caso, dejé de practicar hechizos, mis poderes aún no habían vuelto pero en estos momentos no me parecía muy importante.

Thomas estuvo a mi lado estos dos días, al igual que mi familia. Haber pasado tiempo con ellos me ha hecho sentir muy bien, más segura de mi misma, más fuerte, me ha hecho sentir bien conmigo misma. Estos dos días transcurrieron igual que los anteriores, los únicos cambios fueron la desaparición de mis intentos fallidos de hacer magia y las prácticas extra en mis lecciones con la señora Adelaida, hemos estado ensayando mi discurso de hoy. Sé que saldrá bien, después de todo lo que me hizo practicar la señora Adelaida, todo saldrá muy bien. Más me vale.

En estos momentos me encontraba en mi habitación, preparándome. Aunque me sabía mi discurso de memoria y cómo decirlo, lo seguía repitiendo una y otra vez en mi cabeza mientras me arreglaba. Caminaba de punta a punta en mi habitación recitando aquellas palabras como si de una canción se tratase. En medio de mi caminata me detuve enfrente de mi escritorio, en el se encontraba el misterioso libro de hace dos noches. No pude evitar sonreír al agarrarlo. Al día siguiente de obtenerlo, o sea ayer, comencé a leerlo, y para mi suerte no era más que una compilación de historias que la misma reina Natalie había escrito. Era su historia. No la que contaban en los libros de historia de la señora Adelaida me hizo aprenderme de memoria, sino su verdadera historia. Tenía todo, sus hallazgos, sus batallas, sus mentiras, sus verdades, su amor... Pero de todo lo que más había llamado mi atención habían sido dos cosas, el hecho de que aquel libro se encontraba sin terminar y lo último que escribió en él.

-Te veo muy ocupada, quizás regrese más tarde.

-¿Por qué tienes que ser así?- le respondí mientras una pequeña risa escapaba de mis labios, él se fue acercando más hasta estar justo enfrente de mí.

-No lo sé, pero así me quieres- dijo Thomas para después besar mi frente- ¿Estás nerviosa? ¿Necesitas algo? Cualquier cosa, por lo más mínimo que sea, solo dime que yo...

-Estoy bien- dije interrumpiéndolo, me miró interrogativo y yo reí- en serio, estoy bien. Todo saldrá bien hoy. Puedes decir que tengo un buen presentimiento.

-¡Ah!, ¿sí?- dijo para después hacerme cosquillas y depositar un par de besos en mi cara.

-¡Tommy, ya!- dije entre risas.

-No lo creo.

Duramos así unos segundos más, pero parecía eterno. Estar a su lado hacia detener el tiempo.

-¿Su majestad?- la voz de Edward nos sacó de nuestra pequeña diversión- Ya casi es hora.

-¡Oh! Está bien, Edward. Muchas gracias por decirme. Voy de inmediato.

Edward asintió con la cabeza, se excusó y se fue. Cerré los ojos y respiré profundo. Thomas seguía abrazándome y eso me reconfortaba. Volví a agarrar el libro de Natalie, tomé a Thomas de la mano y luego de intercambiar unas sonrisas, nos dirigimos al salón donde todo se llevaría a cabo.


El salón estaba repleto y había cámaras que transmitirían al resto de los habitantes. De repente me sentí un poco incómoda e intimidada por todo; por mi atuendo, por la gente, por lo que haría a continuación. Respiré, respiré profundo, observé a las personas que me rodeaban. A Thomas, mis amigas, a James y Logan, mi familia y al resto de los invitados. Todos estaban aquí para escuchar lo que tengo para decir, todos quieren saber que fue lo que ocurrió. Y yo se los diría.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2021 ⏰

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Un Destino: desafiando a las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora