-Ni tú, ni nadie en este mundo me vencerá, no volveré a ser una simple sombra, no podrán encerrarme nuevamente en las profundidades de tu alma. ¡NO SE LOS PERMITIRÉ!- ella solo gritaba mientras que la arena negra cubría el lugar, sus cabellos flotaban en el aire, me paré frente a ella y pude admirar mi reflejo; esa parte de mi que no conocía, una parte llena de odio y rencor. Entonces comprendí el significado de sus palabras.
-Ese es tu miedo, ¿no es así? Quedarte atrapada dentro de alguien, experimentando todo su dolor, su sufrimiento, sus angustias, ¿por eso eres así?- le pregunté ahora viéndola a los ojos mientras juntaba su mano izquierda con mi derecha- ahora lo entiendo todo- dije en un susurro para mí pero ella logró oírlo.
-No, no es así. ¡TÚ NO ENTIENDES NADA!- gritó, haciendo que la arena se esparciera por el lugar salvajemente, apreté nuestro agarré; sobresaltándola. Su reacción hizo que la arena poco a poco se disolviera, para terminar desvaneciéndose. Su expresión facial se había suavizado, estábamos solo ella y yo.
-Tienes razón- comencé a decir dulcemente- puede que no sepa, o que solo tenga una vaga idea de algo que puede ser mucho más doloroso, pero no hay problema que no tenga solución- dije mirándola a los ojos, visto que no decía nada; continué con mi idea- podemos solucionarlo o, mejor dicho, puedes solucionarlo- al decir eso, sus ojos se iluminaron; éstos reflejaban esperanza y, al mismo tiempo, tristeza.
-¿Cómo... cómo estás tan segura?- tartamudeaba, agarré su mano libre y la entrelacé con la mía, haciendo que me mirara a los ojos.
-No estoy segura- se asomó una ligera tristeza y desilusión en su rostro- estoy convencida- ella bufó con un dejo de sarcasmo pero sabía que se reacción ocultaba un doble sentido.
-Sí claro- dijo finalmente mientras se soltaba de mi agarré y se alejaba- y, si se puede saber, ¿cómo?
-Podemos trabajar juntas, si es que quieres claro- le estiré mi mano, como si de un pacto se tratase, ella la miraba dubitativa. Al principio, creí que la aceptaría pero, en cambio, se alejó más de mí y llevo sus manos a sus hombros; como si se estuviese abrazando a sí misma.
-Yo...- empezó a decir con voz suave, todo iba bien hasta que cerró sus ojos fuertemente y al abrirlos, éstos retomaron ese dorado perturbante que era la principal razón de todas mis pesadillas, no lo entiendo, ¿qué salió mal?- no lo harás de nuevo, ¡NO OTRA VEZ!- gritó con fuerza, su piel se volvió a teñir de ese gris opaco y sus ojos cambiaron radicalmente de color, de dorados pasaron a ser unos ojos negros penetrantes; unos ojos que no expresaban ningún tipo de sentimiento aparte de un gran odio hacia todo y a todos- creíste que volvería a caer en tu trampa, ¿no es así? ¿Qué cometería el error dos veces? ¿Qué volvería a ser tan ingenua?- río sarcásticamente- pues lamento decirte, que no caeré otra vez Natalie- ¿Natalie? ¿Y a esta qué le dio ahora?, ella volvió a reír- ¿cómo no me di cuenta antes? Siempre has sido tú- ella negaba con la cabeza mientras reía, yo simplemente no lograba a comprender lo que ocurría- Con que, volviste- bufó- ¡qué gran capacidad tienes para engañar y no solo a mí, a todos nosotros!
-Creo que estás confundida...
-¡CIERRA LA BOCA!- me gritó descaradamente, luego volvió a reír, ok, ya la perdimos- me hiciste creer que eras otra persona, cuando nunca has dejado de ser tú; Natalie. No lo puedo creer. Nos has hecho pensar que eras Isabella todo este tiempo, ¡qué patética! ¿POR QUÉ SIMPLEMENTE NO ACABAS CONMIGO? ¿NO ES MEJOR QUE VOLVER A MENTIRME DE ESA MANERA? ¡¿AH?! ¡¿NO ES MEJOR?!- ahí lo entendí, alguien había destrozado su confianza, sus ilusiones, alguien le había hecho pensar que podía ayudarla para después terminarla abandonando; y ese alguien, era Natalie.
-Ya lo comprendí- dije, dándole a entender, ella me miró de mala manera, me iba a interrumpir pero fui más rápida- eso es lo que temes, ¿cierto? ¿Qué te vuelvan a destrozar?- bufé- eso fue lo que ella te hizo- dije para mí, recordé rápidamente aquel día en el que tuve una mirada al pasado, el pedazo restante, no era lo que había visto, eso era una farsa; una mentira que alguien había hecho que viera pero, ¿por qué? ¿Con qué motivo?
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Un Destino: desafiando a las sombras
FantasyEl tiempo ha pasado, Isabella ya tiene 16 años y está preparada para sus lecciones; pero no todo es color de rosas. Isabella comienza a sentir la presión y con ella, problemas; sus poderes se salen de control y la aparición de un nuevo enemigo solo...