Narra Thomas.
Corría de algo o de alguien, sin saber por qué, solo corría. Mi respiración era agitada, todo daba vueltas, parecía un laberinto; sin salida. Doblé a la derecha, izquierda, dos veces derecha e izquierda nuevamente, corría como si supiera a dónde iba. Comencé a detallar el lugar y se me hacía familiar, largos ventanales, estantes llenos de artefactos extraños, pisos de madera, hermosas obras de arte en las paredes; ¿dónde estoy? ¿Por qué corro? ¿De qué? ¿De quién? Finalmente me detuve en medio de una gran habitación, miré al techo y este tenía una hermosa pintura que narraba una historia, entonces mi primera pregunta fue respondida; estoy en el salón del castillo pero, ¿qué hago aquí? Su ruidosa risa invadió el lugar quitándole la tranquilidad, mis nervios aumentaron al igual que le tristeza y la frustración.
-¡Thomas!- volvió a reír- pero que... inesperada sorpresa- sonrió de lado.
-¿Qué hago aquí? ¿Qué quieres?- pregunté serio.
-Bueno, estás aquí porque... necesito hablar contigo y, ¡ah, no! ¡Espera!- exclamó- eso contesta las dos preguntas- rió y un escalofrío invadió mi cuerpo.
-Te escucho- dije, quería saber que me diría, más si trata de Bella.
-Verás, el trato que tengo con Isabella consiste en que tú no sufras, de ninguna manera- dijo siendo sincera por primera vez- pero se me hace muy difícil- rió- así que, será más fácil para ambos, que el día de la pelea no aparezcas- me sonrió.
-¿Qué?- pregunté confundido.
-Sí, como escuchaste. No quiero que aparezcas el día de la pelea, es más, no debes aparecerte ese día; es muy sencillo.
-No.
-¿No?- asentí- ¿por qué ustedes siempre se niegan a las cosas?- reclamó- ¿sabes qué? Haz lo que quieras, trato de evitar que salgas lastimado, estoy cumpliendo con mi palabra y tú solo me ignoras, ya verás lo que te conviene.
-No, tú no estás buscando mi seguridad, estás tratando de evitar que Isabella vuelva- su expresión cambió.
-¿Cómo... por qué dices eso?- preguntó nervioso.
-¿Crees que no vimos lo que pasó contigo cuando trataste de romper tu trato?- bufé, su expresión era seria- la verdadera incrédula eres tú, eres un virus e Isabella encontrará la cura- era rió.
-¿Cómo estás tan seguro de eso, Tommy?- dijo haciendo énfasis en el apodo de Bella.
-Porque la conozco y sé de lo que es capaz, puedes pensar que no sabe nada pero las apariencias engañas. Perderás, tu reinado del horror terminará y te arrepentirás de todo lo que has hecho.
-¡NOOOO!- gritó histérica, una inmensa arena negras se asomó por todos lados, sus ojos se volvieron negros y su piel adquirió un tono grisáceo, una cínica sonrisa se asomó por su rostro y toda la arena se abalanzó sobre mí, poco a poco el aire disminuía y la oscuridad se adueñaba de todo...
Desperté bañado en sudor, respiraba pesadamente, observé el reloj sobre la mesa, las 11:56am, llegaré tarde. Me levanté rápidamente de la cama, esta se hizo sola, agradecí mentalmente, fui al baño a arreglarme para ir con los chicos, una vez listo; me teletransporté a la biblioteca real. Al llegar, todos se encontraban ahí, incluso Jake y Logan, no discutiría; no ahora.
-Thomas, llegaste, finalmente- dijo James con un poco de sarcasmo.
-Lo lamento, tuve un sueño algo extraño eso es todo- Jake me miró confundido y me lanzó una mirada de "hablamos luego", solo asentí y enfoqué mi vista en las chicas- y, díganme, ¿qué consiguieron?- ambas sonrieron.
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Un Destino: desafiando a las sombras
FantasyEl tiempo ha pasado, Isabella ya tiene 16 años y está preparada para sus lecciones; pero no todo es color de rosas. Isabella comienza a sentir la presión y con ella, problemas; sus poderes se salen de control y la aparición de un nuevo enemigo solo...