Ira, tristeza y confusión

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Oía gritos, voces, llamadas de auxilio, trate de ayudarlos pero estaba indispuesta; estaba atada. Con mucha facilidad logre desatarme pero no podía moverme, luchaba conmigo misma pero era inútil, nada; simplemente nada. Los gritos aumentaban y yo me desesperaba, quería ayudarlos, necesitaba ayudarlos fueren quiénes fuesen, seguía luchando con mi propio cuerpo para moverme pero ya era tarde; los gritos había terminado. Una luz apareció en la habitación, alumbrando más el lugar, y con ella; una suave y armoniosa melodía. La luz se fue reduciendo hasta que quedo una pequeña esfera de luz rosada, se parece al brillo de la visión, pensé.

Trate de tocarla pero se disolvió apenas me le acerqué y cuando me alejé, volvió a juntarse, de ella salía la dulce melodía, una melodía que logró calmarme pero la inquietante pregunta de qué era ese brillo seguía en mi cabeza.

-¿Qué eres? ¿Qué significas?- le pregunté con la estúpida esperanza de que contestase, es una esfera de luz Isabella, no va a contestar.

Volví a ver a la esfera y su luz se hizo más intensa y comenzó a moverse, la seguí por instinto. Una especie de pantalla gigante apareció justo al frente y la esfera se introdujo en ella, una serie de imágenes de Thomas y yo aparecieron en la pantalla, inconscientemente sonreí pero al detallar la imagen mi sonrisa se esfumó.

-No somos nosotros, son ellos; Arturo y la reina Natalie- dije en voz alta, ambos se veían tan felices, al recordar todo lo que pasaron la tristeza me invadió, ¿será qué eso nos pasará a Thomas y a mí? Mi mente y vista regreso a la pantalla gigante y las imágenes eran diferentes, ahora si éramos Thomas y yo, juntos y felices; al igual que los otros dos- pero... ¿por qué me muestras esto?- le pregunté a la esfera esperando un tipo de respuesta de su parte, dos imágenes muy similares pero distintas al mismo tiempo se enfocaron en la pantalla, en ambas las parejas se encontraban abrazándose.

Las imágenes eran normales hasta que note algo extraño en ambas, justo en el punto exacto en donde los cuerpos de las parejas se tocaban había algo, el brillo, pensé, trate de acercarme para detallar más a fondo la imagen pero a penas toqué la pantalla; esta me succionó y comencé a caer sin saber cuándo o cómo pararía...

Desperté, estaba confundida, ¿qué había sido ese sueño? ¿Una ayuda? ¿Una respuesta?, no lo sabía pero creía entender el problema, me levanté de la cama con sumo cuidado de no despertar a Thomas, salí de mi habitación, no sabía qué hora era pero supuse que serían entre las 2 o 3 de la mañana. Me dirigía a la biblioteca, al llegar, me senté y seguí leyendo los libros que me faltaba, subrayaba ciertas palabras y las escribía en una libreta, el sol comenzó a salir y el hambre invadió mi cuerpo, no dude ningún segundo en ir en busca de comida. Comencé a caminar por esos largos pasillos mientras leía el libro que tenía y trataba de comprender qué diablos significaba, no tarde mucho en chocar con una persona; Thomas.

-¿Isabella?- preguntó confundido.

-Hola Tommy, ¿cómo amaneces?- me acerqué a él y bese su mejilla, al alejarme note que estaba enojado por la manera en la que arrugó la nariz.

-Estaba preocupado por ti, desperté esta mañana y, ¿qué crees? No estabas, te busqué por todas partes, llevo buscándote un par de horas, ¿dónde estabas?- se cruzó de brazos, ¡oh no! Estoy en serios problemas.

-Tommy, yo desperté hace unas cuantas horas y fui a la biblioteca para terminar con los libros, am... Justo ahora iba a la cocina a comer algo, yo... yo... lo lamento, no quería preocuparte, solo que el sueño que tuve me confundió y yo quiero respuestas- suspiré, ¿pero qué está pasando conmigo? ¿Había dejado solo a Thomas por una estúpida luz? Sí Isabella, eso hiciste- ¿sabes qué? Olvidemos nos de esto- cerré el libro que tenía en las manos y con un hechizo lo devolvía la biblioteca, él seguía mirándome interrogante- lo siento, en serio, ¿me perdonas?- lo miré como niña pequeña, sabía que él no se resistía a esa cara pero seguía con el mismo semblante serio y enojado, comencé a preocuparme hasta que Thomas soltó un suspiro.

Un Destino: desafiando a las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora