Reviviendo el pasado

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Una mujer de cabellos castaños claros se encontraba leyendo en medio de una gran sala, la luz del sol le pegaba justo en la espalda dando a ver sus reflejos rojos y amarillos, la mujer estaba vestida con vestido rosa claro largo y unas cintas del mismo color adornaban su cabeza, me encontraba detrás de ella, con cuidado; empecé a caminar para poder ver su cara y así, reconocerla. Al finalmente encontrarme en frente de ella la reconocí a la perfección, era mi tatara tatara abuela; la reina Natalie. Observé el lugar y nos encontrábamos en la biblioteca real, ella se hallaba leyendo placenteramente, se comenzaron a oír pasos pero a ella pareció no importarle en cambio yo, me estaba muriendo de curiosidad, los pasos se detuvieron y la persona se hallaba parada justo en el umbral de la puerta; era Arturo. Él sonreía mientras veía a Natalie, era idéntico a Thomas, no puede evitar sonreír y parece, que Natalie tampoco.

-¿Qué haces? Me desconcentras- dijo ella riendo.

-Es que te ves hermosa- él comenzó a acercársele- ¿otra vez leyendo?- le preguntó una vez a su lado, ella asintió y el suspiró pesadamente.

-Ella regreso, y tengo que estar lo más relajada posible, no quiero que pase nada- dijo decidida, no hacía falta que me explicaran, algo en mí sabía qué había regresado; su sombra.

-Y, ¿por cuánto tiempo atormentará esta vez?- preguntó frustrado mientras se alejaba de Natalie y miraba hacia otro lado.

-Sabes que eso no lo se- dijo ella parándose dejándome admirar su vestido, ¡wow! ¡Pero qué lindo!, pensé; Arturo bufó por lo que ella había dicho- no entiendo por qué te molestas, sabes que no es mi culpa, sabes que no puedo hacer nada-dijo calmadamente pero yo sabía que ella estaba muy molesta.

-Lo se- le gritó Arturo desesperado.

-Y si lo sabes, ¿por qué preguntas?

-Porque cada vez es peor- dijo molesto y triste, ella se sorprendió- cada vez viene más seguido, cada vez tienes que estar más calmada, cada vez nos alejamos más, ¿qué no lo entiendes? Nos está separando.

-No eso no es cierto...

-Sí lo es- gritó con tristeza en sus ojos, ¡es igual a Thomas! Ella suspiró.

-Puede que tengas razón- Arturo levantó una ceja, ella rió- ok, la tienes- alzó sus manos en señal de rendición mientras que ambos se acercaban al otro- se que es difícil, pero es lo mejor que puedo hacer para que tú no sufras- comenzó a acariciar su mejilla- para que nadie sufra- miró a la ventana y sonrió, no me había dado cuenta pero la ventana tenía una perfecta visión hacia el pueblo- y hasta que no encuentra una mejor manera no puedo arriesgarme- una lágrima silenciosa rodó por su mejilla.

-Está bien, tranquila, no deberías sentirte así, ya bastante conmigo- ambos rieron- lo que pasa es que yo también te necesito y últimamente has estado distante- él sonrió de lado pero no era como todas sus sonrisas de lado, ¿qué? Es igual a mi Thomas, conozco cada una de sus expresiones.

-¿Qué te parece si leemos juntos mientras tomamos y comemos algo?- sugirió ella con una sonrisa divertida.

-No lo se, verás, soy un hombre trabajador y tengo una agenda ocupada, pero puedes consultar una cita con mi secretaria- ella rodeaba los ojos mientras que él decía eso, ambos rieron. Sus miradas iban de sus ojos a sus labios, se acercaron y fundieron en un tierno beso, ¿así nos veremos Thomas y yo? Reí internamente, estoy loca; pensé. La luz que venía de la ventana comenzó a extenderse hasta consumió todo el lugar...

Aparecí en un lugar donde la luz era casi inexistente, todo era negro o eso era lo que podía apreciarse, unas cuantas risas comenzaron a escucharse y la curiosidad en mí hizo que fuera al lugar del que estas emergían. La reina Natalie era la que reía de esa manera, la miré detalladamente y no era ella; era su sombra, sus ojos eran dorados y su piel estaba de un tono grisáceo. Detallé la escena, ella le lanzaba hechizos a lo que parecían ser guardias, no se detenía y reía de vez en cuando, hasta que no quedó ninguno. Arturo apareció en la habitación y contempló la escena, estaba preocupado y aterrorizado, se notaba en sus ojos.

Un Destino: desafiando a las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora