Me estaba ahogando a mí misma en un mar de preguntas, las palabras de la reina Natalie veían a mi mente y cada vez eran más, me estaba mareando; estaba confundida. Era demasiado hasta que, de repente, todo desapareció. Sentí tranquilidad, sentía a...
-Bella
-¿Tommy?- ¡¿qué?!
-Bella soy yo, ¿me oyes?
-Así es pero, ¿cómo?
-De eso no hay que preocuparse ahora; tengo que decirte algo muy importante. "La verdad sobre la oscuridad es lo que nadie entenderá, recuerden que la oscuridad no es la ausencia de luz. Lo único capaz de derrotarla no es la luz en sí; pero si el destello en el corazón, recuerden lo aprendido y finalmente entenderán que nunca nada está perdido"- no comprendí en un principio lo que me dijo, ¿qué significaba? Pero luego lo entendí, sabía qué hacer y está vez; si que tenía un plan- suerte Bella.
Me levanté, no dejaría que las preguntas me derribasen, no iba a dejar que todo aquello por lo que he luchado terminé así, simplemente no lo permitiría.
-¿Qué haces? ¿En serio crees que puedes derrotarme?- ignoré sus preguntes, seguí avanzando hacia ella como si mi vida dependiera de ello; porque así era.
-¿Quieres saber algo? Tienes razón. En todo. Menos en una cosa; en mí- ella sólo levantó una ceja- no soy Natalie, ni siquiera me parezco a ella en lo más mínimo, puede que sea su reencarnación pero eso no implica nada. Yo dicto las reglas del juego ahora, y si no te gusta puedes marcharte- me detuve. Ella me vio seria unos minutos para luego echarse a reír.
-¿Y qué vas a hacer ahora? Anda dime, me muero de intriga- dijo con sarcasmo para luego reír cínicamente.-Acabar contigo, acabar con todo esto, ¿qué no te das cuenta? No tiene sentido vivir con tanto odio, con tanto rencor, pero has vivido con ello por tanto tiempo que lo único que puede realmente acabar contigo es lo opuesto- su expresión cambio, parecía entender- tú eres mi sombra, mi oscuridad interna; mi peor pesadilla. Pero yo, yo soy la luz, yo soy el bien; yo soy tu peor pesadilla.
-¿¡CÓMO... CÓMO TE ATRVES A DECIR ESO!?- estaba flotando nuevamente, tenía ese aspecto infernal que últimamente era común, pero eso ya no me importaba; sabía qué hacer. No me inmute, haciéndola enojar, seguí avanzando hacia ella, una vez a su altura la vi a los ojos y le dije:
-No puedes acabar con esto, ese nunca ha sido tu destino.
-¿Y cuál es el tuyo?
-Desafiar a las sombras- la agarré de las muñecas y la acerqué a mí. Mi cuerpo la absorbía y al mismo tiempo emanaba ese brillo rosa, pero más intenso, este era más real.
-¡NOOOOO!- se escuchó antes del estruendo junto con la explosión y después de eso, no volví a ver nada...
Narra Thomas.
Contemplaba la situación, un poco aturdido ya que usar la conexión entre Bella y yo me deja un poco mareado, una vez mejor observé nuevamente el cuerpo de Isabella, el cual se hallaba igual; pero no por mucho. Un brillo rosa intenso se extendió desde su inerte cuerpo hasta cubrirlo todo, seguido de una explosión, con mis manos cubrí mi rostro y con mi cuerpo trate de proteger a Katelyn lo más que pude ya que ella seguía inmóvil, debí haber estado un largo rato así porque al recuperar mi consciencia la explosión ya había acabado Bella había vuelto de su estado de éxtasis. Traía un vestido rosa metálico, escotado por la espalda, con adornos plateados al borde del vestido, el cual le llegaba un poco más arriba de la rodilla. Ella no sabía dónde se encontraba pero al voltearse me vio, haciendo que ambos sonriéramos. Corrió hacia mí. La abracé para luego alzarla ligeramente, al bajarla la besé. No quería y, aparentemente ella tampoco, que ese momento acabase. La había recuperado, Bella finalmente estaba conmigo. Al separarnos le dije:
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Un Destino: desafiando a las sombras
FantasyEl tiempo ha pasado, Isabella ya tiene 16 años y está preparada para sus lecciones; pero no todo es color de rosas. Isabella comienza a sentir la presión y con ella, problemas; sus poderes se salen de control y la aparición de un nuevo enemigo solo...