Estaba harta y cansada, no encontraba nada, nada de lo que mi sombra había dicho, simplemente nada. No me dio nombres así que eso dificultó las cosas, tampoco me dio épocas por lo que no puede buscar por ahí, ya no podía más, choqué mis puños contra la mesa y estos se prendieron en fuego por lo que supuse que yo también lo estaba y, ¿cómo no estarlo? Era frustrante, no lograba conseguir lo que necesitaba o, mejor dicho, lo que quería. Thomas estaba ahí a mi lado, ayudándome a pesar de no entender que buscaba, pensé en lo que dijo mi sombra y la simple idea de dejarlo solo me desvastó, no podía más conmigo misma ni con nada, comencé a llorar silenciosamente y la lluvia no tardó en llegar.
-Bella, no se si esto es lo que...- se detuvo al contemplar mi estado- oye, no tienes que deprimirte solo porque no lo encuentras...
-No es eso- dije con voz ronca mientras sollozaba, Thomas me atrajo a él y me abrazó, trataba de calmarme pero no funcionaba, las ideas, los posibles futuros, las diferentes posibilidades pasaban por mi cabeza analizando cuál de ellas podría ser la mejor opción pero en todas alguien salía herido; y eso es lo que menos quería.
-Dime qué es, quiero ayudarte Bella, no puedo verte así, me destroza por dentro- créeme, se lo que se siente- todo estará bien.
-No, no es así- me separé ligeramente de él- esto es lo que ella buscaba desde un principio; desestabilizarme, romperme, confundirme, traicionarme con mi propia mente y lo peor de todo es que lo está logrando; la estoy dejando hacerlo Thomas. Con cada palabra que dice y deja de decir, me afecta, yo no quiero dañar a nadie pero ella sí y la simple idea de que lo logré me aterra, pensar que no puedo detenerla, que no puedo ser esa "luz" que acabe con ella me frustra, yo...- decía todo con lágrimas en los ojos y dificultad, a pesar de que las palabras se entendían perfectamente, baje la cabeza, no quería que me viera así; tan desesperanzada. Él colocó su mano en mi mentón y lo levantó haciendo que toda mi cara lo hiciera, con sus pulgares limpió las lágrimas y me dedicó una sonrisa de lado; una de esas sonrisas que me vuelve loca. Sonreí por inercia.
-Isabella, no entiendo cómo puedes decir eso- abrí los ojos como platos y volví a deprimirme- eres la chica más perseverante, fuerte y maravillosa que conozco y no lo digo solo porque te amo- reí- se que estás intentando todo lo que está a tu alcance para que las personas no sean lastimadas pero, ¿qué hay de ti? Te destruyes por dentro al no comprender qué es lo que pasa y a mí no puedes mentirme- sonreír de lado- encontrarás la respuesta, siempre lo haces, siempre y a tu manera, no te dejes convencer por sus palabras, tú eres mil veces más fuerte, a pesar que eres ella- lo último lo dijo en un tono burlón haciendo que ambos riéramos y golpeara levemente su brazo- ves, esa es la Isabella que quiero ver, la que está llena de esperanza y vida, la que no se deja vencer por nadie, la Isabella que robó mi corazón el primer día que la vi- ahí ya no pude contener las ganas y me lancé a besarlo, me sentía completa nuevamente, todo rastro de ira o tristeza se esfumó cuando mis labios y los de Thomas se encontraron; estaría segura siempre que lo tuviese a él a mi lado.
-Te amo- dije una vez separados, nuestras frentes estaban juntas y nuestras sonrisas se veían a kilómetros- gracias.
-¿Por qué?- preguntó incrédulo, bufé divertida.
-Por todo, por motivarme, cuidarme, soportarme, por amarme- nos volvimos a besar, esta vez sonriendo, sabiendo que todo estaba bien- perecemos idiotas- dije una vez separados y ambos soltamos una carcajada.
-Eso somos- seguimos riendo pero mis momentos de felicidad cada vez duraban menos, sentí como mis ojos se llenaban de luz y ella aparecía justo en frente de mí, la luz disminuía y ya no comprendía las palabras que escuchaba, me desmayé.
Desperté en medio de una habitación que no reconocía pero su presencia ahí era innegable, me volteé para encontrarme con la persona dueña de la risa que se escuchaba en toda la habitación, con carácter firme y un semblante frío me paré en frente de ella, haciendo la misma pregunta de siempre:
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Un Destino: desafiando a las sombras
FantastikEl tiempo ha pasado, Isabella ya tiene 16 años y está preparada para sus lecciones; pero no todo es color de rosas. Isabella comienza a sentir la presión y con ella, problemas; sus poderes se salen de control y la aparición de un nuevo enemigo solo...