14. Entrenamiento, domingo por la mañana

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I gotta bulletproof heart
You gotta hollow point smile
We had our run away scarves
Got a photograph dream on the getaway mile

Bulletproof Heart, My Chemical Romance

Usualmente, los domingos no le gusta despertar temprano. Pero ese día tiene a Katsuki enredado entre las sábanas después de un mal sueño.

(La única vez que le preguntó el contenido de sus pesadillas, Katsuki dijo «el tipo de las manos habla demasiado» y volvió a dormir. Eijiro sospecha que dejó fuera demasiados detalles, pero no quiere presionarlo).

Katsuki no suele despertar tan temprano —porque tiene un despertar terrible— pero, siempre que haya conseguido dormir bien, empieza a moverse una o dos horas antes de que tengan que ir a clase.

¿El problema?

Es domingo.

No hay clase.

—Ey. —Katsuki lo zarandea un poco, dándose cuenta de que ya lo despertó—. Tengo curso de recuperación al rato e Izuku quiere entrenar. —Ahora Katsuki usa Deku e Izuku de una forma más o menos indistinta; el segundo siempre y cuando nadie más lo esté oyendo—. Usaremos la azotea un rato. Sin singularidades. ¿Vienes?

Eijiro bufa.

Quiere darse la vuelta y volver a dormir. Pero también sabe que va a pasar el día entero sin ver a Katsuki, hasta que regrese por la tarde. Así que, más dormido que despierto, se levanta.

Cuando llega con Katsuki a la azotea, Izuku ya está allí, esperándolos.

—¡Oh, decidiste venir también!

—Katsuki me despertó... —se queja Eijiro.

—Oh, vamos, no será tan malo, idiota —dice Katsuki.

Después de un rato, queda claro que Eijiro es el mejor de los tres en combate mano a mano sin usar sus singularidades. Katsuki es más fuerte y tiene habilidad, pero no practica demasiado porque su singularidad es mucho mejor para ataques de largo rango y a Izuku le falta práctica con las piernas todavía —aunque Eijiro no duda que lo superará en un momento—. Así es como se impone ante ambos: con habilidad. Ambos lo superan en fuerza, pero él tiene mucha más experiencia y resistencia porque su única opción en combate es ser un escudo o golpear directamente.

Cuando termina encima de Izuku, sonríe.

Las siguientes veces ya no gana. Porque Izuku es rápido para encontrar patrones en sus enemigos y también como deshacerlos. Es una habilidad envidiable.

Así que después de ganarle a Katsuki y después de que Izuku y Katsuki terminen en tablas, quien termina con Izuku encima es él.

Respiran pesadamente ambos.

—Eres bueno —dice Izuku.

Está rojo por el esfuerzo.

—Si no supiera que eres mi alma gemela, diría que estás intentando meterte entre mis piernas.

Izuku se ríe entonces.

Qué risa tan bonita.

Durante un momento, Eijiro no puede ver más que su rostro. La manera en la que enseña los dientes al reírse y sus ojos se cierran y todo parece claro y agradable.

No sabe cuál es su expresión embobada, pero le agrada saber que nada más Katsuki, además de Izuku, es testigo de ella.

—Ey, Deku —espeta Katsuki—. ¿Vas a besarlo?

Eijiro enrojece más.

—¡Kacchan! —se queja Izuku—. ¡No puedes preguntar esas cosas!

—¡Puedo preguntarlas si tienes esa cara de imbécil cuando lo miras! ¡Y ve la suya!

Izuku enrojece también y mira a Eijiro.

—¿Está bien? —pregunta—. Si te beso, quiero decir.

—Sí —responde Eijiro—, muy bien.

Y de repente el mundo brilla mucho más, cuando los labios de Izuku Midoriya chocan con los suyos. Besa muy diferente a Katsuki. Con más calma, más reposo. Los besos de Izuku le evocan un amor tranquilo, de los que florecen en primavera y se llenan de pasión en el verano para terminar de asentarse en otoño.

Cuando se separan y nota que Izuku tiene una pequeña marca en los labios —que luego puede disimular sin problemas—, Katsuki los está mirando.

Tiene una mirada curiosa y el ceño fruncido. Eijiro no puede interpretarla.

—¿Quieres también un beso, Kacchan? —pregunta Izuku y le guiña un ojo.

Katsuki enrojece y por un momento Eijiro está convencido que dirá que sí. Es entonces cuando desvía la mirada.

—Tengo que irme —replica—. Se me hará tarde.

Y se marcha antes de que ninguno de los dos pueda detenerlo.

Eijiro se pone en pie en confusión e Izuku suspira cuando es evidente que no pueden alcanzarlo. Bajan las escaleras en silencio. Cuando llegan al cuarto piso y Eijiro tiene que separarse de Izuku, duda un momento y lo detiene.

—Quieres besarlo, ¿no?

Izuku asiente.

—No creo que sea buen momento de hablar de eso —dice, sin embargo—. Te besé a ti y no quiero que de repente todo sea sobre mi relación con Kacchan. Me parecería algo... insensible.

Eijiro asiente. Quizá tiene razón.

Aunque no está celoso de la clase de relación que comparten Izuku y Katsuki, capaces de entenderse en todo momento, a veces una punzada dentro de él dice que nunca logrará tener esa clase compenetración con ambos. Y otra parte de su mente le responde que todo es tiempo.

Sólo tiempo.

—Creo que está nervioso —dice Eijiro, finalmente, después de considerarlo un momento— y creo que no tiene motivos para estarlo. Cuando vuelva..., quizá...

Izuku sonríe.

—Más tarde —dice—. ¿Quieres ayudarme a preparar algo de desayuno antes de que bajen los demás? Sólo tú y yo, después de tomar un baño. Nadie más.

Eijiro asiente y le sonríe.

—Si no hay nadie, podrías robarme otro beso.

Izuku enrojece y Eijiro le sonríe. Sólo ellos dos.

They're Soulmates, Your Honor [Kiribakudeku/Kirikatsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora