They're Soulmates, Your Honor [Kiribakudeku/Kirikatsudeku]

18. All-Might y Crimson Riot

But she said, where'd you wanna go?
How much you wanna risk?
I'm not lookin' for somebody
With some superhuman gifts
Some superhero
Some fairy-tale bliss
Just something I can turn to
Somebody I can kiss

Somebody Just Like This, The Chainsmokers & Coldplay

Es el día que Katsuki no está. Todavía tiene clases remediales con Todoroki.

Eijiro lo extraña, pero también siente que es un respiro. Su mente a veces lo agobia porque las inseguridades corren libres por su piel.

Y a veces siente todavía que está en medio de una historia y una relación a la que llegó tarde. Izuku y Katsuki se conocieron a los cuatro años, quizá antes. Eijiro no llegó a sus vidas hasta más de diez años después. El tiempo pesa.

Le gustaría hablar eso con alguien más, pero no sabe si tiene la suficiente confianza como para hacer de Todoroki —el único enterado de sus almas gemelas— su confidente. Tampoco sabe si se siente listo para contarle a alguien más —y eso tiene que consultarlo con Katsuki e Izuku, aquello es cosa de tres—. Le gustaría poder contarle a Mina porque lo mira con curiosidad después de aquellos días en los que se encontró perdido, entre el sí y el no. Incluso a Kaminari.

Alguien llama a su puerta.

—¡Voy!

Izuku es quien está en la puerta.

Va cargando un DVD y un montón de ramen instantáneo.

—Pensé que como Katsuki no está, podemos pasar un rato juntos —dice, sin decir ni hola—. Al rato quedé estudiar inglés con Ochako, puedes unirte, si quieres.

—¿Puedo decirle a Kaminari? —pregunta Eijiro—. Seguro necesita ayuda en inglés. O aunque sea apoyo. Y quizá Mina quiera unirse.

—Claro. —Izuku sonríe—. Entonces, ¿qué dices? ¿Podemos pasar un rato...? —Le enseña en DVD. Es una compilación de peleas de All-Might. Eijiro empieza a tardar en responder, por lo que la piel de Izuku enrojece —. Podemos hacer otra cosa, claro. Sólo... eh...

—Te gusta All-Might —dice Eijiro, finalmente—. A Katsuki igual. Ya ves, esa sudadera que tiene y nunca saca.

—Sí.

—¿Por eso se hicieron amigos? —pregunta Eijiro. Siempre ha querido preguntar.

Izuku asiente.

—Creo. No lo recuerdo. Pudo haber sido porque teníamos la misma edad y estábamos en el mismo parque. —Sonríe—. ¿Entonces...?

Eijiro entonces se da cuenta de que siguen parados en la puerta.

—Eh, sí, claro —dice—. Pasa. —Se hace a un lado—. De hecho...

Se le ocurre en un momento. Es una estupidez, pero puede funcionar. Deja que Izuku se acomode a sus anchas y se acerque a la computadora. Mientras revisa sus cajones hasta encontrar un DVD viejo. No son peleas, pero, al menos.

—Tengo esto —le dice a Izuku, enseñándoselo.

Entrevistas viejas de Crimson Riot. Sin ellas quizá no estaría en la UA.

A Izuku se le ilumina la cara.

—Oh, ¡tú favorito! Podemos verlas. Me pregunto cómo funcionaría un equipo entre All-Might y Crimson Riot... Podría pensar... Sus poderes desde luego podrían complementarse, pero... —Sigue mascullando y Eijiro sonríe para sí.

Es muy diferente a Katsuki, no puede evitar compararlo, porque sólo le ha enseñado esos videos a Katsuki, cuando empezaron a ser amigos y descubrió que tenía la sudadera de All-Might que sólo se pone mientras estudia en su habitación. Katsuki lo dejó ponerlo y lo vio en silencio. Al final sólo hizo un sonido ininteligible y dijo, en voz baja: «serás como él». Eijiro pasó días creyendo que lo había imaginado.

—Puede ser un reto, ¿no? —dice Eijiro—. Imaginar cómo demonios All-Might y Crimson Riot pueden colaborar. Anda. ¿Qué vemos primero?

Pasan las siguientes tres horas de la mañana entre un disco y el otro, comentando cosas.

Eijiro no puede pensar en otro momento en que estuviera así con Izuku, simplemente a solas, sin la sombra de la relación que el otro tiene con Katsuki y todo su pasado. Sin sentar que está en medio de una historia que lo va a dejar atrás.

Le llega como una revelación.

No toda la vida será testigo de un cortejo eterno ni de una redención y unas reparaciones que Katsuki le debe a Izuku.

Es parte de los tres.

—¿Pasa algo? —pregunta Izuku, cuando nota que Eijiro se ha quedado mirando.

—No... Creo que no. —Piensa un momento—. Sólo... Al principio no sabía si esto... entre los tres... iba a funcionar. Sólo... Sólo me alegra, que lo haya hecho.

—Oh, Eiji. —Izuku se acerca hasta él y lo abraza sin previo aviso—. A veces me preocupa, ¿sabes? Que mi sombra y la de Kacchan sean demasiado largas para ti. Que te absorban. Que sientas que eres sólo un añadido. A veces... —titubea—. No, siempre, la palabra que busco es siempre. Casi siempre me lo pregunto. Si no será insensible cuando me enfoco en Kacchan cuando estamos tú y yo solos. Si nuestra historia no... no es... demasiado... Quizá te engulle a veces, porque ciertamente lo hace con nosotros. Lo siento. Si pasó alguna vez. Sobre todo al principio. No sé cómo funciona una relación. De a tres. —Sonríe y Eijiro sonríe con él. Se separan un momento e Izuku se queda mirándolo un momento—. ¿Puedo besarte?

Eijiro asiente.

Le gustan los labios de Izuku. Besa con tranquilidad, con paciencia. Lo hace seguro y sus labios transmiten cierta paz. (Aunque lo ha visto besar a Katsuki y sabe que no lo hace igual y de algún modo le emociona saber que la manera en que Izuku los besa es única).

Luego se separan.

—Es mucho —admite Eijiro—. A veces es mucho. Pero no demasiado. Nunca será demasiado, Izuku. Mi mente dice que es sólo tiempo. Aunque veces dude.

Izuku sonríe. Pasa el dorso de su mano por la mejilla de Eijiro. Le sorprende que el toque pueda ser suave —quizá sólo se lo parece— a pesar de todas las cicatrices que tiene.

—Te quiero, ¿sabes? —dice—. No sólo porque siento tu dolor en mi cuerpo o porque tu sientas el mío, sino porque eres tú.

Eijiro atrapa la mano de Izuku, impidiéndole separarse de su rostro.

—Te quiero —dice.

Nunca ha dicho algo tan cierto como esas dos palabras.

***

actualización en los próximos días