15. Katsudon

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Once upon a younger year
When all our shadows disappeared
The animals inside came out to play
Went face to face with all our fears
Learned our lessons through the tears
Made memories we knew would never fade

The Nights, Avicii

Eijiro Kirishima tiene una vaga idea de qué hacer en la cocina para que no se quemen las cosas o no prenderle fuego a la estufa. También sabe cortar las cosas sin rebanarse un dedo y puede prepararse un desayuno y una cena él solo.

Dicho eso, confirma que junta a Katsuki, es profundamente ignorante en cuestiones de comida y su preparación.

Lo arrastró bastante tiempo antes de la cena. «Antes de que los extras llenen las áreas, comunes, anda», dijo, sin esperarlo. Eijiro fue detrás de él porque sería muy estúpido perderse una comida preparada por Katsuki.

Apenas si puede hacer algo, sin embargo. Katsuki lo usa para cortar cosas, vigilar lo que está sobre el fuego, ladrarle instrucciones y poco más.

La primera vez que cocinó para él, Eijiro ni siquiera pudo verlo. Fue tras Kamino, después de devolverle el dinero que había gastado. O dárselo, más bien. También fue tras la primera noche de pesadillas que tuvo Katsuki en los dormitorios. Así que Eijiro supuso que el haber cocinado para él —aquella primera vez— fue parte de una serie de «gracias» o disculpas que Katsuki no entendía muy bien como verbalizar.

Tras eso, simplemente se volvió una costumbre.

Katsuki preparaba «una ración» que era demasiado grande para el desayuno y Eijiro se quedaba con la mitad. Katsuki decía que tenía antojo de cualquier cosa y Eijiro decía que era buena idea. Poco a poco, lo fue viendo cocinar. Parecía una actividad relajante.

Una vez intentó preguntarle de dónde había aprendido.

«Mi padre», soltó Katsuki. «Él me enseñó».

No agregó nada más entonces, pero Eijiro intentó formarse una imagen del padre de Katsuki, sin lograrlo realmente. (Al menos, hasta que encontró una fotografía familia en la que Katsuki y Mitsuki, su madre, salían gritándose el uno al otro mientras, con toda calma, su padre, tan diferente al resto de su familia, sonreír a la cámara).

—Pásame eso. —Katsuki señala algo, que resulta ser un cuchillo; Eijiro se lo pasa—. Gracias —dice, apenas sin mirarlo.

Cuando se trata de la comida, Katsuki es metódico, al menos en apariencia.

Pero Eijiro, que sabe el método para no morirse de hambre, comprende que la cocina no es sólo seguir una receta. Hay mucho de intuición en ello, de imaginación, de sazón. El de Katsuki, por ejemplo, es especialmente bueno, sobre todo cuando se trata de todo lo que sea picoso.

Así que Eijiro se contenta con mirarlo.

No pasa mucho tiempo hasta que tiene un plato de katsudon y luego otro. Y luego Eijiro nota que todavía sobra arroz y puerco para servir y de repente hay tres patos. Katsuki le pasa uno, junto con un par de palillos.

—Pensé que podíamos comer cenar arriba.

«Solos», es lo que implica.

Y el tercer plato implica solos con alguien más.

Así que Eijiro sube y no le extraña nada cuando Katsuki se detiene en el primer piso y se dirige hasta la zona de dormitorios de los hombres de ese piso y se detiene ante una puerta. Y luego, duda a la hora de llamar.

Eijiro alza una ceja y Katsuki sólo mueve la cabeza.

«Hazlo tú», dice.

Así que Eijiro toca la puerta; tienen que esperar un momento antes de que se abra. Oyen el movimiento de una silla y un «voy».

Izuku abre, sí, pero detrás de su cabeza se asoma Todoroki y eso es inesperado. Katsuki frunce el ceño inmediatamente, pero aun así le extiende el plato a Izuku, con un gesto brusco.

—Katsudon.

Se le iluminan los ojos inmediatamente. Eijiro puede verlo.

Mientras tanto, Katsuki concentra su energía en Todoroki.

—Para ti no hay —espeta.

—No sabía que... —responde Todoroki.

—No te haría katsudon ni aunque lo pidieras, idiota —sigue Katsuki.

—Estábamos estudiando...

—¡Ni siquiera soba frío! ¡Porque no somos amigos!

—¡Oh, Kacchan! ¡Huele delicioso! —Izuku los interrumpe a todos—. ¡Gracias! ¡Nunca creí que...! —Y es tan adorable que Eijiro quiere derretirse allí mismo—. A mí no me queda igual que a ti, claro...

—¡Ni siquiera lo has probado! —se queja Katsuki.

Entonces Izuku nota los platos en sus manos. Gran momento.

—¡Oh! ¿Quieren pasar? —Izuku se hace a un lado—. Podemos cenar aquí. No hay demasiado espacio...

—¡Habría si dejaras de endeudar a tu mamá comprando todas las figuras de colección de All-Might! —se queja Katsuki—. Podrías pedírselas a él directamente, —bufa de nuevo—, ya que eres su favorito.

—Eh, creo que es buena idea irme... —Eijiro sólo puede dirigirle una sonrisa de disculpa a Todoroki, porque Izuku y Kacchan hablan por los cuatro. Lo ve recoger sus cuadernos antes de decirle que puede quedarse y que pueden cenar entre amigos—. No creo que sea buena idea ser el mal cuartero de...

¿Qué?

—¿Qué?

Oh, incluso lo dijo en voz alta, maravilloso.

Todoroki carraspea.

—Lo sé —dice, muy solemnemente.

Katsuki gruñe.

—Estaba conmigo. Ese día. Cuando ustedes no estaban. —No da detalles, pero Eijiro entiende justo en qué momento estaba Todoroki con él. Katsuki fija en él su mirada—. No estás invitado, idiota —espeta.

—Kacchan, no seas maleducado.

—No hice katsudon para él.

—Katsuki —interviene Eijiro—, si alzas la voz va a oír todo el pasillo y Mineta vive al lado.

Eso lo deja calladito. No vuelve a abrir la boca hasta que Todoroki se marcha y cierra la puerta tras de sí.

Izuku sonríe de oreja a oreja.

—¡Nunca creí que me harías katsudon, Kacchan!

—Cállate y come.

Eijiro sólo puede mirarlos y sonreír. A veces, se conforma con observar y descubrir que la felicidad es eso.

They're Soulmates, Your Honor [Kiribakudeku/Kirikatsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora