Capitulo 0

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Los carruajes reales irrumpieron en el pueblo. La gente, sorprendida y curiosa, comenzó a amontonarse alrededor de ellos, llenando el aire con un murmullo creciente que pronto se transformó en un bullicio incontrolable. Los guardias reales descendieron rápidamente de los carruajes, formando una fila para mantener a la multitud a raya.

—¡Atrás! ¡Manténganse alejados! —gritaban los guardias, alzando sus manos y escudos para contener a los aldeanos que, a pesar de las órdenes, intentaban acercarse para ver qué estaba ocurriendo.

El comandante, con porte autoritario, bajó del carruaje principal. Vestido con su uniforme impecable. Desplegó con cuidado un pergamino que llevaba en su mano, el cual estaba sellado con el emblema real. Al desenrollarlo, la multitud cayó en un tenso silencio, expectante por escuchar el mensaje que traía.

Con voz profunda y resonante, el comandante proclamó:

—¡Escuchen todos! Su majestad, el Rey Suppasit, ha decretado el inicio de la Tradición Real de Haewn. En busca de encontrar a la futura Reina, quien será desposada por su alteza, el Príncipe Mew Suppasit.

»Aquel omega; sea mujer o varón, cuyo dedo encaje en el anillo se convertirá en reina, decreto real.

»A partir de mañana, todos los omegas del reino deben acercarse al castillo para probarse el anillo. Cada uno tendrá su oportunidad de probar suerte y destino.

»Fin del comunicado.

El comandante enrolló nuevamente el pergamino y subió al carruaje con una reverencia, mientras los guardias cerraban filas para despejar el camino. Con un chasquido de las riendas, los caballos fueron puestos en marcha, avanzando rápidamente, dejando atrás a una multitud que no podía ocultar su confusión y asombro. Las conversaciones empezaron a brotar en pequeños grupos, llenas de especulaciones y expectativas, mientras el eco de las ruedas del carruaje se desvanecía en la distancia.

Las noticias del anuncio real se esparcieron recorriendo cada rincón del reino con una velocidad asombrosa. No pasaron ni unas horas antes de que los rumores alcanzaran incluso las aldeas más remotas. Los mensajeros viajaban de pueblo en pueblo, confirmando lo que ya muchos habían comenzado a sospechar.

En cada hogar donde vivía un omega, las conversaciones se tornaban serias y llenas de preocupación. Algunas familias, conscientes de lo que significaba el anuncio, comenzaron a preparar a sus hijos con esmero. Los más adinerados encargaron a sus criados buscar las mejores telas y joyas, deseando presentar a sus omegas en el mejor estado posible. Sabían que esta era una oportunidad única, y aunque no todos albergaban la esperanza de que el anillo encajara, no podían permitirse dejar escapar la posibilidad.

Mientras tanto, en el castillo, el ritmo de los preparativos se había acelerado. Los sirvientes iban y venían, llevando telas, ajustando decoraciones, y asegurándose de que cada detalle estuviera perfecto para la gran ceremonia.

La sala principal, donde la prueba del anillo tendría lugar, estaba siendo transformada. Grandes tapices que representaban las historias de antiguos reyes y reinas de Haewn colgaban de las paredes, mientras el suelo de mármol brillaba con un esplendor recién pulido. En el centro, sobre un pedestal de oro, se colocó una caja de cristal, donde reposaba el anillo, esperando a aquel cuyo dedo sería digno de portarlo.

En las calles del reino, las conversaciones giraban en torno a una sola cosa: la prueba del anillo. Los jóvenes omegas se miraban unos a otros con mezcla de rivalidad y esperanza, mientras sus familias discutían el futuro y las posibles alianzas que este evento podría traer.

No todos los omegas compartían la misma emoción. Para algunos, la idea de ser seleccionados les llenaba de miedo, sabiendo que sus vidas cambiarían para siempre. Sin embargo, para otros, la ambición de convertirse en la reina les impulsaba a prepararse con fervor.

Y mientras la noche caía sobre el reino, el castillo se iluminaba con antorchas, preparándose para un día que cambiaría el destino de todos.

Y mientras la noche caía sobre el reino, el castillo se iluminaba con antorchas, preparándose para un día que cambiaría el destino de todos

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Hola! Lamento mucho si el capítulo estuvo demasiado DEMASIADO corto pero no sabía cómo comenzar esta historia sinceramente. Agradecería mucho si votan o comentan.
Estaré leyendo sus comentarios si hay alguna duda.

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