El anillo

Capitulo 22

" No hay oscuridad ni estación que dure para siempre"

Gulf se encontraba en la pequeña sala de su antiguo cuarto, mientras las sirvientas organizaban sus cosas. Sus manos temblaban ligeramente, una mezcla de nervios y rabia, mientras intentaba asimilar lo que estaba sucediendo.

—Tranquilo, joven amo —dijo una de las sirvientas con voz suave, intentando consolarlo mientras recogía su ropa—. Mañana todo será diferente.

—¿Diferente? —replicó Gulf, apretando los dientes para no estallar—. ¿Cómo puede ser malditamente diferente? Ahora tengo que compartir cama con él.

Las sirvientas intercambiaron miradas, sus rostros pálidos reflejando la incomodidad de la situación. Era evidente que el cambio de habitación era más que una simple formalidad. La atmósfera estaba cargada de un silencio incómodo, y Gulf podía sentir la presión en el aire.

El estómago de Gulf se revolvió. Al cambiarse de ropa, el sudor le empapaba las manos, y cada prenda que se ponía parecía recordarle la nueva vida que se le imponía. Se miró en el espejo, observando el reflejo de un joven que había tenido sueños, pero que ahora solo sentía el peso de su destino aplastándolo.

Mientras las sirvientas terminaban de empacar sus cosas, otra se atrevió a hablar, intentando romper el tenso silencio:

—Joven Gulf, esto es solo un nuevo comienzo. Las cosas mejorarán con el tiempo. Mantén la fe en que pronto encontrarás tu lugar aquí

Esa frase resonó en su mente como un eco cruel. "Encontrar mi lugar aquí". ¿Qué sabían ellas sobre encontrar un lugar? Su mundo se había reducido a una habitación impuesta y una cama que no había elegido. ¿Acaso pensaban que sus palabras podían borrarle la angustia? La frustración lo invadió, como un veneno que le quemaba las venas, y sintió cómo el pecho se le cerraba, ahogándolo lentamente.

Mierda.

Era la primera vez que Gulf compartía cama con un alfa. Se sentía sumamente nervioso, y lo odiaba; odiaba no tener el control sobre sí mismo.

Dio pasos firmes pero cortos hacia lo que sería su habitación desde ahora. Rogaba porque la distancia entre él y el dormitorio durara toda una eternidad. Volteó temeroso, viendo al guardia aún detrás de él, y tragó saliva. Estaba jodido.

Suspiró, y siguió adelante, recordando todas esas veces en las que su madre le leía cuentos antes de dormir, donde la princesa y el príncipe vivían felices para siempre. Cayó en cuenta de que no podría ser feliz; estaba destinado a permanecer junto a un hombre que no amaba por el resto de su vida. Se sintió tan miserable.

Con un ligero temblor en las manos, tomó el pomo de la puerta y lo deslizó temerosamente. Al abrirla, observó la gran cama en medio de la habitación, imponente y fría, como un símbolo de su nueva realidad. En cuestión de segundos, una tormenta de pensamientos invadió su mente: el miedo a perder su libertad, la angustia de un futuro incierto, atrapado en un destino del que no podría escapar. La ansiedad comenzó a apoderarse de él.

Un nudo se formó en su estómago, y sus pasos se tornaron más pesados mientras avanzaba. Finalmente, cruzó el umbral y se adentró en la habitación. Cada paso resonaba en el silencio, como un eco de sus propios miedos. Era un nuevo comienzo, pero no el que había deseado. Las paredes de esa habitación parecían cerrarse a su alrededor, recordándole que el amor y la libertad eran lujos que estaban fuera de su alcance en un mundo donde los alfas dominaban.

Miró la cama, un lugar que amenazaba con convertirse en el escenario de sus peores temores. Imaginó lo que podría suceder allí: la presión de ser forzado a hacer algo que nunca había deseado lo llenó de miedo. La historia que había soñado se desmoronaba ante él, reemplazada por la dura realidad de una vida de sumisión y obediencia. Se sintió impotente.

Estoy pensanso hacer solo 50 capitulos aproximadamente, 

aunque no se si me alcancen (╥_╥)