Capitulo 24

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"Mi esencia se ha reducido a un deseo superficial; 

en este mundo, solo soy un objeto esperando ser marcado y reclamado."

Gulf estaba en el baño, sentado en el suelo frío, abrazando sus rodillas mientras la oscuridad lo envolvía

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Gulf estaba en el baño, sentado en el suelo frío, abrazando sus rodillas mientras la oscuridad lo envolvía. El aire pesado del cuarto parecía apretarse alrededor de su cuerpo, y la ansiedad se apoderaba de su mente con una fuerza incontrolable. La incertidumbre lo mantenía en un estado constante de alerta, como si el peligro fuera inminente. Desde el otro lado de la puerta, la voz de Mew lo llamaba, y con cada palabra, su miedo crecía, golpeando su pecho con cada eco que atravesaba la puerta. El sonido era distante y al mismo tiempo demasiado cercano, como si Mew estuviera invadiendo su mente.

De repente, un estruendo rompió el silencio. Algo se había roto, y Gulf saltó, sintiendo cómo un pánico arrollador lo dominaba. Su estómago se revolvió con la familiaridad del miedo, un miedo que conocía muy bien.

Las piernas desnudas contra el suelo cerámico intensificaban su sensación de vulnerabilidad. Las paredes del baño parecían cerrarse lentamente, haciéndolo sentir atrapado y a punto de romperse. Se aferraba a sus rodillas con más fuerza, como si al abrazarse pudiera escapar dentro de su propio cuerpo. Pero no podía.

Cada respiración era más difícil que la anterior. El eco de la voz de Mew, ahora cargado de frustración, se filtraba por la puerta como un cuchillo. La presión en su pecho se intensificaba con cada segundo, mientras su mente gritaba que no habría salida esta vez. Intentó pensar en su hermano, en Win, y por un instante, la imagen de su rostro le dio un respiro breve, pero fugaz.

El silencio se alargó, y Gulf intentó respirar hondo, buscando calmar el caos en su mente. Pero el cuarto, las sombras, la respiración de Mew detrás de la puerta, las feromonas que emanaban de él... todo se fusionaba en una pesadilla sofocante.

Maldita sea... susurró para sí, sintiéndose cada vez más impotente. 

Entonces, otro golpe. El sonido retumbó en su cabeza como un trueno, y su cuerpo reaccionó por instinto: tembloroso, inmóvil, paralizado. Mew había pateado la puerta. Su corazón se desbocó. "No, no, no..." quería gritar, pero las palabras se ahogaban en su garganta. El pánico lo consumía por completo, sus pensamientos giraban en espiral, fuera de control. Intentó levantarse, pero sus piernas no le respondían. Estaba atrapado en su propio cuerpo, prisionero de su miedo.

El siguiente golpe fue aún más fuerte. La madera crujió bajo la fuerza de Mew, y Gulf sintió que su propio cuerpo también se rompería en cualquier momento.

¡Basta! Su propio grito resonó en sus oídos, aunque apenas fue más que un susurro desesperado. Las lágrimas brotaron sin control, rodando por sus mejillas, pero no había alivio en ellas. Eran solo el reflejo físico de una mente que se desmoronaba bajo el peso del terror.

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⏰ Última actualización: a day ago ⏰

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