-La señorita Granger no podrá terminar su lección hoy.-Ella tragó.
-Oh.-Monsieur DuBois hizo un puchero, mirando de un lado a otro entre ellos.-Espero que todo esté bien.-Él volvió sus ojos hacia ella, ardiente y agresivo.
-Me temo que no.-Tomó una inhalación temblorosa y comenzó a quitar la servilleta de su regazo. Draco colocó un puñado de galeones sobre la mesa, disculpándose con Monsieur DuBois y prometiendo saludar a su madre. Mientras se levantaba de la mesa, recogiendo sus notas, la mano de Draco se acercó para guiar su codo alrededor de la puerta y hacia la acera. Hizo un gesto alegre con la mano a él profesorde diseño de interiores antes de acompañarla en dirección al punto de aparición más cercano.
Tenían ocho bloques. Había nubes de tormenta en el cielo.
Dejó caer su codo después del primer bloque. Ella luchó por igualar su ritmo. Comenzó a hacer estallar los nudillos y a crujir su cuello después de la segunda cuadra, sin apenas ser atropellado por un taxi.
-Draco....
-¿Cuánto tiempo llevas conspirando con mi padre?
Ella lo miró cuando se detuvieron en una esquina concurrida. Sus ojos ardían, escudriñaban las calles y la rodeaban.-Lo dices como si estuviéramos trabajando juntos.-dijo.
-¿No es así?.-Inspiró profundamente. Luego caminó cuando cambió la señal.
Le tomó un momento comprender. La dejó en la acera y ella luchó por alcanzarla.-¿Qué te dijo? Si lo define como algo más que chantaje, entonces te mintió...
-No eres la única que tuvo un trato con él, Granger.-Escuchó su voz temblar. Ella lo vio tragar mientras se lanzaban alrededor de un grupo de niños.-No deberías haberte involucrado en esto.-Ella saltó algunos bordillos para alcanzarlo mientras avanzaba por la calle.
-¿Cómo me encontraste allí?.-Intentó ceñirse a las preguntas fáciles.
-Le pedí a Madame Michele tu horario.
Ella miró sus pies que se movían rápidamente. Primero fue a ver a Madame Michele, la interrumpió por la mañana y luego la localizó. Ella quería tocarlo. Quería calmarlo. Ella lo escuchó reír y lo vio negar con la cabeza ante algo que pasaba por su mente.
-Ya terminaste con esas clases.-siseó.
Ella lo alcanzó, pero se detuvo. Estaban en el séptimo bloque. Uno más antes de que pudieran aparecer. La multitud se redujo cuando el encantamiento repelente de muggles se estremeció sobre ellos.
-¿Qué pasa con el dinero, Draco? ¿Las próximas tres cuotas?
-Le dije que se los metiera por el culo.-gruñó.
Se acercaron a un pequeño callejón antes del final de la manzana. Si pudiera conseguir que se calmara antes de que aparecieran. -Necesitamos ese dinero, Draco. Malfoy Consulting apenas está a flote. Necesito seguir yendo a esas clases...
-¡No!.-La agarró por el codo y la llevó al pequeño callejón, apenas por debajo del punto de aparición. El resto de Muggles continuó con su día, sacando paraguas. Señaló con un dedo su cara.-No vas a poner un pie en ese salón de té de nuevo, ¿me escuchas, Granger?
Sus ojos ardían en ella.
-¡El negocio es más importante que algunas clases de locos, Draco!
La agarró por los hombros, lo suficientemente firme como para presionarla contra el ladrillo.
-Nada es más importante que tú.
Ella perdió el aliento cuando él contuvo un jadeo tembloroso. Sus dedos se movieron nerviosamente sobre sus hombros y sus ojos bailaron de un lado a otro entre los de ella. Y luego la besó. Ambas manos subieron por su cuello hasta su cara, inclinando su cabeza hacia atrás mientras él se acercaba a ella.
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The Right Thing to do (Traduccion)
RomantikHermione volvió a sentir el martilleo en los oídos. Lo vería por primera vez desde el Gran comedor, demacrado, afligido, en la mesa de Slytherin con su madre agarrándolo del brazo. Ella no había tenido la intención de buscarlo. No en los pasillos, n...