Confesión

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-¡¿Qué se supone que es éste sentimiento que tengo por ti?! ¡¿Es porque eres mi maldita pareja destinada?! No puedo evitarlo, una parte de mi te odia pero la otra quiere protegerte y no dejar que nadie más vuelva a tocarte… Es tan frustrante ¡No importa cuánto te golpee siempre te quedas cerca!.

-¡Por qué te amo, Kacchan!.

Una confesión que nunca espero pero siempre en su interior quiso oír aunque lo negara.

-¡¿Ahh?! Amor… No me vengas con eso ¡Pelea!.

-¡Lo que digo es cierto! Siempre te he amado, aún cuando tu no lo hagas y me odies.

-¿Qué puedes saber tu sobre lo que siento? Eres jodidamente molesto sacando conclusiones.

-Entonces ¿Qué es lo que quieres?.

-Eso no tiene importancia ahora, ven y pelea de una maldita vez.

La feroz batalla de unos futuros amantes se desencadenó entre los edificios que los rodeaban, ni uno daría su brazo a torcer ni pensaban subestimar al otro, cuando el humo se dispersó dio por revelado al ganador.

-Kacchan… ¿Esa fue una confesión?.

-¡Que te jodan!.- Expresó con leve sonrojo mientras le explotaba la cara al peliverde quien extendió sus manos y tomó la cara del alfa.

-Si es así entonces déjame estar a tu lado.- Respondió sorprendiendo al cenizo.- Te amo y si también sientes lo mismo ¿Cuál es el problema?.

-Tsk, maldito Deku.- Sujetó su cuello para juntar sus labios en un profundo beso, acción que el omega no rechazó y que solo sería el comienzo de una relación aunque pareciera complicada, no había duda de los sentimientos que habían de por medio.


.


-Oi Deku… Deku… ¡Levántate!.- Bakugo le gritaba a un soñoliento Izuku que recién apenas abría sus ojos.

-Mm 5 minutitos más.

-Me niego.- Respondió separando las cortinas del cuarto haciendo que la luz diera directamente a sus hinchados ojos y logrando que de un quejido cubriéndose por completo con la frazada. Acción que solo hizo molestar al alfa que sujeto sus brazos para jalarlo fuera de la cama.

Todos los días desde que habían empezado a vivir juntos eran de la misma manera, a Izuku aún le costaba volver a tener un horario fijo para levantarse pues en su tiempo con la liga le habían acostumbrado a diferentes horarios.

No solo eso era difícil, las madrugadas atormentaban al omega por las constantes pesadillas que tenía de como ellos volvían por él, que alguien que apreciaba era asesinado en sus manos o incluso de como lo volvían a torturar ésta vez en peores condiciones.

Al comienzo las pastillas que le recetaron fueron en pequeñas cantidades para comenzar a adaptar a su organismo pero aún con eso no era suficiente, los aterradores gritos de Izuku se podían oír por todo el departamento, noche tras noche haciendo que Bakugo vaya a ayudar y calmarlo, la misma situación se repetía sin mejora por lo que aumentaron la dosis que debía consumir.

Los antidepresivos hacían un gran trabajo manteniendo su actitud estable pero cuando el efecto desaparecía, su cordura también lo hacía provocando fuertes dolores en su cabeza, ataques de ansiedad y episodios que solía olvidar cuando se calmaba donde se hacía profundos arañazos donde estaba la marca que le dejaron e incluso algunas veces usaba objetos para autolesionarse y momentos donde la respiración le faltaba, durante esos días Bakugo debía de ser sumamente responsable con su medicación para evitar llegar a esos extremos.

El tratamiento para la dependencia era algo más fácil ya que solo consistía en el consumo de supresores y más pastillas que solo se podían conseguir por la orden de un doctor, el hospital mantenía aquel dato fuera del conocimiento público y únicamente para los casos extremos al ser una gran cantidad de omegas sufriendo lo mismo.

No solo era difícil para Izuku, claramente él sufría más pero también lo era para Bakugo que verlo en esas condiciones era desgarrador, sabía que no sería fácil el proceso de recuperación y por más que se intentara convencer no estaba preparado para ver a la persona que amaba pasar por tal sufrimiento. No pensaba separarse de su lado, lo apoyaría hasta el último minuto aún cuando ya no le perteneciera, quería devolverle su verdadera sonrisa ya que sentía ser lo mínimo que podía hacer para enmendar sus errores.

-El desayuno ya está listo.- Dejó un gran plato en frente del omega para luego sentarse al lado.

-¿Alguna vez dije que amo tu comida?.

-Deja de coquetear y come.- Tal comentario hizo reír al peliverde quien comenzó a comer con mucho ánimo.- ¿Fue un buen sueño?.- Le preguntó haciendo que se sonroje.- Dijiste mi nombre varias veces.

-Fue sobre el día de tu confesión, donde All Might nos descubrió y te contó sobre el One For All.- Respondió tranquilamente.

-¡¿Ahh?! Tu fuiste quien se confesó, no confundas las cosas.- Parecía molesto pero en realidad no lo estaba, Izuku sabía que el alfa había cambiado.- Y hablando sobre All Might, viene hoy para hablar contigo.

-Cierto, hoy tienes que ir a ver algo de tu agencia.- Se entristeció junto con algo de miedo.

-No tardaré además la policía y algunos héroes estarán patrullando los alrededores.

La mañana pasó con serenidad entre ambos, se habían acostumbrado y acordado muchas cosas para facilitar la convivencia, Bakugo siempre estaba al pendiente de sus horarios de medicación ya que algunas veces por descuido no las tomaba, el omega había mejorado su alimentación así como las heridas físicas y algunas secuelas comenzaban a desaparecer, también lo llevaba a sus terapias psicológicas que duraban más de lo normal.

Para la tarde el cenizo salió del departamento asegurando que estaría en buenas manos, aunque nadie estaba seguro si la liga pretendía atacarlo o no era mejor prevenir que lamentar, el ex símbolo de la paz no tardaría en llegar según él.

~Debería intentar cocinar algo.

Si de por sí le era complicado antes, la pérdida de costumbre lo hacía aún peor. Luego de ver varios tutoriales y dejar la cocina hecha un caos pudo hacer algo decente para ofrecerle a su antiguo mentor.

-Joven Midoriya, me alegro mucho verte en buenas condiciones… Lamento no haber venido antes.

-¡All Might! A mi también me alegra verlo después de mucho tiempo.- Abrazó a la única figura paterna que había tenido hasta el momento.

Conversaron de varios temas irrelevantes aunque para el omega significaba mucho hasta llegar a la conversación de su predestinado, le daba curiosidad saber su evolución con el poder.

-Al inicio fue difícil ya que no se sentía digno de haberlo recibido aunque entendía las circunstancias en las que se encontraba.- Era transferirlo o que se adueñaran de el.- El joven Bakugo es realmente habilidoso ya que pudo controlar el One For All con rapidez y gracias a tu sacrificio cayó en buenas manos.- Oír eso lo hacía sentirse orgulloso.- Sin embargo hay algo que me inquieta, unos días antes de tu rescate fue capaz de manifestar el quirk de mi maestra.

-¿El quirk de la séptima portadora?.- El hombre beta frente suyo asintió.- ¿Lo ha vuelto a hacer?.

-Hemos intentado que lo vuelva a manifestar pero aún no se ha podido.- Aquello era inusual, no era algo de que preocuparse aún así también quería respuestas.- Cambiando de tema, ya se acerca tu cumpleaños.

-¿Mi… cumpleaños?.

Marcado |KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora