Instinto

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Ah...

Este sentimiento tan abrumador.

Mi ser lo desea insaciablemente, necesita de su presencia ¿Puede ir alguien en contra de sus instintos?.

En la oscuridad de esta habitación lucho contra mis deseos más internos, un lado lo desprecia o mejor dicho mi corazón y mente pero mi cuerpo lo desea, solo desea que él esté a su lado.

Es insoportable, creo que empiezo a agradecer estar amarrado en un momento como éste, de no ser así estoy seguro que lo iría a buscar.

Tres días ¿Seré capaz de aguantar tanto teniendo al alfa que me marcó cerca de mí?.

Durante horas Izuku estuvo intentando satisfacerse a sí mismo pero fue casi imposible, el omega dentro suyo empezó a nublar su sentidos razonables y solo anhela a ese alfa dentro suyo.

Para cuando Kurogiri entró en la mañana con una bandeja de alimentos para Izuku vio el estado en el que se encontraba, por suerte para el peliverde Shigaraki había salido desde la noche anterior y seguía sin regresar desde entonces.

El fantasmal le entregó algunas prendas que el villano tenía en ese bar, las suficientes para que el pecoso hiciera un nido, Izuku se envolvió en ellas para inhalar su aroma y poder tranquilizarse un poco.

¿Comprarle supresores? No es como si un villano que se encuentra entre los más buscados del país pudiera ir a la farmacia como si de una persona común y corriente se tratase, además de que Tomura le había prohibido hacerlo.

Kurigiri lo mantenía vigilado por si algún cómplice alfa se atreviera a buscarlo para divertirse, más que temer por el omega lo hacía por el desafortunado villano que se atreviese. Lo más seguro era que Shigaraki lo iba desintegrar en cuestión de segundos por querer tomar algo que no le pertenece.

El día pasó y llegada la tarde el peliceleste aún seguía sin aparecer para suerte, o quizás no, de Izuku quien apenas y había sido capaz de comer unos bocados de alimento, Toga como era beta intentó hacer que comiera algo pero solo podía pensar una y mil maneras de divertirse con él viéndolo en un estado de total debilidad, al final prefirió irse antes de cometer algún intento suicida.

Llegó la noche en ese estrecho bar, el omega escuchaba muchas voces afuera, los villanos estaban al parecer en algún tipo de celebración y el miedo de que en cualquier momento aparezca Shigaraki lo invadía aunque ¿Era miedo lo que realmente sentía?. Al fin y al cabo si no aparecía quería decir que no le interesaba querer estar con él, cosa que sin darse cuenta lo hizo sentirse mal, nada peor para un omega que ser rechazado por su alfa.

Su mente aún permanencia algo lúcida cuando durante la noche la puerta de la habitación donde se hallaba se abrió con brusquedad, ahí estaba él, esa presencia que tanto buscaba internamente pero que pensaba negar rotundamente, había llegado.

-Tus malditas feromonas se huelen hasta en la jodida calle.- Se acercó hasta donde estaba Izuku luego de haber cerrado con llave la puerta y con un dedo alzó su rostro para verlo mejor, las mejillas de Izuku estaban de un color rojizo y tenía una expresión llena de deseo.- ¿Acaso intentas seducirme? Eso es lo que hacen los de tu especie ¿No?.

-¡No! Aléjate de mi, no me toques.- Tartamudeo el peliverde y lo empujó con la poca fuerza que le quedaba al alfa, tal acción lo hizo enfurecer aún más de lo que ya se encontraba, sujeto con fuerza ambas manos del pecoso y las llevó encima de su cabeza, este peleaba contra el alfa con sus piernas aunque de nada sirvió ya que también las inmovilizó dada la diferencia de tamaño y comenzó a desprender sus feromonas que rápidamente inundaron por completo la habitación.

Marcado |KatsuDeku|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora