Desesperación

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— Buenos días—llamo Wells que tenía un costal mientras veía un auto llegar al centro del barrio mortuorio,— Fascinante, metieron un vehículo a un lugar tan estrecho y con el tiempo encima. Son las 2 de la mañana en punto—la manera de hablar de Wells era muy refinada, le daba un aire bastante culto,— Pero habrían llegado más rápido a pie si hubieran dejado el auto cuando llegaron al barrio, ¿Lo hicieron por su pereza o por qué temían que al no verme podría atacarlos?—sus preguntas no tuvieron respuesta ya que el motor del auto sonó,— Voy a pasarle el auto encina—dijo Ichiyou antes de pisar a fondo,— ¿Qué va a hacer qué?—pregunto Kunikida para luego sentir como el auto avanzaba a gran velocidad.


— Esto será muy divertido—dijo el miembro de la divina comedia mientras veía el auto acercarse.

— El hombre invisible—grito antes de usar su habilidad cuando el auto ya estaba frente a él, era imposible que pudiera evitarlo, se escuchó un ruido en la tapa del auto como si algo se le hubiera pasado encima,— ¿Lo hice?—se pregunto Higuchi antes detener su auto,— ¡¿ESTA USTED LOCA!?—grito Kunikida mientras intentaba pensar en que el era parte de todos los delitos vehiculares que se habían cometido cuando Ichiyou los llevo al barrio Mortuorio,— ¿¡CÓMO LLEGA A LA CONCLUSIÓN DE QUE ERA BUENA IDEA PASARLE UN AUTO ENCIMA A ALGUIEN!? ¡SE SUPONE QUE DEBEMOS INTERROGARLO!—.

— ¡NO ME GRITE, SOY UNA PERSONA SENSIBLE!—mientras se ponían a discutir escucharon como si algo o más bien alguien subiera desde la tapa del auto hacía el techo,— ¿Qué es eso?—pregunto la mujer antes de ver como el vidrio de su auto era golpeado de la nada, los impactos llegaban pero no sé veía ni el objeto o la dirección de la que venían,— Está en techo—dijo Kunikida antes de bajarse el vehículo para sacar su arma,— Salió de su auto, aún cuando eso significa un mayor reto para usted pero sabe no podrá usar esa arma—explico Wells mientras se volvía a aparecer mostrando como sujetaba un trozo de madera en la mano posiblemente lo había encontrado en el suelo para luego nuevamente desparecer haciendo después un ruido como su se bajará del auto, Doppo bajo el arma, necesitaba saber dónde estaba su enemigo, no sabía si se había bajado realmente o era una trampa, tampoco tenía idea de que dirrección tomo. Higuchi también había salido del auto al mismo tiempo que el antiguo profesor, buscaba cualquier sonido que le diera una oportunidad de encontrar a su enemigo cosa que pasó cuando escucho pasos, algo ligeros pero nos había nada más que ellos tres en esa zona baldía así que disparo en esa dirección,— Por muy invisible que sea las balas le deban llegar— dijo antes de sentir como algo le respirara en la nuca, enseguida se dio la vuelta para encontrarse de manera repentina con Herbert,— Felicidades mato un gato—expreso en broma antes de golpear en la cara a la joven haciendo que la joven casi cayera al lado del gato muerto no muy lejos del auto por donde habían llegado,— Usan armas muy ruidosas, lo cual la pone en desventaja señorita Higuchi—expreso antes de escuchar como se quitaba el seguro a otra arma,— Interesante señor Kunikida, su arma usa balas de plástico y si bien no matan pueden causar grandes daños físicos. ¿Lo hace por qué no le gusta matar o simplemente desea preguntarme si tengo más planes?—cuestiono antes de desaparecer, las balas salieron pero la munición paso de largo como si no hubieran nada ahí,— ¿Es invisible o es un fantasma?—se quejo Ichiyou mientras se limpiaba la sangre que salía de su nariz,— ¿Está bien?—pregunto Kunikida,— Estaré bien, solo tenemos que ser rápidos,—contesto la joven mientras se movía lentamente quería estar segura de que no la estaba siguiendo Wells,— Se que está por aquí—expreso en tono nervioso la mafiosa sinceramente era muy mala en el combate cuerpo a cuerpo, apenas si llegaba al estándar en su organización, por eso prefería las armas para poner distancia entre sus enemigos y ella.

Una familia especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora