Fue un accidente

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El mundo es complicado, duro y difícil de comprender. De niño solo tenemos a los amigos y a nuestros padres, ese es todo el mundo, perder a uno es perderlo todo y así se sentía Natsuko. Yuri se había ido en aquel avión directo con unos familiares malos que siempre le decían cosas, bueno el tío Minho estaba ahí, el era bueno y sus papás también se encargarían de cuidarla pero eso no evitaba que las lágrimas de Natsuko salieron como en una cascada, su papá había intentando consolarla con algodón de azúcar y palabras dulces de que Yuri volvería pero la pequeña solo lloraba posiblemente Ryunosuke no espero la respuesta que su hija le dio cuando éste le dijo que estaba llorando por nada ya que Yuri volvería antes de que se diera cuenta,- ¿Cómo puedo asegurar que Yuri volverá? Podría ser que sus padres quieran quedarse en Corea o ella misma quiera quedarse ahí ¿Cómo podemos asegurar algo? - aquella era esa clase de preguntas que ni los adultos se podían responder a si mismos mucho menos a un niño y aunque estaba la opción de mentir su hija era muy lista para creerse cualquier cosa así que Akutagawa soltó un suspiro la abrazo y simplemente le aseguro una cosa,- Mientras yo esté vivo siempre tendrás la seguridad de que haré todo para protegerte y evitar que llores - aquello pareció satisfacer a la pequeña ya que las lágrimas empezaron a detenerse de poco a poco mientras se abrazaba a su padre.

Después de cenar Akutagawa estaba haciendo lo mismo que hacía desde hacía 3 semanas, revisar el cuarto de su hija en busca de la momia mala. Akutagawa había leído en muchos libros sobre paternidad (la mayoría se los había dado Kouyou diciendo que aquellas eran guías excelentes y que debía de mínimo tener un buen precedente antes de criar a una niña) que era normal que su hijo creyera en que había monstruos en su armario o en su cuarto así que lo mejor era intentar averiguar que era lo que el niño encontraba aterrador, hablarlo y buscar la manera de que superar el miedo y en algunos casos hacer creer al pequeño que como padre era capaz de protegerlo de lo que le tenía miedo pero su pequeña decía que lo que la asustaba era una horrible momia, alta, con vendas por toda la cara, que vestía de negro y que le pegaba a su papá hasta hacerlo sangrar aparte de que era malo con Chui-san, le hacía hacer cosas malas y era grosero con él, además que su papá ni nadie que ella conociera podría contra él,  ante esto Akutagawa solía revisar la habitación aunque su hija lo acompañaba diciendo que la momia mala podría atacarlo y hacerle daño, si bien Akutagawa creía que no era nada prefirió seguir buscando a la supuesta momia. Al final mando a dormir a su hija, le contó un cuento simple sobre un tucán que tenía el pico tan largo que todos los animales de la selva se burlaban de el así que un día fue con un mono que aseguraba le haría el pico más pequeño. La pequeña quedó divertida por la historia aparte de que no tardo en quedar dormida,- Descansa pequeña - le susurró antes de darle un beso en la frente y despedirse para luego ir a dormir en su cama,- ¿Cómo podemos asegurar algo? - se dijo mientras pensaba en cómo podía dar una respuesta a ello, a lo único que podía asegurarse era en cumplir lo que le dijo a su pequeña mientras el estuviera vivo su hija nunca tendría que preocuparse por si alguien la dañaba primero tendrían que pasar por encima de su cadáver aunque ya antes de había hecho aquel juramento había sido ha Atsushi, le había jurado que siempre que el estuviera tendría la seguridad de que nadie le haría daño y resultaba irónico que la única persona que hasta ahora había dañado a Nakajima había sido Akutagawa pero eso había sido para protegerlo... "El fin justifica los medios" se pensó antes de irse a dormir.

A la mañana siguiente Akutagawa se levantó temprano tenía mucho trabajo en la mafia y aunque los verdaderamente importantes eran cuando la noche caía tenía otros más que no se podían dejar para después así que se despertó, levantó a su hija y puso manos a la obra en la cocina, preparo un desayuno simple mientras Natsuko se vestía con lo que su padre le había combinado que era una camisa negra sin mangas, un suéter negro con rojo, una falda tipo tutú negro con un listón rojo, medias y zapatos negros con un broche de mariquita y una diadema roja.
- ¿Qué vamos a desayunar papá? -  pregunto Natsuko casi arrastrando los pies todavía tenía mucho sueño aunque se podía quedar dormida en el trabajo de su padre,- Pues tenemos panque de chocolate y un licuado de chocolate y fresas - la pequeña asintió mientras se subía y casi se quedaba dormida en la mesa,- No dormiste muy bien anoche cierto - aseguro a lo que la pequeña le explicó que no pudo dormir bien a causa de la momia,- ¿Otra vez la momia? - pregunto Akutagawa en cierto tono cansado, hasta a él, le estaba cayendo mal la dichosa momia que si fuera real ya la abría asesinado con sus propias manos pero su hija intento explicarle la situación,- Es que me puse a pensar, ¿ y si un día la momia volviera a intentar hacerte daño? ¿No necesitarías algún tipo de ayuda? Entonces me dije Natsuko Akutagawa, tu papá necesita a una persona que lo ayude cuando esté en una pelea, que sepa que haras sin decirlo... ¿¡No sería genial!?- la pequeña sonaba emocionada mientras Ryunosuke solo pensó que el ya había tenido a alguien así. Jinko era eso y más, no había manera de remplazarlo pero no podía hacer eso así que le dijo a su hija que desayunara mientras él iba por su  medicina, no dejo que notará la tristeza que lo inundaba por recordar al amor de su vida mientras Natsuko empezó a desayunar para luego tomarse su primera dosis de medicamentos del día.

Una familia especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora