Problemas de adultos

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Los labios de Atsushi eran tal y como los recordaba. La boca de Akutagawa seguía encajando perfectamente con la suya y durante un segundo todo parecía ser como antes... No mejor que antes porque tal vez las cosas se podían arreglar pero esa sería la última noche que tuvieron para arreglar algo ya que mañana comenzaría una serie de tragedias,— Lo lamento—dijo Ryunosuke antes de levantarse para encontrarse con la cara toda emocionada de su hija,— ¿Ya se aman?—fue lo que pregunto la pequeña.


Si el sonrojo de los dos adultos ya era existente pero leve ahora con la pregunta de la pequeña ahora eran más parecidos a un foco de navidad,— ¡Natsuko!—regaño su padre sin quitarse de encima del detective,— ¿Qué dije?—pregunto la pequeña antes de reírse mientras Nakajima le seguía la corriente,— Déjala es una niña muy inocente... Además Akutagawa todavía tu cuerpo sigue encima de mi—después de ello el mafioso se quitó con mucho cuidado para luego sentarse en la cama junto a ellos.

— Natsuko no debes hacer eso—regaño Atsushi haciendo a la pequeña cruzar los brazos,— ¿Qué hice mal? Papá se veía feliz, al igual que tu—lo que decía la pequeña era verdad pero simplemente las cosas eran más complicadas,— No hiciste nada malo solo que  son cosas de adultos...—.

— Y son complicadas... Ese cuento ya me lo sé, ¿no tienes uno de vaqueros?—la pequeña se mostraba realmente molesta por siempre recibir esa respuesta, no era ningún bebe para que la tratarán como si le faltará parte del cerebro, además que estaba segura de que ella podría entender y tal vez ayudar a la situación como lo había hecho hace un momento y todo el día pero aún cuando digan que era cosas de adultos seguiría con su lista para hacer que ellos dos se enamorarán por eso era la maestra del amor Natsuko Akutagawa.

— Vamos a dormir todos—expreso Ryunosuke antes de cargar a su hija y llevarla a dormir mientras Atsushi solo buscaba su pijama.

— Bien a dormir—expreso el mayor antes de cubrir a la pequeña con las sábanas,— ¿Papi de qué hablabas con Atuti-san?—pregunto la pequeña queriendo saber que porque al llegar encontró a su papá encima de su invitado,— Hablamos de ti—contesto mientras de sentaba en la cama al lado de la pequeña seguro de que esa pregunta abriría paso a más,— ¿Y qué decían?—.

— Sobre en cómo debo cuidarte, que debo hacer para hacer un buen padre—.

— ¿Y tenías que ponerte encima de él para preguntar eso?—la pregunta simplemente hizo sonrojar a su padre que decidió mirar a otro lado,— Además que tú eres ya un magnífico papá. No creo que necesites consejos... Más bien necesitas apoyo—estableció la pequeña con una sonrisa,— No Necesito apoyo... Necesito un ejército para cuidarte—se quejo su padre antes de hacerle cosquillas provocando las risas de la menor para luego simplemente dejarla en paz,— Ya a dormir princesa—.

— ¿Y mi cuento?—el mafioso simplemente soltó un suspiro y empezo con su historia sin saber que Nakajima escuchaba perfectamente todo lo que pasaba, — “En un bosque enorme en donde miles de animales viene existen tres manadas, la primera es la del día, la de la noche es la segunda y la última es la de la tarde como su nombre lo dice todos estos animales se encargaban de proteger a los animales más pequeños y al bosque”—.

— ¿Qué animales existen en el bosque? —interrumpió la pequeña intentando imaginar a los seres que habitaban ahí,— Lobos, tigre, leones, gatos, ardillas, osos, conejos, zorros, venados, todo animal de que se te ocurra está ahí, cada uno más raro que el anterior—los ojos de Natsuko se iluminaron al imaginarse a todos estos seres que cuidaban al bosque,— “Los animales protegían al bosque vivían con tranquilidad después de que el lugar casi se quemará pero ahora todo paz y tranquilidad, hasta que de las sombras emergió algo repulsivo y malvado emergió de un lugar a lo que la luz de la luna no llegaba”—la pequeña se escondió entre las sábanas,— ¿Qué animal era ese?—pregunto asustada la pequeña,— “Una rata”—contestó su padre haciendo que la pequeña mostrará una cara de asco mientras Atsushi se cubría la boca para evitar reírse, Fyodor había pasado de ser un enemigo formidable a ser una simple rata en un cuento ,— Debería contarle caperucita roja o el principito en vez del Canibalismo—susurro el menor antes de seguir escuchando la historia mañana hablaría con Akutagawa pensando que la rutina seguiría igual que siempre pero hoy era el último día de esa bella rutina.

Una familia especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora