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En una bodega de la Port-mafia, una banda de idiotas intentaba robar unas cuantas armas y otras mercancías que se encontraban en una bodega, la misma casi nunca era usada, sólo cuando era demasiada la mercancía como ahora, los ladrones creyeron que no poseía vigilancia, pero fue un error, la pequeña bodega estaba siendo vigilada por "Lagarto negro" todos los días para evitar robos, la vigilancia era desde lejos, en una bodega cercana a la suya para así poder ver a los ladrones y lograr sacarles información de quien los había mandado a robar, aunque había que ser lo suficientemente imbécil para poder intentar robar a una de las organizaciones más poderosas de todo Yokohama, cosa que los ladrones entendieron muy bien cuando se vieron enfrentados a el grupo mas peligroso y fuerte de toda la Port-mafia...

- P-por favor - rogaba uno de los ladrones a Akutagawa,-Tengo una esposa y una hija, por eso lo hice, ¿usted no tiene?-.
- Si una niña. De tres años - respondió Ryunosuke sonriendo al recordar a su hija corriendo en su dirección al verlo en la salida de la escuela, dándole algo de esperanza aquel hombre, - ¿Alguien sabe que hora es? - pregunto Akutagawa de la nada, - 11:15- contesto Hirotsu que siempre llevada un reloj,- Se me hará tarde para recoger a Natsuko- dijo Akutagawa mientras caminaba hacia la salida de la bodega, haciendo creer al hombre que no iba hacer asesinado, pero solo fue un momento ya que de la nada un vector negro de Rashomon lo atravesó,- Ya me acorde de usted, es el padre de la niña que empujo a Natsuko hace una semana, debería enseñarle modales a su hija. El resto puede terminar de limpiar, Higuchi quedas a cargo- ordeno Ryunosuke mientras caminada así la entrada,- Si sempai-...

En la escuela los niños se preparaban para ser recibidos por sus padres y empezar sus deseadas vacaciones. En la puerta muchos padres esperaban el sonido de la campana anunciando la salida de sus hijos, entre ellos se encontrada Akutagawa, el cual por cierto ya se había cambiado el saco y se había puesto un par de gafas.

El cual ya estada harto de estar ahí, no era porque no pudiera esperar un poco mas por la salida de su hija, sino que estaba harto de cuanta madre soltera que esperada la salida de sus hijos, lo buscará, es que un hombre soltero, guapo y al que le gustan los niños no es fácil de encontrar pero Ryunosuke Akutagawa entraba en esa descripción, era soltero, joven, atractivo, era un padre devoto a su hija y por sus ropas parecía tener un trabajo estable, se podría decir que era el sueño de todas esas madres solteras pero por desgracia no parecía tener interés en ninguna de ellas.

Aunque Akutagawa solo era popular entre las madres solteras, ya que el resto de los padres desconfiada por completo de Ryunosuke, esta desconfianza en propias palabras de algunos no estaban fundamentadas, sobretodo si veías la escena que se presentaba todos los días en las puertas de la escuela entre Akutagawa y Natsuko.
-Papi- grito Natsuko al ver a su padre, y salir corriendo en dirección a su padre, - ¡¡¡Princesa!!!- dijo alegre el mayor para luego cargar a su hija,- ¿Cómo le fue a la niña mas bonita del mundo?-.
- No se, ¿por qué no le preguntas?-.
- Si muy graciosa, ya vamos a casa- respondió su padre, antes de bajar a su hija, pero fue detenido,- Papá espera- dijo Natsuko antes de acercarse al cuello de su padre y aspirar el aroma que desprendía.

Sangre y pólvora

Pensó Natsuko al oler la ropa de su padre, que a pesar de cambiarse la gabardina su camisa seguía con el olor,el cual Natsuko conocía tan bien- Papá ¿etuviste trabajando?- pregunto la menor por lo bajo,- Si- contesto el mayor,- E-entonces... No comiste- resongo la pequeña molesta,- Te va a doler la panchita - dijo mientras jalaba el cuello de la camisa de su padre para mostrar su molestia, - Es que quería comer contigo- respondió con una sonrisa Ryunosuke, - No me gusta que no comas, te vas a enfermar - se quejo de nuevo la menor, -Voy a estar bien- dijo con confianza el mayor, antes de bajarla e ir en dirección a casa,- ¿Dónde está Yuri?-.
-Yuti, sus papás se la llevaron en el recreo para que terminara de empacar y hacer otras cosas- dijo algo desanimada la menor, cosa que su padre no paso por desapercibida,- ¿Qué te parece si de camino compramos algodón de azúcar?- pregunto en un intento de alegrar a su hija,-No papá, vamos a casa- respondió la pequeña un tanto mas animada al recordar lo que haría al llegar a casa.

Una familia especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora